Convivir con la diabetes

El 14 de noviembre es el Día Mundial de la Diabetes. Un día para recordar que en torno al 15% de los españoles padece esta enfermedad, y muchos de ellos ni siquiera lo saben. Un diabético puede llevar una vida normal si, además de la medicación, mantiene unos hábitos adecuados. Dispositivos como los sensores de glucosa o las bombas de insulina son un avance gigantesco en el control de la enfermedad y mejoran la calidad de vida.
¿Qué es la diabetes? Causas, tipos, síntomas
Casi un 15% de la población española presenta alguna forma de diabetes, una enfermedad que predispone a desarrollar diversos problemas de salud como pérdida de visión (retinopatía diabética), insuficiencia renal (nefropatía diabética), falta de sensibilidad (neuropatía diabética), úlceras o heridas en las piernas y problemas cardiacos y vasculares diversos.
La buena noticia es que el control médico y de los hábitos de vida ayuda a prevenir dichas complicaciones y mejora de forma sensible el día a día de las personas con diabetes.
Diagnóstico: diabetes
Para diagnosticar una diabetes deben detectarse unas cifras elevadas de azúcar en sangre (la llamada glucemia). Hay varias posibilidades:
- Detección de una glucemia superior a 126 mg/dL en una analítica realizada en ayunas, que debe confirmarse en una segunda analítica si no hay otros síntomas.
- Si ya existe la sospecha clínica, una glucemia superior a los 200 mg/dL en una analítica realizada en cualquier momento del día también sirve como diagnóstico.
- En caso de duda, el diagnóstico se puede confirmar con lo que se denomina "sobrecarga oral de glucosa". Se trata de una prueba en la que se mide la glucemia dos horas después de dar a la persona una solución que contiene exactamente 75 gramos de glucosa. Si supera también los 200 mg/dL, se confirma el diagnóstico.
- Una última posibilidad es la medición de la hemoglobina glicosilada (HbA1c), un parámetro que también se mide en un análisis de sangre y que de forma indirecta "nos chiva" cómo de elevada ha permanecido la glucosa en los meses previos. Una HbA1c superior a 6,5% indica diabetes.
Diferentes tipos de diabetes
La diabetes se caracteriza por una alteración en el aprovechamiento de los azúcares. Puede estar en relación con una carencia de insulina (como sucede en la diabetes tipo 1) o bien a que esta no cumple adecuadamente su función (diabetes tipo 2).
La insulina es una hormona que hace posible que los azúcares entren en las células para poder ser utilizados como fuente de energía.
Diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 se relaciona con una carencia de insulina y aparece más a menudo en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Tiene una base autoinmune: por razones aún no bien conocidas (una de la cuales puede ser una infección vírica) el propio sistema inmunitario destruye las células del páncreas que fabrican la insulina.
En cualquier caso, al margen de los factores desencadenantes, existe una predisposición familiar determinada genéticamente a la que cada vez se da más relevancia.
Diabetes tipo 2
Esta variedad de diabetes sobreviene, por lo general, a partir de los 40 años, aunque cada vez es más frecuente su aparición en personas más jóvenes. En este caso, la producción de insulina no desaparece, o al menos no del todo, pero su acción se ve entorpecida, de forma que los azúcares que llegan a la sangre después de las comidas no son asimilados, causando daños en el organismo.
Aunque existe una importante predisposición familiar, en la diabetes tipo 2 también influyen factores de riesgo modificables por la propia persona, por lo que hasta cierto punto puede considerarse una enfermedad prevenible.
Diabetes gestacional
Hay otras formas de diabetes que no corresponden exactamente con la tipo 1 o la tipo 2. La más importante es la diabetes gestacional, que desarrollan entre un 3% y un 5% de las mujeres embarazadas. En este caso, el aumento del nivel de azúcar en la sangre se debe a la influencia de algunas hormonas presentes durante la gestación.
Reconocer y tratar la diabetes gestacional es importante, porque puede provocar un exceso de peso del bebé y causar dificultades durante el parto. Además, las mujeres que han sufrido diabetes gestacional tienen más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Síntomas de la diabetes
En el caso de la diabetes tipo 1, los síntomas suelen aparecer en un intervalo corto de tiempo y de forma llamativa:
- Poliuria o exceso de orina (la persona empieza a orinar muy a menudo, incluso durante la noche).
- Polidipsia o sed constante.
- Polifagia o hambre constante.
- Es frecuente también una pérdida de peso rápida y cansancio.
En el caso de la diabetes tipo 2 los síntomas suelen ser mucho menos acentuados y aparecer lentamente en el tiempo. De hecho, puede pasar desapercibida durante mucho tiempo hasta que no se manifieste alguna de sus complicaciones. Posibles manifestaciones de una diabetes tipo 2, además de algunas de las mencionadas para la tipo 1, pueden ser las infecciones frecuentes, especialmente urinarias y por hongos, o la lentitud en la cicatrización de las heridas.
Si no se da una respuesta adecuada a estos síntomas, puede darse una descompensación metabólica aguda, que curse con mareo, pérdida de conciencia, náuseas y vómitos. En estos casos es fundamental recibir cuanto antes asistencia. Puede tratarse de una hipoglucemia que se resuelve fácilmente con la administración de glucosa, pero que si no se trata puede derivar incluso en un coma, o una hiperglucemia extrema potencialmente fatal.
¿Se puede prevenir la diabetes?
La diabetes tipo 2 se puede prevenir, pero solo hasta cierto punto, con la combinación de una alimentación saludable y una actividad física moderada.
- Una alimentación saludable es una dieta equilibrada en macronutrientes, basada en productos frescos, rica en frutas y verduras, con suficiente fibra, priorizando legumbres, carnes magras y pescado sobre las carnes ricas en grasa y reduciendo al mínimo los alimentos procesados y el alcohol. Las dietas vegetarianas también parecen asociarse a menor riesgo de desarrollar diabetes.
- Pero hay dudas razonables de que solo la alimentación, sin actividad física asociada, disminuya de forma significativa el riesgo. Se sabe que el sedentarismo es el gran mal de las sociedades desarrolladas por su impacto en la salud cardiovascular o el cáncer. Simplemente 150 minutos semanales de actividad física moderada (caminar a paso ligero, por ejemplo) ya se asocia a una reducción del riesgo.
¿Te han diagnosticado diabetes a ti o a alguien de tu entorno? Sigue leyendo para conocer más sobre los cuidados y tratamientos.
Casi un 15% de la población española presenta alguna forma de diabetes, una enfermedad que predispone a desarrollar diversos problemas de salud como pérdida de visión (retinopatía diabética), insuficiencia renal (nefropatía diabética), falta de sensibilidad (neuropatía diabética), úlceras o heridas en las piernas y problemas cardiacos y vasculares diversos.
La buena noticia es que el control médico y de los hábitos de vida ayuda a prevenir dichas complicaciones y mejora de forma sensible el día a día de las personas con diabetes.
Diagnóstico: diabetes
Para diagnosticar una diabetes deben detectarse unas cifras elevadas de azúcar en sangre (la llamada glucemia). Hay varias posibilidades:
- Detección de una glucemia superior a 126 mg/dL en una analítica realizada en ayunas, que debe confirmarse en una segunda analítica si no hay otros síntomas.
- Si ya existe la sospecha clínica, una glucemia superior a los 200 mg/dL en una analítica realizada en cualquier momento del día también sirve como diagnóstico.
- En caso de duda, el diagnóstico se puede confirmar con lo que se denomina "sobrecarga oral de glucosa". Se trata de una prueba en la que se mide la glucemia dos horas después de dar a la persona una solución que contiene exactamente 75 gramos de glucosa. Si supera también los 200 mg/dL, se confirma el diagnóstico.
- Una última posibilidad es la medición de la hemoglobina glicosilada (HbA1c), un parámetro que también se mide en un análisis de sangre y que de forma indirecta "nos chiva" cómo de elevada ha permanecido la glucosa en los meses previos. Una HbA1c superior a 6,5% indica diabetes.
Diferentes tipos de diabetes
La diabetes se caracteriza por una alteración en el aprovechamiento de los azúcares. Puede estar en relación con una carencia de insulina (como sucede en la diabetes tipo 1) o bien a que esta no cumple adecuadamente su función (diabetes tipo 2).
La insulina es una hormona que hace posible que los azúcares entren en las células para poder ser utilizados como fuente de energía.
Diabetes tipo 1
La diabetes tipo 1 se relaciona con una carencia de insulina y aparece más a menudo en niños, adolescentes y adultos jóvenes. Tiene una base autoinmune: por razones aún no bien conocidas (una de la cuales puede ser una infección vírica) el propio sistema inmunitario destruye las células del páncreas que fabrican la insulina.
En cualquier caso, al margen de los factores desencadenantes, existe una predisposición familiar determinada genéticamente a la que cada vez se da más relevancia.
Diabetes tipo 2
Esta variedad de diabetes sobreviene, por lo general, a partir de los 40 años, aunque cada vez es más frecuente su aparición en personas más jóvenes. En este caso, la producción de insulina no desaparece, o al menos no del todo, pero su acción se ve entorpecida, de forma que los azúcares que llegan a la sangre después de las comidas no son asimilados, causando daños en el organismo.
Aunque existe una importante predisposición familiar, en la diabetes tipo 2 también influyen factores de riesgo modificables por la propia persona, por lo que hasta cierto punto puede considerarse una enfermedad prevenible.
Diabetes gestacional
Hay otras formas de diabetes que no corresponden exactamente con la tipo 1 o la tipo 2. La más importante es la diabetes gestacional, que desarrollan entre un 3% y un 5% de las mujeres embarazadas. En este caso, el aumento del nivel de azúcar en la sangre se debe a la influencia de algunas hormonas presentes durante la gestación.
Reconocer y tratar la diabetes gestacional es importante, porque puede provocar un exceso de peso del bebé y causar dificultades durante el parto. Además, las mujeres que han sufrido diabetes gestacional tienen más riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Síntomas de la diabetes
En el caso de la diabetes tipo 1, los síntomas suelen aparecer en un intervalo corto de tiempo y de forma llamativa:
- Poliuria o exceso de orina (la persona empieza a orinar muy a menudo, incluso durante la noche).
- Polidipsia o sed constante.
- Polifagia o hambre constante.
- Es frecuente también una pérdida de peso rápida y cansancio.
En el caso de la diabetes tipo 2 los síntomas suelen ser mucho menos acentuados y aparecer lentamente en el tiempo. De hecho, puede pasar desapercibida durante mucho tiempo hasta que no se manifieste alguna de sus complicaciones. Posibles manifestaciones de una diabetes tipo 2, además de algunas de las mencionadas para la tipo 1, pueden ser las infecciones frecuentes, especialmente urinarias y por hongos, o la lentitud en la cicatrización de las heridas.
Si no se da una respuesta adecuada a estos síntomas, puede darse una descompensación metabólica aguda, que curse con mareo, pérdida de conciencia, náuseas y vómitos. En estos casos es fundamental recibir cuanto antes asistencia. Puede tratarse de una hipoglucemia que se resuelve fácilmente con la administración de glucosa, pero que si no se trata puede derivar incluso en un coma, o una hiperglucemia extrema potencialmente fatal.
¿Se puede prevenir la diabetes?
La diabetes tipo 2 se puede prevenir, pero solo hasta cierto punto, con la combinación de una alimentación saludable y una actividad física moderada.
- Una alimentación saludable es una dieta equilibrada en macronutrientes, basada en productos frescos, rica en frutas y verduras, con suficiente fibra, priorizando legumbres, carnes magras y pescado sobre las carnes ricas en grasa y reduciendo al mínimo los alimentos procesados y el alcohol. Las dietas vegetarianas también parecen asociarse a menor riesgo de desarrollar diabetes.
- Pero hay dudas razonables de que solo la alimentación, sin actividad física asociada, disminuya de forma significativa el riesgo. Se sabe que el sedentarismo es el gran mal de las sociedades desarrolladas por su impacto en la salud cardiovascular o el cáncer. Simplemente 150 minutos semanales de actividad física moderada (caminar a paso ligero, por ejemplo) ya se asocia a una reducción del riesgo.
¿Te han diagnosticado diabetes a ti o a alguien de tu entorno? Sigue leyendo para conocer más sobre los cuidados y tratamientos.
A pesar de los avances en el tratamiento, la educación del paciente sobre su enfermedad sigue siendo una herramienta fundamental para su control. Sus pilares básicos son:
- Una dieta adecuada.
- La práctica habitual de ejercicio. Está demostrado que la práctica del ejercicio ayuda a controlar el nivel de azúcar en los diabéticos del tipo 2; y en el tipo 1 se sabe que ayuda a prevenir el desarrollo de otros problemas, como hipertensión e hipercolesterolemia. No obstante, el ejercicio debe realizarse llevando un control. Por ejemplo, los del tipo 1 tendrán que ajustar las dosis de insulina o los alimentos que deben ingerir de acuerdo con el ejercicio que vayan a realizar. En los del tipo 2, si toman fármacos, puede ser necesario reducir la dosis para evitar la hipoglucemia.
- Seguir un tratamiento farmacológico, si es necesario. Va a depender del tipo de diabetes que padezca. En general, los pacientes de tipo 1 tienen que administrarse insulina. Para ello disponen, hoy día, de un amplio abanico de dispositivos a la hora de monitorizar su glucemia y administrar la insulina del modo más personalizado posible. Los del tipo 2 suelen tomar antidiabéticos orales o, simplemente, deberán realizar unos cambios en su dieta diaria. Si aún asi no es posible el control, deberán recurrir a las nuevas medicaciones inyectables (análogos del GLP-1).
Todo ello, sin descuidar aspectos como la higiene (con especial atención al cuidado de los pies) y una vida ordenada en cuanto a horarios (comidas, sueño, ejercicio).
La alimentación de una persona con diabetes
- Una dieta variada repartida en cinco o seis comidas al día. El objetivo de repartirlas así es ayudar al cuerpo a mantener el equilibrio de azúcar en sangre. También es importante mantener un horario regular de comidas.
- Reducir el consumo de grasas, particularmente, las grasas saturadas y el colesterol.
- Adecuar la ingesta de calorías al gasto energético y al mantenimiento del peso.
- Aumento del consumo de alimentos ricos en hidratos de carbono complejos, fibras y vitaminas. El diabético debe aumentar la ingesta de cereales, vegetales, incluidas las legumbres y las frutas.
- Reducción del consumo de sal: lo que se pretende con esta medida es evitar que el diabético sufra problemas de hipertensión.
- Moderar el consumo de alcohol: La ingesta excesiva de alcohol puede dar lugar a complicaciones de hipertensión arterial, cirrosis hepática, etc.
De todos modos, se recomienda personalizar el aporte de hidratos de carbono en función del tipo de diabetes que se padece y de las peculiaridades de cada persona.
Cómo calcular las raciones diarias
Uno de los factores que más influye en los niveles de glucosa es la cantidad de hidratos de carbono que el diabético consume en cada comida. Lo ideal es que cada comida que se realice, aunque difiera en los alimentos, contenga una cantidad similar de hidratos.
Normalmente, la dieta del diabético debe contar con entre un 50 y 55 % de aporte calórico que provenga de los hidratos de carbono, repartidos de la siguiente manera:
- 15 % en el desayuno.
- 10 % a media mañana.
- 30 % en la comida.
- 10 % en la merienda.
- 25 % en la cena.
- 10 % al acostarse.
Para facilitar la tarea y saber la cantidad de comida a la que equivalen estos porcentajes se introduce el término de “ración”: una ración equivale a 10 gramos de hidratos carbono y un gramo de hidratos tiene 4 kilocalorías. De esta forma, teniendo en cuenta la cantidad de calorías que debe tomar, y sabiendo que el 55 % deben ser hidratos de carbono, el diabético puede calcular las raciones.
Para saber a cuántas raciones equivalen los alimentos que ingerimos habitualmente se puede servir de las tablas de raciones que hay publicadas o que le puede facilitar el médico.
¿Qué es el índice glucémico?
El índice glucémico de un alimento expresa claramente su efecto sobre los niveles de azúcar en la sangre. Para los diabéticos es muy útil conocerlo, ya que puede ayudar a controlar sus glucemias. De todas formas, no es imprescindible que conozca exactamente el índice de cada alimento, se trata tan solo de saber en qué categoría se encuadra (alto, medio o bajo).
Cuanto más alto sea el índice glucémico de un alimento, más aumentará el nivel de azúcar en la sangre. No obstante, un alimento con índice alto puede producir un nivel de azúcar menor del esperado si se combina adecuadamente con otros alimentos. Es el caso de los dulces si se toman después de comer (en el caso de los dulces, en cualquier caso, el consumo debe ser esporádico).
Además, no debe calificarse a un alimento con un índice glucémico alto como "perjudicial" sin más, porque en situaciones de hipoglucemias puede ser muy útil.
Por otra parte, hay que considerar que la forma de preparar un mismo alimento puede representar un índice glucémico distinto: es el caso de la patata, que ofrece resultados diferentes cuando se ingiere frita, en puré, hervida, etc.
A continuación podrás ver si lo deseas el índice glucémico de algunos alimentos.
La siguiente tabla muestra el índice glucémico de algunos alimentos en escala de 0 a 100. Se indica entre paréntesis el aumento de los niveles de glucosa en sangre después de ingerir una ración de alimento que contenga 50 g de hidratos de carbono.
ÍNDICE GLUCÉMICO DE ALGUNOS ALIMENTOS | ||
Bajo (menos de 55) | Medio (entre 55 y 70) | Alto (más de 70) |
All Bran | Arroz blanco | Baguette |
Banana | Gaseosa | Calabaza |
Cebada | Helado | Corn Flakes |
Centeno | Maiz dulce | Glucosa |
Cereza | Mango | Maltosa |
Ciruela | Pan de harina blanca | Miel |
Chocolate | Pan de harina de centeno | Patata al horno |
Espaqueti | Pasas | Sandía |
Garbanzos | Piña | Zanahoria |
Kiwi | Sacarosa | |
Lactosa | Zumo de naranja | |
Leche | ||
Lentejas | ||
Macarrones | ||
Maní | ||
Manzana | ||
Naranja | ||
Pan de centeno | ||
Pera | ||
Trigo | ||
Zumo de manzana |
Alimentos especiales para diabéticos
La alimentación de los diabéticos debe ser variada y equilibrada, aunque limitando el consumo de grasa y haciendo un uso adecuado de los hidratos de carbono. En el mercado, por otra parte, existen algunos alimentos que se venden como especiales o como recomendados para diabéticos. Veamos algunas de sus características:
Edulcorantes
Hace años, los edulcorantes se limitaban al uso de la sacarina. Sin embargo, el mercado actual es más amplio e incluye otros productos más conseguidos (normalmente mezclas) que no pierden propiedades con el calor y que tienen un sabor más parecido al azúcar natural. También se presentan ya en diversos formatos: clásico en comprimidos, formato líquido en gotas, y granulado o en terrones, simulando el azúcar tradicional.
La mezcla más empleada es la de sacarina y ciclamato, seguida de aspartamo combinado con acesulfamono. También es ya popular el uso de la estevia (o stevia), que aporta un sabor dulce sin calorías (no se debe superar los 4 mg por cada kg de peso corporal al día). Las marcas más conocidas que venden estos productos son Natreen, Sucran Low, Styless, Santiveri, Canderel e, incluso, las marcas de distribución (por ejemplo, Carrefour, Alcampo, etc.).
Siga las indicaciones de uso por lo que respecta a su dosificación: son edulcorantes intensivos y una dosis de más puede estropearte el café o el postre más exquisito.
Mermeladas sin azúcar: mejor sin fructosa
Aunque son otro producto popular entre los diabéticos, es importante fijarse en la lista de ingredientes y descartar aquellas mermeladas que aún utilizan fructosa como endulzante. Si la fructosa se toma en grandes cantidades también puede producir hiperglucemia y elevar los niveles de colesterol.
Afortunadamente la fructosa se emplea cada vez menos, sustituyéndose por edulcorantes intensivos, como el aspartam o la estevia.
Panadería y pastelería sin azúcar
Estos productos suelen utilizar polialcoholes como sustitutos del azúcar, lo que disminuye la carga glucémica. Sin embargo, siguen siendo productos muy ricos en grasas y con un contenido en harina refinada elevado, por lo que pese a todo las personas diabéticas deben moderar su consumo.
A veces en estos productos, al igual que ocurre en mermeladas, se sustituye el azúcar por fructosa. En este caso, son totalmente desaconsejables para diabéticos.
Si hay algo imprescindible para las personas diabéticas que necesita insulina son todos los elementos necesarios para medir su nivel de glucosa y suministrar la insulina que necesita en cualquier momento y lugar. Afortunadamente, hoy día tienen a su disposición una serie de dispositivos, fruto de los avances tecnológicos, que facilitan el control de su diabetes y mejoran sustancialmente su calidad de vida, ganando en precisión y eliminando pinchazos.
Bolígrafos o plumas
La jeringuilla de insulina es ya, en muchos casos, cosa del pasado. Son ya mayoría quienes usan bolígrafos o plumas de insulina, dispositivos precargados en los que se inserta una aguja desechable y que cuentan con una rueda para seleccionar la dosis necesaria. Estos dispositivos, cubiertos por el Sistema Nacional de Salud, evitan inconvenientes como la presencia de burbujas y permite dosificar exactamente la cantidad deseada.
Otra novedad relativamente reciente son las insulinas de acción ultrarrápida, que actúan antes que las insulinas rápidas tradicionales y permiten reducir aún más el tiempo de hiperglucemia.
Sensores de glucosa y sistemas de monitorización continua
Los sensores de glucosa son pequeños dispositivos que se colocan sobre el brazo o abdomen y que llevan un pequeño filamento que se introduce en la piel. Este filamento mide la glucosa dentro del tejido intersticial sin necesidad de pinchar los dedos. El sensor es capaz de enviar los datos a un dispositivo móvil, registrando además la evolución y tendencia y permitiendo fijar una serie de alarmas.
Hay diferentes sistemas comerciales de monitorización continua. El sistema más económico es el “Libre style” de la marca Abbot, que tiene un coste aproximado de unos 120 euros al mes.
En la actualidad estos sistemas están financiados por el Sistema Nacional de Salud para ciertos grupos de pacientes.
Puertos de inyección
Un diabético tipo 1 debe recibir su dosis de insulina entre 4 y 5 veces al día, pinchazos a los que hay que sumar los de las inyecciones correctoras. A la larga, esto puede dar lugar a complicaciones, como la lipodistrofia, una inflamación del tejido graso que impide la correcta absorción de la insulina. Para paliar este problema, han aparecido en el mercado los puertos de infusión; dispositivos que introducen una pequeña cánula en la piel por medio de una pequeña aguja. La insulina se introduce a través de ese catéter, y de esa manera se ahorran un buen número de pinchazos. Cada puerto dura 3 días.
En España hay dos sistemas en el mercado, y por el momento ninguno de ellos está financiado por el Sistema Nacional de Salud, con lo que el diabético debe gastar al mes entre 33 euros (si se decanta por Insuflon) y 88 euros (lo que cuesta el i-Port Advance de Medtronic).
Bombas de insulina
Son dispositivos electrónicos que proporcionan infusión de insulina de acción rápida al organismo a través de un catéter, durante las 24 horas del día. La bomba se encarga de introducir cada poco tiempo una cantidad de insulina, simulando en la medida de lo posible la función del páncreas.
Las bombas de insulina deben configurarse con la ayuda de un profesional sanitario, que determina la cantidad de insulina que irá proporcionando la bomba, en función de las necesidades basales, en cada momento del día. Además, la bomba permite ajustar las dosis a administrar en los bolos de comida. La bomba funciona con baterías o pilas, y el catéter ha de cambiarse cada 2 o 3 días.
El coste de un sistema de infusión de insulina es muy elevado: la propia bomba puede suponer un desembolso de más de 6.000, a los que hay que sumar unos 200 euros al mes por el material fungible.
La implantación de bombas de insulina implica profesionales sanitarios formados y la realización de un seguimiento intensivo sobre el paciente. Requiede, además, el aprendizaje por parte del paciente, por lo que en la práctica los candidatos a usarlas son los casos más “delicados”, embarazadas, o diabéticos con mal control. En cualquier caso, se estima que solo el 5% de los diabéticos cuentan con una bomba financiada por el Sistema Nacional de Salud, menos que otros países de nuestro entorno.
Objetivo, mejor calidad de vida
La aparición de los sensores de glucemia, junto con la generalización de las bombas de insulina, han supuesto una verdadera revolución para el día a día del diabético. En cualquier caso, estos dispositivos destinados a facilitar el control son un innegable avance en la calidad de vida y la salud de los pacientes diabéticos, por los que, a juicio de OCU, garantizar el acceso de los enfermos que lo deseen a estos sistemas debería ser una prioridad.
También depende de ti
Los pacientes diabéticos están experimentando un fuerte empoderamiento frente a su enfermedad en los últimos años. La aparición de mejores tratamientos, glucómetros más fiables, sistemas de monitorización continua de glucosa, bombas de insulina y sistemas DIY (Do It Yourself) de páncreas artificial han provocado que muchos pacientes y familiares se pongan al frente de su enfermedad, pasando de ser menor utilizadores del sistema a tener una participación activa.
En el caso de la diabetes, la experiencia demuestra que un paciente que disponga de estos sistemas presenta una mayor proactividad a la hora de afrontar la enfermedad, dispone de información personal de sus glucemias y tiene las herramientas para controlarlas. Un paciente empoderado es un paciente informado y formado.
Dos iniciativas relevantes, en este sentido, son:
- Nightscout. Es un proyecto de código abierto, a escala mundial y sin animo de lucro, gracias al esfuerzo de diabéticos y familiares. Su lema es “#WeAreNotWaiting”. Facilita el acceso a la monitorización a distancia, lo que permite, por ejemplo, conocer minuto a minuto las glucemias de un niño que se encuentra en el colegio, o monitorizarlo mientras duerme en su habitación o en casa de un amigo. Estos sistemas incorporan alarmas, lo que evita las hipo e hiperglucemias, con la mejora de la calidad de vida que ello supone, así como un mejor control que evita hospitalizaciones y ahorra en gasto sanitario.
- Diabetes cero. Es una iniciativa nacional. Se trata de un movimiento nacido de padres de niños con diabetes tipo 1 y adultos que recaudan dinero para dedicarlo a la investigación sin condicionantes políticos o empresariales. Su eslogan es “Ayudanos a encontrar la cura de la diabetes tipo 1".