Moda sostenible: adiós al hiperconsumo
La industria textil ha cogido tal velocidad que nos enfrentamos a una situación insostenible para el planeta. Afortunadamente, ya ha empezado el cambio cultural hacia un consumo más sostenible de moda y con las 20 acciones que te proponemos, tú también podrás vestirte de forma más ética y ecológica.

Ya se empieza a notar que está cambiando nuestra percepción de la moda, dejando atrás el consumo excesivo e inconsciente que ha marcado los últimos veinte años. En las galas triunfan las actrices con ropa de segunda mano, las celebrities exigen a las marcas que dejen de usar pieles de animales si quieren que vistan su ropa. Y entre muchos consumidores empieza a estar mal visto comprar ropa barata innecesaria, sus impactos son demasiado serios como para disfrutar comprando compulsivamente camisetas de mala calidad que se van a estropear enseguida.
Un sector que así no es sostenible
El sector textil emplea a 300 millones de personas en el mundo, la mayoría mujeres que no siempre tienen condiciones de trabajo dignas. Pero además tiene un gran impacto ambienal:
- Emite el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales, en un escenario amenazado por el cambio climático.
- Consume 215 trillones de litros de agua al año, cuando la conservación del agua potable va a ser crucial, especialmente en países como España amenazados por la sequía.
- Libera el 9% de los microplásticos que llegan al océano.
- Y además es responsable del uso del 10% de los plaguicidas. Debido a su tamaño, las prácticas insostenibles de este sector tienen un impacto gigantesco.
Los consumidores no podemos ser ajenos a esta situación, y, a diferencia de lo que sucede en otros sectores, en la moda, nuestros cambios de hábitos son la clave para un cambio a mejor.
Consumidor comprometido versus fast fashion
En OCU tuvimos la oportunidad de preguntar a más de 300 consumidores comprometidos con temas éticos y ecológicos sobre su consumo de moda, queríamos saber cuáles son sus principales preocupaciones y qué es lo que hacen para dejar a un lado la fast fashion. Estas fueron algunas de sus respuestas:
20 acciones para una moda más sostenible
Si quieres contribuir al cambio de un mundo más justo y sostenible con tu ropa y calzado, apunta bien estos consejos:
- El primer paso es preguntarte si ese pantalón o ese par de zapatillas que tienes entre manos realmente te hace falta.
- Revisa tu armario, la mayoría de la ropa que tenemos está infrautilizada y en perfecto estado. Los datos dicen que compramos el doble de ropa que hace 15 años y la usamos un 36% menos de tiempo.
- Evita las compras compulsivas. No te dejes llevar por la presión social y de la publicidad y sé consciente de las consecuencias de comprar ropa nueva en términos de consumo de recursos naturales, generación de residuos y contribución al cambio climático.
- Si buscas una prenda para un uso esporádico (fiesta, deporte, embarazo...), puedes alquilar la ropa o pedírsela prestada a alguien en vez de comprarla.
- Prefiere la calidad frente a la cantidad. Mejor una camiseta de buena calidad que tres que se van a estropear a los pocos lavados.
- Elige prendas más sencillas, menos sujetas a las temporadas, te durarán más tiempo y no pasarán de moda.
- Rechaza marcas que no traten bien a sus trabajadores o no les paguen un salario digno. Según un informe publicado por Campaña Ropa Limpia, solo el 0,6 % del beneficio que se obtiene por la venta de una prenda va a parar a los trabajadores, mientras que el 12 % se lo queda la marca y el 59 % la tienda. Así que, si no quieres seguir participando en esto, busca marcas éticas que garanticen unas condiciones laborales adecuadas a sus trabajadores, un salario digno y que respeten los derechos humanos
- Huye de la ropa hecha con materiales de alto impacto medioambiental como el algodón convencional, que consume mucha agua y productos químicos; o textiles sintéticos que liberan micro plásticos durante el lavado como el poliéster, nylon, poliamida, acrílico, elastano…. El 35% de los micro plásticos que se encuentran en el mar proviene del agua de las lavadoras.
- Prefiere tejidos con bajo impacto medioambiental, como el lyocell (Tencel), el algodón reciclado, la lana regenerada, el cáñamo o el lino ecológicos. Como norma general, si los tejidos proceden de fibras recicladas suelen tener menos impacto en el medioambiente.
- No contribuyas a la explotación animal para vestirte, no es necesario. Puedes utilizar tejidos de origen animal como la lana o la seda, siempre que se hayan producido respetando el bienestar animal.
- Evita comprar online ropa de diferentes tallas pensando en devolver la que no te valga, porque multiplica las emisiones de CO2 durante su transporte y los embalajes de los envíos. Y si vas a comprar online, mejor que no sea con envío urgente, para permitir que las empresas de logística puedan planificar los envíos para minimizar sus emisiones.
- Plantéate comprar ropa de segunda mano. Conseguirás ahorrar recursos de la fabricación de una prenda nueva, y evitar un residuo textil más, que son un problema medioambiental muy grave.
- Intenta no lavar las prendas más de lo necesario y, cuando lo hagas, mejor que sea con agua fría o templada. De esta forma, no solo estarás ahorrando energía y agua, sino que, además, reducirás el impacto medioambiental derivado del uso de detergentes.
- Para minimizar la liberación de microplásticos durante los lavados, llena la lavadora con carga completa y evita los lavados intensos y prolongados porque provocan más fricción en las prendas.
- Sécala al aire, mejor sin secadora.
- Usa detergentes con bajo impacto en el medioambiente.
- Prolonga la vida de tu ropa y calzado reparándolos en primer lugar, ya que muchas prendas pueden pasar por nuevas con un buen arreglo.
- Dónalo a alguien que lo pueda aprovechar: muy recomndable con con la ropa de niños, que crecen enseguida dejando la ropa casi nueva.
- Véndela en plataformas online de segunda mano como Wallapop o Vinted.
- Si no hay otra posibilidad, tírala a un contenedor de ropa o llévala al punto limpio, nunca al contenedor de resto. Aunque solo un 1% de la ropa se recicla para convertirse en nuevas prendas, en muchos casos sí se puede reciclar para usos industriales. Y si, además, el gestor es una entidad con fin social como Cáritas o los Traperos de Emaús, dará empleo a personas en riesgo de exclusión social.