Ahorra un 20% en gas y luz gracias a tus ventanas

La calefacción o el aire acondicionado no son los únicos elementos que influyen en que tu casa tenga una temperatura óptima. Disponer de unas buenas ventanas puede repercutir en un ahorro considerable si están correctamente instaladas y sigues nuestros consejos.
Equilibrio entre inversión y ahorro
No sólo la calefacción o el aire acondicionado influyen en la temperatura de tu casa. Tener unas buenas ventanas puede repercutir en un ahorro de hasta el 20% en las facturas de gas y electricidad. Y es que hablar de temperatura del hogar para la mayoría implica hacerlo únicamente sobre calefacción y aire acondicionado. Lo que la mayoría desconoce es que las ventanas pueden ayudarte a ahorrar.
Una cuarta parte de la energía que se produce en un hogar acaba destinándose a cubrir la que se pierde por las rendijas de las ventanas, hasta tal punto que la instalación de doble cristal de una ventana puede reducir estas pérdidas en un 50%. Esto llega a traducirse en un ahorro del 20% en la factura de gas o electricidad, y en menos emisiones de CO2.
A mayor calidad del vidrio y del marco, menor pérdida de energía, lógicamente. Pero tampoco hace falta volverse loco realizando una inversión excesiva: el truco está en conseguir el equilibrio óptimo entre inversión-ahorro.
Es vital conocer las características técnicas de las ventanas. En el Documento Básico (DB) HE1 Ahorro de Energía del Código Técnico de la Edificación (CTE) se marcan los valores máximos de pérdida de energía permitidos, así como el DB HE 0 Limitación del consumo energético, que establece el consumo máximo que una vivienda debe tener en función de la zona climática. A partir de él, teniendo en cuenta dónde esté ubicada nuestra vivienda, podremos seleccionar que tipo de ventana (vidrio + marco) nos interesa más, e incluso, si el marco que tenemos actualmente lo permite, el cambio exclusivo de los vidrios, reduciendo la inversión necesaria a realizar una décima parte.
No sólo la calefacción o el aire acondicionado influyen en la temperatura de tu casa. Tener unas buenas ventanas puede repercutir en un ahorro de hasta el 20% en las facturas de gas y electricidad. Y es que hablar de temperatura del hogar para la mayoría implica hacerlo únicamente sobre calefacción y aire acondicionado. Lo que la mayoría desconoce es que las ventanas pueden ayudarte a ahorrar.
Una cuarta parte de la energía que se produce en un hogar acaba destinándose a cubrir la que se pierde por las rendijas de las ventanas, hasta tal punto que la instalación de doble cristal de una ventana puede reducir estas pérdidas en un 50%. Esto llega a traducirse en un ahorro del 20% en la factura de gas o electricidad, y en menos emisiones de CO2.
A mayor calidad del vidrio y del marco, menor pérdida de energía, lógicamente. Pero tampoco hace falta volverse loco realizando una inversión excesiva: el truco está en conseguir el equilibrio óptimo entre inversión-ahorro.
Es vital conocer las características técnicas de las ventanas. En el Documento Básico (DB) HE1 Ahorro de Energía del Código Técnico de la Edificación (CTE) se marcan los valores máximos de pérdida de energía permitidos, así como el DB HE 0 Limitación del consumo energético, que establece el consumo máximo que una vivienda debe tener en función de la zona climática. A partir de él, teniendo en cuenta dónde esté ubicada nuestra vivienda, podremos seleccionar que tipo de ventana (vidrio + marco) nos interesa más, e incluso, si el marco que tenemos actualmente lo permite, el cambio exclusivo de los vidrios, reduciendo la inversión necesaria a realizar una décima parte.
Desde junio de 2013, algunos fabricantes de ventanas incluyen de manera voluntaria una Etiqueta de Eficiencia Energética. Lo más importante de esta etiqueta, más que la letra o estrellas que presente, puesto que no existe ningún órgano oficial que lo regule, son las características técnicas que se recogen en ella, que ayudan a seleccionar la ventana adecuada.
Al margen de si es por la etiqueta energética o por la ficha técnica, se deben tener en cuenta una serie de parámetros:
- Tipo de acristalamiento: monolíticos o doble acristalamiento.
- Ruptura de puente térmico: el puente térmico es una zona donde se transmite más fácilmente el calor, por las características del material o por su espesor.
- Transmitancia térmica de la ventana (U): es el indicador del flujo de energía a través de la ventana desde el lado caliente al lado frío. Cuanto menor es su valor, más eficiente es la ventana.
- Permeabilidad al aire de la ventana (clase): es la propiedad para evitar las filtraciones de aire entre las zonas que separa. Se clasifica en clases de 0 a 4, siendo esta última la mejor clasificación.
- Factor solar del acristalamiento (g): es la característica del vidrio que permite una mayor o menor transmisión de la radiación solar incidente hacia el interior de la vivienda. A medida que el factor g aumenta, más cantidad de radiación solar entra en la vivienda.
Uno de los elementos más detacados a tener en cuenta al comparar las características técnicas de dos ventanas para verificar cuál es la más idónea, es la zona climática en la que se encuentra la vivienda., que se refleja en la etiqueta energética.
La etiqueta se divide básicamente en tres zonas: la primera, que se refiere a la marca y modelo; en segundo lugar, la calificación energética en sí, con una escala de la A a la G para su comportamiento en invierno, y 3 niveles de eficiencia en estrellas para la clasificación de verano; y por último una tercera zona, dónde se indican los diversos parámetros para el cálculo que conduce a los resultados mostrados en la segunda zona y que deben coincidir con los del marcado CE del producto, por lo que para nosotros son los más importantes.
Las ventanas recomendadas para cada zona climática en función de su etiqueta energética serían las siguientes:

Como vemos, no es necesario instalar una ventana de etiqueta A para cumplir los requerimientos mínimos que establecen tanto la norma como el CTE, no obstante, esto no significa que si deseamos realizar una mayor inversión, no vayamos a obtener beneficios y ahorros. Como decíamos, lo importante es conocer el punto a partir del cual si realizaramos una mayor inversión, el beneficio sería interesante.
Algunos de los elementos que facilitan el aislamiento no resultan visibles porque forman parte de la construcción del marco y habría que ser un experto para conocerlos. Entre los elementos que sí se pueden ver figuran el ajuste entre el marco durmiente, el que siempre queda fijo en la pared, y el marco batiente, el que se abre y cierra y sujeta los cristales; las zonas de ensamblaje de las piezas, que deberían estar exentas de huecos; y la masilla, en la unión entre el cristal y el marco. Conviene que esté bien comprimida y extendida, de forma que no queden puntos de corte, ni interrupciones, ni siquiera en los ángulos.
Según la orientación de la vivienda, la elección de los acristalamientos se debe tener en cuenta varios aspectos, relacionados con el comportamiento de las ventanas en relación a los aportes solares; es decir, a la orientación:
- Sur: ganancias térmicas en invierno y aportes medios en verano, los niveles de iluminación son elevados y constantes a los largo del día.
- NE-SE y SO-NO: elevadas ganancias térmicas en verano y bajas en invierno, niveles de iluminación medios y variables a lo largo del día.
- Norte: escasa ganancia térmica y niveles de iluminación bajos pero constantes a lo largo del día.
No es lo mismo una doble ventana y un doble acristalamiento. En el primer caso se instalan dos ventanas, una hacia el exterior de la fachada y otra hacia el interior. En el segundo caso se trata de una sola ventana pero con cristal doble. El espacio que ocupa una doble ventana y un doble acristalamiento no es igual. En el primer caso se trata de cubrir todo el espesor del cerramiento de la fachada.
No es mejor una opción que la otra, ya que no hay una solución perfecta. Dependerá de las necesidades de cada vivienda y de las condiciones del cerramiento: orientación, situación geográfica, tipos de cerramiento...
La solución de la doble ventana es, en principio, menos eficiente que un buen acristalamiento doble. Pero para saber qué solución es mejor habría que realizar un cálculo de pérdidas energéticas y comparar ambas opciones.
En condiciones tipo, una doble ventana aísla peor que una ventana con doble acristalamiento. A no ser que se utilice doble acristalamiento y doble ventana a la vez. Pero para realizar esta inversión se deben considerar todas las variables, ya que no tiene sentido instalar doble acristalamiento y doble ventana en lugares muy calurosos.
Sin embargo, si consideramos otros condicionantes, la ventana doble es mejor que el doble acristalamiento. Por ejemplo, en el caso de aislamiento ante el ruido es más eficaz una doble ventana, pues siempre podremos tener una cerrada y la otra abierta, lo que puede mejorar las condiciones acústicas. Por otro lado, la doble ventana también permite, en el caso de tener una persiana entre cámaras, conseguir un efecto invernadero que mejore las condiciones interiores.
La doble ventana, está formada por dos ventanas independientes, colocadas una delante de la otra, cada una con su propio marco y bastidor. Este sistema reduce en un alto porcentaje, la pérdida de calor del interior del hogar.
La cámara de aire existente entre ambas ventanas actúa como el mejor aislante para impedir la entrada no sólo del frío, sino también la del calor y la del ruido exterior. Se debe a que el aire es un buen aislante por conducción como por convección. Es decir, como el aire de la cámara no se mezcla con el aire frío de fuera, la conducción por convección queda frenada, lo que evita el enfriamiento.
No abundan, pero algunas comunidades autónomas aún ofrecen subvenciones para renovar las ventanas. No obstante, conviene estar atento si estás pensando en cambiar las ventanas, ya que los fondos suelen acabarse antes que el plazo de la subvención.
Para conocer los requisitos y poder beneficiarse de estas subvenciones se puede acudir a la Asociación Española de Fabricantes de Fachadas Ligeras y Ventanas (ASEFAVE).