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Informe
Qué son los peajes o tarifas de acceso
29 enero 2020

La factura de la luz la vas a pagar de todas maneras, pero a menudo te preguntas qué hay detrás de esos peajes que suponen un 41% de lo que pagas (y que no debes confundir con los impuestos). Destripamos el recibo para ti: ahora sabrás a dónde van tus euros.
¿Cómo se calcula el precio de la luz?
La factura de la luz incluye 2 grandes conceptos que son fáciles de entender:
- Potencia (kw): es el término fijo, depende de los kW contratados y lo pagas aunque no enciendas nunca la luz.
- Consumo (kWh): es el término variable, depende de tu consumo de electricidad.
A partir de aquí la ecuación se complica ligeramente:
- Lo que pagamos por la energía: la comercializadora compra la electricidad para venderla a sus clientes al mejor precio posible y teniendo en cuenta la competencia. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) calcula que supone el 37,48% de la factura.
- Lo que pagamos por las tarifas de acceso (también llamadas peajes): incluyen lo que cuesta el transporte y la distribución (los peajes propiamente dichos) y otros cargos relacionados indirectamente con el suministro eléctrico. Los fija anualmente el Ministerio del ramo, aunque desde enero de 2020, la CNMC es la encargada de regular la parte destinada a peajes. Da igual con qué compañía estés porque tienes que pagarlos de todas maneras. Según la CNMC es el 41,14% de la factura. Este dinero lo recaudan las eléctricas y luego se lo dan al organismo regulador para que lo distribuya.
- Impuestos: suponen un 21,38% de la factura. Aquí está el IVA, el impuesto sobre la electricidad... y el alquiler del contador.
La factura de la luz incluye 2 grandes conceptos que son fáciles de entender:
- Potencia (kw): es el término fijo, depende de los kW contratados y lo pagas aunque no enciendas nunca la luz.
- Consumo (kWh): es el término variable, depende de tu consumo de electricidad.
A partir de aquí la ecuación se complica ligeramente:
- Lo que pagamos por la energía: la comercializadora compra la electricidad para venderla a sus clientes al mejor precio posible y teniendo en cuenta la competencia. La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) calcula que supone el 37,48% de la factura.
- Lo que pagamos por las tarifas de acceso (también llamadas peajes): incluyen lo que cuesta el transporte y la distribución (los peajes propiamente dichos) y otros cargos relacionados indirectamente con el suministro eléctrico. Los fija anualmente el Ministerio del ramo, aunque desde enero de 2020, la CNMC es la encargada de regular la parte destinada a peajes. Da igual con qué compañía estés porque tienes que pagarlos de todas maneras. Según la CNMC es el 41,14% de la factura. Este dinero lo recaudan las eléctricas y luego se lo dan al organismo regulador para que lo distribuya.
- Impuestos: suponen un 21,38% de la factura. Aquí está el IVA, el impuesto sobre la electricidad... y el alquiler del contador.
Dentro de tarifas de acceso se incluyen varios conceptos. Por un lado, están los peajes, que cubren el coste de los servicios imprescindibles para tener suministro eléctrico, como son:
- Transportar la energía por redes de alta tensión (2,96% de la factura)
- Distribuir la electricidad hogar a hogar, con instalación y lectura de contadores (10,04% de la factura)
Estos servicios los prestan unas empresas distribuidoras, que son diferentes a las comercializadoras que nos venden la energía y nos pasan los recibos. Las distribuidoras tienen el monopolio de su zona, por lo que es necesario que sus tarifas estén reguladas. Desde enero de 2020, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tiene la responsabilidad de fijar esta parte de las tarifas de acceso.
Por otro lado, están los cargos del sistema eléctrico. Son conceptos más discutibles y siempre se está debatiendo si es pertinente incluirlos como parte de las tarifas de peaje:
- Primas a las energías renovables (17,22% de la factura): la partida de la discordia y principal responsable del incremento de los peajes en los últimos años. En defensa de las renovables hay que decir que, además de las evidentes ventajas medioambientales y del liderazgo español en el sector, gracias a ellas el precio de la energía no es aún mayor (frenan la necesidad de centrales térmicas o de ciclo combinado). Sin embargo, no está tan claro que los usuarios de la electricidad tengan que soportar la totalidad de esos costes, ya que el beneficio medioambiental alcanza a todos los ciudadanos.
- Compensaciones extrapeninsulares (4,14% de la factura). Es lo que se paga a Endesa para que los consumidores de Canarias y Baleares paguen los mismos precios que los peninsulares, ya que generar electricidad en las islas es mucho más caro. La solidaridad interterritorial en otros sectores, como el del transporte, se financia a través de los Presupuestos Generales del Estado.
- Amortización del déficit: lo que pagamos por las deudas de años anteriores (el famoso déficit tarifario).
Estos cargos son responsabilidad del Gobierno, por lo que desde 2020 las tarifas de acceso son el resultado del acuerdo entre la CNMC y el Ministerio. Además de fijar qué importe hay que pagar por todos estos conceptos, ambos organismos deben acordar la estructura de las tarifas, un factor que influye mucho en el reparto y la forma en la que los consumidores los van a pagar.
Los conceptos que forman los peajes son evaluados cada año (y revisados cada trimestre) por el Ministerio de Industria y Energía para estimar cómo será la factura eléctrica del año próximo.
- Pero estas previsiones pueden fallar. Y cuando fallan el Ministerio suele dejar los peajes al precio que había previsto, esquivando así una impopular (e imprevista) subida. Así es cómo se va alimentando el déficit tarifario.
Es evidente la necesidad de que todo este proceso sea correctamente auditado. Es la única manera de que el consumidor no pague ni un solo euro de más por ellos.
- Recientemente el Ministerio ha reducido la cuantía de algunos de los conceptos que forman los peajes. Por un lado, los consumidores lo agradecen. Por otro, es inevitable preguntarse por qué hemos estado pagando más.