Juanetes: Qué son, Tratamientos, Causas, Síntomas

Si padeces de juanetes, ya sabrás lo que son y lo que pueden llegar a doler. A veces hay que operarlos, pero no siempre pasar por el quirófano es garantía de éxito. Así que si tu cruz son los juanetes. Te damos consejos para que tus pies descansen en paz al final del día.
El juanete es una deformación del dedo gordo del pie que provoca una desviación de su posición natural, originando una protuberancia, normalmente dolorosa, en la cara interna del pie.
¿Qué son los juanetes en los pies y porqué salen?
Nadie los quiere, pero las causas por las que aparecen y se desarrollan se deben a diferentes motivos:
- Componente genético. Si padeces de juanetes no es extraño que varios miembros de tu familia también los sufran.
- Calzado inapropiado. El uso de calzado inapropiado, con tacón demasiado alto y punta estrecha también puede colaborar a dicha malformación.
- Malformaciones esqueléticas, procesos inflamatorios articulares o enfermedades neuromusculares, son otros factores que colaboran al desarrollo de juanetes.
- El ejercicio de algunas profesiones. Podría ser, aún no se puede asegurar con rotundidad, que algunas profesiones o actividades constantes pudieran contribuir, por ejemplo, las bailarinas.
Cómo aliviar el dolor de juanetes
Hay juanetes grandes o pequeños, dolorosos o no. No todos los juanetes duelen. El dolor precisamente el que debe marcar el tipo de tratamiento. Si empiezas a sufrir sus consecuencias, alíviate. ¿Cómo? Te lo decimos.
- Usa calzado más cómodo. Zapatos de tacón más ancho y más bajo y compleméntalo con medidas ortopédicas sencillas y tratamiento con antiinflamatorios.
- Usa protectores, como separadores interdigitales, férulas y otros instrumentos para el alineamiento y separación de los dedos o plantillas de soporte del arco del pie. Consulta con el podólogo o con el traumatólogo cuál es el mejor para ti.
- Aplícate hielo. Te puede ayudar a reducir la inflamación.
- Cirugía. Si nada te alivia y el juanete interfiere en tu vida diaria, puede que sea necesario recurrir a la cirugía.
Juanetes intervenciones quirúrgicas
Cada caso es diferente. Y la cirugía no siempre es la solución, de hecho, casi un tercio de los operados quedan insatisfechos con los resultados. El profesional estudiará tu caso, pero si tienes algunos de estos síntomas y no remiten con tratamiento conservador, lo más seguro es que te recomiende pasar por quirófano.
- Dolor significativo de pies que limita algunas actividades cotidianas, como caminar con calzado cómodo.
- Sin dolor, pero con dificultades para caminar, incluso con calzado cómodo.
- Inflamación crónica del dedo gordo del pie con hinchazón que no mejora con reposo o con medicamentos.
- Una deformidad tan marcada que los dedos ya se cruzan entre sí.
- Rigidez en el dedo que impide doblarlo y estirarlo.
- Dolor crónico que no responde a la medicación.
¿Qué tipos de operaciones de juanetes existen?
No hay una técnica estándar para operar los juanetes, son más de 150 procedimientos quirúrgicos descritos. La mayoría se basa en al alguna de las siguientes técnicas.
- Osteotomía. Se remodela y se realinea el hueso metatarsiano.
- Artrodesis. Se fija alguna de las articulaciones del metatarso, sea con los huesos del tarso o con la primera falange. Esta técnica se reserva para los pacientes de mayor edad.
- Artroplastia. Se sustituye la articulación por un implante.
- Bunionectomía. Se elimina la parte prominente de la cabeza del metatarsiano.
- Otras técnicas. Existen también técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas en las que se actúa de forma más limitada sobre los tejidos blandos de la prominencia o sobre la cabeza del metatarsiano. Su eficacia en el largo plazo es discutida.
Cómo cuidar e hidratar tus pies
Si cuidas de tus pies ellos cuidarán de ti. Aunque es importante tu herencia familiar, el impacto de los juanetes y de otros problemas de los pies puede minimizarse siguiendo una serie de consejos prácticos:
- Mantén una higiene adecuada, sobre todo tras el ejercicio físico. No hagas experimentos caseros, como lavar tus pies con bicarbonato o sal, ya que se resecarán tus piés en exceso.
- Seca bien tus pies, también entre los dedos, para no dejar zonas húmedas que favorezcan, por ejemplo, las infecciones por hongos. Nunca te duches descalzo en instalaciones comunes.
- Usa crema o loción hidratante a diario: la piel seca te puede irritar y causar picor y escozor.
- Córtate las uñas regularmente, siempre en línea recta, para evitar que al crecer sus esquinas se claven en la carne y produzcan una “uña encarnada”.
- Lima poco a poco callosidades o durezas. Una forma sencilla es meter el pie en agua caliente para que la piel se reblandezca, frotándote suavemente con una piedra pómez o una lima. Si de todas formas tienes tendencia a desarrollar callos visita regularmente al podólogo.
- Usa calzado adecuado, calcetines o medias de material transpirable. Evita el tacón alto y los zapatos demasiado estrechos.
- Y recuerda que el dolor de pies no es normal. Si es injustificado y no remite en poco tiempo, consulta con tu médico o con el podólogo.