Té, ¿sabes cómo disfrutarlo?

Si eres un amante del té, seguro que no hay nada mejor que disfrutar de una buena taza de esta infusión a cualquier hora del día. En OCU te recordamos algunos consejos para que prepares el té que tanto te gusta como un auténtico experto y saques todo el partido a esta famosa bebida.
Distintas variedades de te
Para la misma planta hay muchos tipos de tés. Dependiendo de su origen o de su proceso de elaboración existen distintos tipos de tés que te decimos. ¿Cuál prefieres?
- Té negro. De color marrón oscuro a negro, tiene un sabor fuerte y está fermentado. La mayor parte de la cosecha mundial se dedica a este tipo de té. Sufre una etapa de oxidación completa. Su vida es más longeva que la del té verde. Hay distintos té negros, por su composición (aromatizados con bergamota, como el famoso Earl Grey) o por su procedencia.
- Té verde. Su sabor es ligeramente amargo. No está fermentado, se dejar secar al aire y al sol. Lass hojas se someten a un tratamiento de vapor, destruyéndose los enzimas responsables de la oxidación. El más delicado y por lo tanto, el que requiere ser consumido cuanto antes. Conserva la mayor parte de los componentes de la hoja de la que procede, destacando su alto contenido en polifenoles. Su tiempo de infusión es reducido, apenas 2 minutos.
- Té Oolong o té azul o seminegro. Sufre una oxidación parcial, adquiriendo un color y sabor entre medias del té verde y el negro. El tiempo de infusión recomendado son 3 min.
- Té blanco. De color pálido, es el más suave de sabor y color, no está fermentado ni oxidado. Su procesado es similar al del té verde, pero se seleccionan los brotes más tiernos. Al igual que el té verde, tiene un alto contenido en polifenoles y requiere un bajo tiempo de infusión (2 min).
- Té amarillo. Uno de los menos conocidos. Su procesado es similar al del té verde pero incluye una etapa en la que se le aplica calor húmedo, dando lugar a una ligera oxidación por la que adquiere su color característico.
- Té rojo o Pu-erh. En realidad es un tipo de té negro, al que se le ha sometido a una fermentación posterior (por microorganismos) que puede durar entre 2 y 60 días. y le proporciona su característico color cobrizo y su sabor fuerte. Al ser un té fermentado, su calidad puede mejorar con el paso del tiempo. Eso sí, siempre y cuando respetemos unos consejos básicos de almacenamiento.
Una buena conservación: muy importante
El té es un producto delicado y por ello, requiere de condiciones especiales de almacenamiento para poder conservar su sabor, aroma y principios activos de la mejor manera posible.
Aunque todas las variedades tienen sus propias características especiales de conservación, hay algunas reglas generales para todos. El lugar y el recipiente son algunas de ellas.
Escoge un lugar fresco, seco y oscuro, como una lata metálica o recipiente de porcelana. Si decides optar por un tarro de cristal, no olvides de que debe de ser opaco, con cierre o tapa hermética.
Es importante, que tengamos nuestro té siempre fresco, aromatizado y alejado de la humedad y olores ambientales, ya que sus hojas son muy delicadas y absorben cualquier olor ajeno que las rodee.
Cómo preparar una buena taza de té
1. Escoger el agua.Es importante que cuanto más insípida sea, mejor. La cantidad ideal por persona ronda los 200 ml, lo que equivale a una taza grande.
2. Calienta el agua, sin dejar que hierva. Para controlar mejor la temperatura utiliza un cazo normal o un hervidor o tetera eléctricos. Para el té negro bastan 90ºC y para el verde, 70ºC.
3. Precalentar la tetera. Es muy importante que la tetera esté caliente antes de echar en ella el té. El método tradicional y más fácil es verter un poco de agua caliente en su interior, removerla y tirarla.
4. Primero echa el té, y luego el agua caliente. Lo ideal es una cucharada por persona, más otra extra para la tetera. Si utilizas bolsitas, una por persona es lo mejor.
5. Deja reposar la infusión. El tiempo de reposo varía en función del tamaño de la hoja y la variedad de té utilizada. Normalmente, tres minutos son suficiente. Si dejas reposar la infusión entre cuatro y diez minutos, conseguirás un té menos estimulante, pero de sabor más fuerte y áspero.
6. Colar el té. Una vez pasado el tiempo estimado de espera, cuela el té o retira la bolsita. Es muy importante para evitar que se amargue.
¿Quieres saber más sobre esta infusión, una de las bebidas más consumidas del mundo? Consulta
Distintas variedades de te
Para la misma planta hay muchos tipos de tés. Dependiendo de su origen o de su proceso de elaboración existen distintos tipos de tés que te decimos. ¿Cuál prefieres?
- Té negro. De color marrón oscuro a negro, tiene un sabor fuerte y está fermentado. La mayor parte de la cosecha mundial se dedica a este tipo de té. Sufre una etapa de oxidación completa. Su vida es más longeva que la del té verde. Hay distintos té negros, por su composición (aromatizados con bergamota, como el famoso Earl Grey) o por su procedencia.
- Té verde. Su sabor es ligeramente amargo. No está fermentado, se dejar secar al aire y al sol. Lass hojas se someten a un tratamiento de vapor, destruyéndose los enzimas responsables de la oxidación. El más delicado y por lo tanto, el que requiere ser consumido cuanto antes. Conserva la mayor parte de los componentes de la hoja de la que procede, destacando su alto contenido en polifenoles. Su tiempo de infusión es reducido, apenas 2 minutos.
- Té Oolong o té azul o seminegro. Sufre una oxidación parcial, adquiriendo un color y sabor entre medias del té verde y el negro. El tiempo de infusión recomendado son 3 min.
- Té blanco. De color pálido, es el más suave de sabor y color, no está fermentado ni oxidado. Su procesado es similar al del té verde, pero se seleccionan los brotes más tiernos. Al igual que el té verde, tiene un alto contenido en polifenoles y requiere un bajo tiempo de infusión (2 min).
- Té amarillo. Uno de los menos conocidos. Su procesado es similar al del té verde pero incluye una etapa en la que se le aplica calor húmedo, dando lugar a una ligera oxidación por la que adquiere su color característico.
- Té rojo o Pu-erh. En realidad es un tipo de té negro, al que se le ha sometido a una fermentación posterior (por microorganismos) que puede durar entre 2 y 60 días. y le proporciona su característico color cobrizo y su sabor fuerte. Al ser un té fermentado, su calidad puede mejorar con el paso del tiempo. Eso sí, siempre y cuando respetemos unos consejos básicos de almacenamiento.
Una buena conservación: muy importante
El té es un producto delicado y por ello, requiere de condiciones especiales de almacenamiento para poder conservar su sabor, aroma y principios activos de la mejor manera posible.
Aunque todas las variedades tienen sus propias características especiales de conservación, hay algunas reglas generales para todos. El lugar y el recipiente son algunas de ellas.
Escoge un lugar fresco, seco y oscuro, como una lata metálica o recipiente de porcelana. Si decides optar por un tarro de cristal, no olvides de que debe de ser opaco, con cierre o tapa hermética.
Es importante, que tengamos nuestro té siempre fresco, aromatizado y alejado de la humedad y olores ambientales, ya que sus hojas son muy delicadas y absorben cualquier olor ajeno que las rodee.
Cómo preparar una buena taza de té
1. Escoger el agua.Es importante que cuanto más insípida sea, mejor. La cantidad ideal por persona ronda los 200 ml, lo que equivale a una taza grande.
2. Calienta el agua, sin dejar que hierva. Para controlar mejor la temperatura utiliza un cazo normal o un hervidor o tetera eléctricos. Para el té negro bastan 90ºC y para el verde, 70ºC.
3. Precalentar la tetera. Es muy importante que la tetera esté caliente antes de echar en ella el té. El método tradicional y más fácil es verter un poco de agua caliente en su interior, removerla y tirarla.
4. Primero echa el té, y luego el agua caliente. Lo ideal es una cucharada por persona, más otra extra para la tetera. Si utilizas bolsitas, una por persona es lo mejor.
5. Deja reposar la infusión. El tiempo de reposo varía en función del tamaño de la hoja y la variedad de té utilizada. Normalmente, tres minutos son suficiente. Si dejas reposar la infusión entre cuatro y diez minutos, conseguirás un té menos estimulante, pero de sabor más fuerte y áspero.
6. Colar el té. Una vez pasado el tiempo estimado de espera, cuela el té o retira la bolsita. Es muy importante para evitar que se amargue.
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