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Moringa: ¿qué es?

28 enero 2019
moringa

Un nuevo superalimento se suma a la lista: la moringa. Su composición nutritiva y las “poderosas” propiedades que se le atribuyen hacen que no resulte extraño encontrarla en los estantes de herbolarios y tiendas naturistas. Te contamos sus supuestos beneficios para la salud y cuál es la verdad de este nuevo "superalimento".

La Moringa oleífera es un pequeño árbol originario del Himalaya, de ahí que también se le conozca por el nombre de “árbol de la vida o de los milagros”, y que hoy en día se cultiva en numerosas regiones tropicales, subtropicales y semiáridas del mundo.

Desde hace milenios, las hojas, las flores, los frutos y las raíces de la moringa han formado parte de la alimentación tanto humana como la de los animales por su valor nutritivo. Aun así, su uso no se limita solo como alimento, sino que las distintas partes del árbol de la moringa también hacen las veces de biopesticidas y fertilizantes, o bien pueden usarse en la industria cosmética o para la producción de biogás o el tratamiento de aguas, entre otras cosas. 

¿Por qué está de moda la moringa?

Una de las principales razones por las que la moringa está considerada un superalimento es por su composición en fitonutrientes. Por ello, es habitual escuchar que esta planta tiene propiedades antiinflamatorias, antimicrobianas, antioxidantes, anticancerígenas, cardiovasculares y hepatoprotectoras, entre otras. Al atribuírsele todas estas “maravillas”, se ha extendido la idea de que la moringa es útil para el tratamiento de patologías como el cáncer, la diabetes, el asma o los desórdenes del hígado.  

Además, otro de sus beneficios es que este árbol es rico en diversos micronutrientes (principalmente, provitamina A, vitamina C, calcio y potasio) y proteínas, lo que hace que las poblaciones que lo cultivan lo hayan introducido en su dieta de manera natural, sin muchos reparos.

También se dice que la moringa mejora la piel, y ayuda a prevenir la caída del cabello o en la pérdida de peso.

¿Y qué hay de cierto en esto?

Si bien la moringa se caracteriza por ser rica en varios nutrientes, el consumo en nuestro país se hace mayoritariamente a través de complementos nutricionales (en polvo, cápsulas…) y, por tanto, la calidad nutritiva no es la misma que si nos comiésemos las hojas frescas. Para obtener los componentes que forman el concentrado que encontramos en las tiendas, la planta debe someterse a un tratamiento que muchas veces implica que los nutrientes se destruyan y, por ende, la calidad nutritiva del producto final se reduce significativamente.

Además del profundo arraigo del uso de la moringa en remedios y tratamientos tradicionales, existen numerosos estudios realizados in vitro y en animales con resultados prometedores. Sin embargo, estos beneficios no pueden extrapolarse a los humanos de momento, ya que su eficacia terapéutica aún no ha sido comprobada

Lo natural también tiene contraindicaciones

De manera natural, asociamos que lo “natural” es inocuo y puede tomarse indiscriminadamente, pero no siempre así. Al igual que otros alimentos tildados de “naturales”, la moringa debe ingerirse con ciertas precauciones si queremos evitar posibles efectos secundarios.

Entre las contraindicaciones más habituales asociadas a esta planta están:

  • Las raíces y la corteza de la moringa pueden mostrar efectos abortivos si se consumen en altas dosis.
  • Es recomendable que las personas diabéticas o con hipoglucemia eviten su ingesta debido a su posible efecto hipoglucemiante.
  • Si eres una persona que suele tener problemas de insomnio, te aconsejamos que no tomes moringa antes de irte a la cama porque es una planta estimulante.
  • Puede producir acidez gástrica, irritación y reacciones alérgicas en personas sensibles.
  • Posee un ligero efecto laxante.
  • Algunos estudios in vitro indican que la moringa podría causar efectos adversos si se consume junto a medicamentos retrovirales empleados en el tratamiento de VIH, por lo que su consumo está desaconsejado en estos casos.