Enfermedades infecciosas en el embarazo, riesgo real
Contagiarse de determinadas enfermedades durante el embarazo puede ser peligroso para la madre y el bebé. Por eso es importante que las mujeres gestantes adopten medidas preventivas. La vacunación es la mejor medida en algunos casos, pero no en todos, y no siempre. En ocasiones no hay más remedio que extremar las precauciones y tener mucho cuidado con lo que se come, se toca...

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¿Estás embarazada? Enhorabuena… y cuídate mucho, para evitar contagiarte de enfermedades infecciosas que podrían afectar a tu salud y a la de tu bebé.
Gestación = Cambios en el sistema inmune
El riesgo de infección grave en mujeres gestantes es mayor que en mujeres no embarazadas, ya que durante el embarazo su sistema inmune sufre un cambio de adaptación fisiológica para evitar el rechazo contra el feto que se está desarrollando en su interior, y esa adaptación explica la mayor propension a sufrir infecciones graves. Hay enfermedades infecciosas (víricas, bacterianas o parasitarias) que pueden atravesar la barrera placentaria e infectar y dañar al feto o al recién nacido poniendo en peligro su vida.
Frente a algunas de ellas no hay prevención posible: no hay vacunas, ni intervenciones de salud pública, ni medidas que se puedan tomar para evitar entrar en contacto con el patógeno, ni tratamientos eficaces que curen la infección en la madre y eviten la transmisión congénita al feto (es lo que sucede con la infección causada por citomegalovirus que en niños y adultos no es grave pero sí para el feto, o la infección por virus del herpes, que en caso de infección congénita puede causar desde la muerte del feto, aborto, parto prematuro o serias anomalías en el recién nacido).
Pero hay otras infecciones también muy peligrosas para el desarrollo del feto (por ejemplo las causadas por los virus de varicela, rubeola o sarampión, o por el parásito de la toxoplasmosis) o para la vida del recién nacido (infecciones por las bacterias de tétanos, tosferina, listeria, etc.) en las que se pueden tomar medidas, que pasan por un lado por la vacunación, y por otro, por medidas de higiene preventivas.
Infecciones que se pueden prevenir con la vacuna
¿Estás planeando quedarte embarazada? Te conviene tener las vacunas al día. Si no te vacunaste en la infancia, y no has pasado la enfermedad (que te inmuniza), vacúnate antes del embarazo si se trata de vacunas con virus atenuados, pues estas no se pueden administrar a personas inmunocomprometidas como las mujeres embarazadas. Es importante que tras la última dosis de alguna de estas vacunas víricas pasen al menos 4 semanas antes de un posible embarazo.
Las vacunas inactivadas sí se pueden administrar en el embarazo, porque no hay posibilidad de replicación del microorganismo, pero la respuesta inmune que producen no es tan potente.
Hay enfermedades peligrosas para el feto, como la varicela o la rubéola o el sarampión. Otras infecciones son peligrosas no para el feto sino para el recién nacido: es conveniente que la madre se vacune para dotar de inmunización pasiva al feto y de este modo proteger al recién nacido (eso sucede con el tétanos y la tosferina).
Sarampión
La infección de sarampión durante el embarazo aumenta la gravedad de la infección en la madre con un mayor riesgo de ingreso hospitalario y desarrollo de neumonía. Y aunque la infección por sarampión no produce anomalías fetales sí que aumenta el riesgo de aborto, muerte fetal, bajo peso al nacer y parto prematuro. Hay una vacuna eficaz, pero es de virus vivos y no se puede administrar durante el embarazo.
Varicela
La infección por varicela durante el embarazo está asociada a muerte fetal y en algunos casos al conocido como síndrome de varicela congénito que se caracteriza por anomalías en las extremidades, oculares y cerebrales. La vacuna es de virus vivos: no debes vacunarte durante el embarazo.
Rubeola
La infección por rubeola durante el embarazo causa en el feto el conocido como síndrome de rubeola congénito que se caracteriza por producir anomalías a nivel de la visión (cataratas, glaucoma, opacidad corneal, etc…), pérdida auditiva, anomalías cardiacas y cerebrales. La solución es la vacuna… pero es de virus vivos, con lo que no se puede poner a una mujer gestante o que vaya a quedar embarazada en breve.
Las vacunas frente a tétanos y frente a tosferina son vacunas inactivadas, elaboradas a partir de proteínas derivadas de las toxinas que liberan las bacterias: Clostridium tetanii (agente causal de la infección de tétanos) y Bordetella pertussis (agente causal de la tosferina). Al ser vacuna inactivadas se pueden y deben administrar durante el embarazo.
Tétanos
El tétanos es una infección muy grave causada por una neurotoxina que libera la bacteria Clostridium tetanii y que afecta al sistema nervioso provocando rigidez muscular, espasmos, convulsiones y muerte.
La bacteria no se transmite de persona a persona, ni de la madre al feto, sino que es una bacteria ubicua presente en el medio ambiente (especialmente en el suelo) y que se transmite a través de heridas abiertas. De hecho, el tétanos neonatal es la infección que adquieren los recién nacidos de madres no inmunizadas por el cuidado “no esterilizado” en el momento de cortar el cordón umbilical. La vacunación frente al tétanos confiere protección activa a la madre y protección pasiva vía transplacentaria al feto.
El número de dosis de vacuna antitetánica que se deben administrar durante el embarazo depende del estado de vacunación previo de la madre. Las actuales recomendaciones son que las mujeres embarazadas que no hayan recibido con anterioridad al menos 5 dosis de la vacuna antitetánica reciban la vacuna para protegerse ella y al bebé. Si se desconoce si ha sido vacunada, entonces se recomienda administrar 3 dosis a los 0, 1 y 6 meses.
Tosferina
La tosferina es una infección respiratoria muy contagiosa y actualmente en aumento causada por la bacteria Bordetella pertussis.
Se transmite muy fácilmente vía respiratoria., y afecta a personas de cualquier edad. De hecho, se sabe que los adolescentes y los adultos jóvenes actúan como el reservorio principal de la infección, pero es en los menores de 3 meses de edad donde la infección reviste gravedad por su elevada mortalidad. El actual aumento de los casos de tosferina se debe a que la inmunidad que confiere el pasar la infección o la vacuna que se administra en 4 dosis a lo largo de la infancia (desde los 2 meses de edad) es de corta duración, como mucho entre 7 y 10 años.
La mejor estrategia para proteger a los menores de tres meses de edad, la población de mayor riesgo, es vacunar a la madre a las semanas 27 o 28 de gestación para generar y transferir anticuerpos suficientes al feto en el momento del nacimiento.
Gripe
Otra enfermedad infecciosa, en este caso vírica, que supone un peligro tanto para la madre, el recién nacido y el feto es la gripe.
Las mujeres embarazadas tienen tres veces más probabilidades de tener que ser ingresadas en el hospital por gripe que las no embarazadas, y más riesgo de muerte por gripe. Aparte de eso, la infección en el segundo y tercer trimestre de embarazo aumenta el riesgo de aborto, parto prematuro y bajo peso al nacer.
La vacunación frente al virus de la gripe disminuye el riesgo de que la madre desarrolle enfermedad grave, protege frente a las posibles complicaciones fetales y protege al recién nacido frente a la gripe. De hecho, según los estudios, la única manera de proteger de la gripe a los bebes de menos de 6 meses es a través de la vacunación materna.
La mayoría de las presentaciones de vacuna de la gripe son vacunas inactivadas, seguras para su administración durante el embarazo. La recomendación sanitaria actual es que las mujeres que se encuentren embarazadas durante la temporada de gripe acudan a vacunarse de gripe a su centro de salud, independientemente, del trimestre de gestación en el que se encuentren
Solo en algunos casos
Otras enfermedades infecciosas frente a las que mujeres embarazadas en situaciones de riesgo concretas deben vacunarse son: hepatitis A, hepatitis B, meningitis, neumonía, rabia, polio y fiebre tifoidea.
Volver arribaInfecciones para las que no hay vacunación
Si no hay vacunas, cuidado, higiene y prevención
Hay otras infecciones para las que no hay vacuna. Precisamente, las medidas de higiene y protección durante el embarazo van dirigidas a proteger al feto, al recién nacido y a la madre de esas enfermedades infecciosas.
Toxoplasmosis congénita
La infección por toxoplasmosis, cuyo agente causal es el parásito Toxoplasma gondii, es una infección que suele cursar de forma asintomática y frente a la que se desarrolla inmunidad de por vida; pero si se infecta una mujer embarazada que no hubiera desarrollado inmunidad previa, las consecuencias de la infección son muy graves, no para ella, sino para el feto.
La toxoplasmosis congénita es el término que refiere a la infección que sufre el feto cuando durante el embarazo la madre se infecta por primera vez (término que se conoce como primoinfección) con el parásito Toxoplasma gondii. Este parásito atraviesa la placenta materna infectando al feto diseminándose en diferentes tejidos: cerebro, tejido muscular, corazón, hígado, pulmón y, sobre todo, retina. Dependiendo del momento de gestación en el que ocurra la infección, los daños son más o menos graves: cuanto más temprano, más graves son.
- La infección durante el primer trimestre de embarazo acarrea muerte fetal o lesiones intracraneales y oculares al nacer, es por ello que la mayoría de los recién nacidos con signos y síntomas de toxoplasmosis presentes en el momento de nacer se infectaron durante el primer trimestre de gestación.
- Los recién nacidos que se infectaron durante el segundo y tercer trimestre suelen ser asintomáticos al nacer, pero tienen un elevado riesgo de manifestar secuelas, como corioretinitis: una enfermedad ocular que deriva en deterioro grave de la agudeza visual o incluso en ceguera total.
Puesto que no hay una vacuna,la prevención frente a toxoplasmosis consiste en evitar la fuente de infección.
El Toxoplasma gondii es un parásito ubicuo que solo se puede multiplicar en el tracto gastrointestinal de los felinos, incluyendo a los gatos domésticos. Desde ahí, vía heces, el parásito se libera al ambiente en forma de esporas que contaminan el entorno: agua, tierra, plantas y cualquier animal que las consuma pasará a estar infectado.
Las posibles vías por las que nos podemos infectar de toxoplasmosis son:
- Por ingestión directa de las esporas: ingestión accidental de tierra contaminada por heces felinas (al cambiar el arenero, practicando jardineria…)
- Ingestión de agua o frutas o verduras contaminadas
- Por ingestión indirecta del parásito al consumir carne poco cocinada de animales de granja o caza, o pescado o moluscos poco cocinados que hayan estado en contacto con agua contaminada.
Las mujeres embarazadas deben tener especial cuidado con lo que comen, y evitar consumir carne o pescados crudos, curados, ahumados, marinados; carne de caza, frutas, verduras, hortalizas crudas que no se hayan pelado y lavado y desinfectado previamente. Además, es recomendable que no entren en contacto con el arenero del gato; si esto no fuera posible, el arenero se debe limpiar todos los días (para evitar que las esporas puedan llegar a infectar) y usar guantes. Y lo mismo si se dedican a la jardineria.
Listeriosis
La listeriosis es una infección causada por la bacteria Listeria monocytogenes, muy ubicua: se ha encontrado listeria en el suelo, en el agua, en muchas especies animales, en personas asintomáticas, en alimentos tanto para humanos como para animales, etc.
La infección por listeria, en general, da lugar a un proceso que se resuelve solo de tipo gripal con síntomas como fiebre, dolor muscular, dolor abdominal, nausea, vómitos, diarrea, etc. Pero el problema es que Listeria monocytogenes produce infección de la placenta, del líquido amniótico y del recién nacido por infección en el momento del parto, lo que puede derivar en aborto, parto prematuro, sepsis en el recién nacido, meningitis, y muerte del recién nacido.
La principal vía de contagio de listeria es a través de la ingesta de alimentos contaminados. Y las medidas de prevención pasan por no consumir alimentos que puedan estar contaminados, como:
- Leche o derivados lácteos elaborados a partir de leche no pasteurizada (leche cruda y quesos frescos o de pasta blanda).
- Alimentos envasados listos para consumo que pueden consumirse directamente sin cocinado previo.
- Frutas, verduras, hortalizas congeladas que requieran ser cocinadas previo a su consumo.
Enfermedades infecciosas trasmitidas por artrópodos
Otras enfermedades infecciosas se transmiten por la picadura de mosquitos y garrapatas frente a las que todo el mundo debe protegerse si van a viajar a zonas donde sí son prevalentes.
Algunas de estas infecciones son de especial peligrosidad para las mujeres embarazadas ya sea por el riesgo de fallecimiento de la madre (fiebre amarilla, malaria), por el riesgo de aborto o parto prematuro (dengue, chikungunya) o, directamente, por el daño que el patógeno puede infligir al feto (zika, oropouche).
Las medidas de prevención frente a estas infecciones cuando se va a viajar a esas zonas pasan por la vacunación (en los casos en los que haya una vacuna, como sucede con la fiebre amarilla y recientemente en el dengue, aunque son de virus atenuados). Pero sobre todo, evitar la picadura de los insectos transmisores con mosquiteras, repelentes de mosquitos y vistiendo ropa y calzado adecuado.
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