6 acciones clave contra el cambio climático
El cambio climático está afectando de lleno a España, desde más olas de calor a sequías. Descubre cómo nuestros hábitos de consumo también influyen en la lucha contra el cambio climático.

Cómo frenar el calentamiento global
Según la mayor encuesta global sobre el cambio climático de la ONU y la Universidad de Oxford en 2024, el 62 % de los españoles están más preocupados por el cambio climático que el año pasado. El 73 % cree que los eventos climáticos extremos, como sequías, inundaciones, tormentas y temperaturas extremas, fueron peores este año. Sin embargo, para más de la mitad de los españoles encuestados, esta preocupación no influye en decisiones importantes sobre dónde vivir o qué comprar: todavía hay una fuerte desconexión entre nuestro consumo y el cambio climático.
Muchos españoles piensan que son los gobiernos quienes deben tomar medidas. El 86 % cree que España debería reforzar sus compromisos para enfrentar el cambio climático y un 95 % que los países deben trabajar juntos contra el cambio climático, aunque tengan desacuerdos en otros temas, como el comercio o la seguridad.
Necesitamos decisiones ambiciosas urgentes de gobiernos y empresas para lograr una transición energética hacia un modelo de economía circular basado en energías renovables que, además, sea eficiente y justo. Y soluciones concretas para afrontar los retos del cambio climático que nos permitan adaptarnos a los impactos que ya empiezan a ser visibles.
Sin embargo, no es verdad que el comportamiento individual no sea importante. Los cambios acumulados de todas las personas tienen un gran impacto. Además, si adoptamos una vida más sostenible, también contribuimos a crear nuevas costumbres en nuestra sociedad y esto nos anima a pedir más acción a nuestros gobiernos.
Los consumidores también podemos contribuir a un mundo más sostenible y actuar contra el cambio climático. ¿Te unes?
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6 frentes para combatir el calentamiento global
También está en tu mano contribuir, en la medida de tus posibilidades, a superar la emergencia que supone el cambio climático: empieza por hacer algunas cosas con impacto y deja de hacer otras perjudiciales, adopta algunos hábitos sencillos o, incluso, algunos más radicales que seguro se dejan sentir.
1. Apuesta por la movilidad sostenible
Las emisiones de los vehículos a motor son uno de los factores que afectan negativamente al clima. Se calcula que la contaminación atmosférica de las ciudades, además de contribuir al cambio climático, es la causa 800.000 muertes prematuras al año en Europa y llega a recortar de la esperanza de vida en unos dos años. De nosotros depende optar por alternativas de movilidad sostenible, siempre que sea posible.
- Camina siempre que puedas, es el medio de desplazamiento más barato, limpio, seguro y saludable.
- Plantéate alternativas como la bicicleta o el patinete, en especial para traslados cortos y cuando el trazado lo permita.
- Decántate por el transporte público sobre el coche privado.
- A todos nos gusta viajar y descubrir nuevos lugares... pero ¿sabías que el viaje en tren es la mejor opción para el medioambiente? El impacto de las emisiones de la aviación es mucho más alto en términos de pasajeros-kilómetro. Sin embargo, volar no es necesariamente la opción más perjudicial. Lo peor es viajar solo en un coche con motor de gasolina o diésel. Si tienes que conducir, lo menos contaminante es compartir el trayecto con amigos, familiares o desconocidos que vayan al mismo lugar.
2. Adopta una dieta flexitariana
Nuestra alimentación es uno de los ámbitos en los que más podemos influir para reducir nuestra impacto ambiental y frenar el cambio climático. Una buena opción es la dieta flexitariana, que se basa en frutas, verduras, cereales integrales y proteínas vegetales, y modera la cantidad de proteína animal.
Estas son algunas claves para una alimentación sostenible:
- Escoge preferiblemente alimentos de cercanía, que provengan de productores locales, que no requieren grandes emisiones para ser transportados desde la otra punta del mundo.
- Decántate por comprar productos de temporada, que siguen los ciclos naturales, sin necesidad de invernaderos con el gasto de energía y recursos que suponen.
- Come menos carne. Nuestro consumo de carne es superior a las recomendaciones nutricionales. Además, procura optar preferiblemente por carnes de producción extensiva, de cercanía, de razas autóctonas... y recuerda que hay más piezas, no hay que comprar siempre lo mismo, se puede dar un uso integral al despiece del animal.
- Bebe agua del grifo.
- Compra menos alimentos ultraprocesados, que requieren más recursos en su elaboración.
3. Mantén el plástico a raya
Todos queremos un mundo sin residuos, especialmente sin plásticos... ciertamente no es la solución para el cambio climático, pero sí un paso adelante en la preservación de nuestro entorno.
- Evita recurrir a plásticos de un solo uso: olvídate de las bolsas, de la botellita del agua mineral o del menaje desechable... opta por alternativas como las bolsas reutilizables, una botella reutilizable de cristal o de aluminio...
- Cuidado con el sobreembalaje de las compras online y los productos de limpieza, alimentación, revistas...
- Apuesta por alternativas al plástico convencional, como los productos hechos con plástico reciclado o los bioenvases compostables: su producción también genera gases de efecto invernadero, pero evita el consumo de combustibles fósiles y genera residuos más respetuosos.
- Compra a granel detergentes, alimentos y todo lo que puedas.
4. Repara, reutiliza, recicla
El mejor residuo es el que no se genera, de ahí la importancia de reducir la cantidad de residuos. Haz tuyos esos tres gestos y estarás evitando la generación de una gran cantidad de residuos y el gasto energético que supone fabricar otros nuevos.
- Repara los zapatos, lleva al taller el aparato que no funciona antes de cambiarlo por el siguiente...
- Reutiliza los envases o dale otra vida a productos que ya no usabas.
- Separa y recicla los residuos que generas. Acude al punto limpio sin pereza para que se reciclen adecuadamente los dispositivos electrónicos, por ejemplo.
5. Haz un consumo racional de energía
Consumir menos energía en casa es bueno para el bolsillo y para el medio ambiente. Desde OCU repetimos insistentemente la necesidad de optar por la eficiencia energética en nuestras decisiones de compra de aparatos electrónicos y electrodomésticos, de aprovechar los recursos naturales, de adoptar hábitos de ahorro energéticos caseros. Insistimos:
- Ahorra energía en casa con sencillos hábitos: recuerda apagar las luces que no necesitas, desconectar los aparatos en stand by, usar los electrodomésticos de manera eficiente...
- Ajusta la temperatura de tu hogar: no pongas la calefacción demasiado alta ni abuses del aire acondicionado. Invierte en aislamiento.
- Apuesta por el autoconsumo, en tu casa o planteándolo en tu comunidad de vecinos. Producir energía a partir de fuentes renovables ayuda a consumir energía a nivel local y evita pérdidas al sistema. Plantéate empezar por buscar un presupuesto para instalar paneles solares en tu casa o comunidad de vecinos.
6. Elige el consumo responsable, compra solo lo necesario
No se trata de no consumir nada, tenemos que seguir viviendo, comiendo y abrigándonos. Se trata de consumir mejor y evitar las compras innecesarias. Somos 8000 millones de personas que consumimos diariamente productos que, por muy pequeños o baratos que sean, tienen un impacto en el medio ambiente.
- Compra solo lo que necesites, planteándote si es lo que te hace falta, comparando opciones y dando importancia a los bienes duraderos, de calidad. También a objetos producidos localmente, con materias primas cuidadas, de manera respetuosa.
- Evita caer en el hiperconsumo, en las compras compulsivas de productos baratos que pronto se dejan de usar. En la moda es muy evidente: esos objetos, esas prendas requieren mucho gasto de energía para su fabricación y transporte y generan toneladas de desechos.
- Vende, regala o dona lo que ya no uses: productos que ya no te sirven pueden ser útiles a otras personas y pueden evitar el gasto de energía y materiales de producir otros nuevos. Plantéate otras opciones de consumo: tienes más información sobre a dónde puedes dirigirte en:
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