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Fruta deshidratada: saludable en pequeñas cantidades

Las uvas pasas, ciruelas, orejones, dátiles, arándanos secos… contienen gran cantidad de fibra, vitaminas y minerales. Pero conviene moderarse en el consumo porque son alimentos muy calóricos. Fíjate en la lista de ingredientes y elige preferiblemente los que no lleven sulfitos, jarabes de azúcar u otros añadidos.

18 diciembre 2024
uvas pasas, orejones, dátiles y más frutas deshidratadas

Deshidratar para conservar la fruta

Las frutas deshidratadas tienen muchos usos. Son típicas en las celebraciones de Navidad como un dulce más en las bandejas de los turrones y postres navideños. Se utilizan como ingrediente endulzante en la repostería, sobre todo en la elaboración de bizcochos. Y sirven de picoteo saludable entre horas, generalmente combinadas con un puñado de frutos secos.

Tradicionalmente la fruta se deshidrataba mediante el secado al sol, precedido a veces por la inmersión en jarabes de azúcar. Hoy en día, la industria utiliza hornos deshidratadores o realiza la liofilización, una técnica avanzada de congelación y sublimación que por su elevado coste se reserva para piezas de gran valor. La finalidad de la deshidratación es reducir el contenido de agua que la fruta ha ido acumulando en su desarrollo (y que puede rondar el 85 o 90%) hasta dejarlo como mucho en un 10 o 15% de su peso total.

La deshidratación se complementa a menudo con aditivos para impedir que la fruta cortada coja un color pardo por oxidación, para lo que algunos fabricantes emplean sulfitos. Y no es tampoco raro el uso de conservantes para que no aparezcan mohos, y de harinas y aceites vegetales para evitar que las frutas se peguen entre sí o tengan un brillo más atractivo. Se trata de aditivos tolerables, si bien siempre es mejor decantarse por la fruta deshidratada que lleve el menor número de ellos. Lo malo es que la fruta deshidratada sin más ingredientes añadidos suele ser más cara.

El precio de la fruta deshidratada es alto y sale a cuenta comparar precios en distintos comercios.

Ricas en nutrientes y calorías

La fruta deshidratada o desecada tiene fama de ser tan saludable como la fruta fresca y se piensa que puede comerse en la misma abundancia, pero no es del todo cierto. El proceso de deshidratación permite obtener un alimento de larga conservación y con una alta concentración de fibra y algunas vitaminas, pero también muy calórico y del que por esa misma razón no debe abusarse.

A igual peso, la fruta deshidratada multiplica por cuatro o cinco el contenido de la fruta fresca en fibra, vitaminas, minerales… y también de azúcares. Lo que hace que sea mucho más calórica y, al mismo tiempo, debido a su baja proporción en agua, menos saciante. Cuidado, por tanto, el riesgo de tomarla sin mesura.

En cantidades moderadas, la fruta deshidratada puede ser una buena opción como snack saludable, para los momentos de antojo de golosinas o como fuente de energía mientras se hace deporte. Pero en ningún caso debe considerarse sustituta de la fruta fresca.

Sustituir el azúcar por dátiles no es más sano

En la elaboración de repostería en casa, sobre todo de bizcochos y magdalenas, se ha puesto de moda endulzar con pasta de dátil con la ilusión de que el dátil es más sano que el azúcar. Pero lo cierto es que lo mismo da endulzar con azúcar que con pasta de dátil, ya que al triturar el dátil se liberan los azúcares que contiene, perdiéndose así la principal ventaja nutricional que buscábamos.

Por tanto, tiene poco sentido utilizar un ingrediente tan caro como el dátil cuando el resultado no merece la pena.

Tradicionales y exóticas

A la ya amplia oferta habitual de higos, dátiles, orejones, ciruelas y uvas pasas, se han añadido recientemente los arándanos secos y otras frutas más exóticas como kiwis, piñas, papayas, etc.

No hay que confundir la fruta deshidratada con la fruta escarchada, que se prepara confitándola en almíbar. Las famosas Frutas de Aragón emplean fruta escarchada (naranja, pera, melocotón, cereza…) bañada en chocolate.

Frutas deshidratadas: ricas y variadas 

 cuenco de higos  

HIGOS SECOS

Especialidad muy típica de las fiestas navideñas, se recubren con frecuencia con una fina película de harina de arroz para que no se peguen entre sí.

  • Precio: 11,11 €/kg
  • Calorías: 200 kcal/100 g
  • Azúcar: 35%
  • Fibra: 7%
 cuenco de pasas de colores  

PASAS DE UVA

Una de las frutas deshidratadas más populares, se distinguen distintos tipos según la uva utilizada: de Corinto, Moscatel, Thomson, California...

  • Precio: 6,71 - 14,13 €/kg
  • Calorías: 320 kcal/100 g
  • Azúcar: 70%
  • Fibra: 10%
 cuenco de dátiles  

DÁTILES

A la venta con y sin hueso, es el único fruto que no se come fresco. Los más valorados y caros son los dátiles grandes y pulposos de variedad Medjul.

  • Precio: 7,70 - 8,50 €/kg
  • Calorías: 350 kcal/100 g
  • Azúcar: 50%
  • Fibra: 7%
 cuenco de ciruelas pasas  

CIRUELAS PASAS

Se comercializan con y sin hueso y de varios calibres, lo que influye en el precio. Entre las más apreciadas están las de la variedad d'Agen:

  • Precio: 9,92 - 11,19 €/kg
  • Calorías: 200 kcal/100 g
  • Azúcar: 35%
  • Fibra: 7%

 cuenco de orejones  

OREJONES

Hechos de albaricoques, y en ocasiones melocotones, son un alimento tradicional en toda la cuenca del Mediterráneo y que se usa a menudo en guisos de carne.

  • Precio: 14,62 €/kg
  • Calorías: 250 kcal/100 g
  • Azúcar: 40%
  • Fibra: 7%

 cuenco de arándanos secos  

ARÁNDANOS SECOS

Una de las frutas deshidratadas más en auge por los supuestos beneficios que se han atribuido a su consumo; se le suele añadir azúcar para mitigar su acidez.

  • Precio: 14 €/kg
  • Calorías: 330 kcal/100 g
  • Azúcar: 75%
  • Fibra: 7%
 cuenco de frutas propicales deshidratadas  

FRUTAS TROPICALES

Plátano, coco, kiwi, piña, papaya, e incluso alguna especialidad tan singular como la flor de hibisco, se venden como chips o golosinas. Sus características nutricionales, sin embargo, no difieren demasiado de las de otras frutas deshidratadas más tradicionales y sus precios son muy variables.

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