Sácale partido a tu freidora de aire con 4 ideas básicas
La freidora de aire se ha ganado un lugar en los hogares. Y no es de extrañar, pues nos permite comer un poco más sano sin renunciar al sabor, cocinar rápido y sin llenar la casa de olor a fritura. Pero no todos los alimentos quedan bien ni se puede usar cualquier recipiente. Para aprovechar más sus prestaciones, toma nota de estos consejos muy prácticos.

Índice de contenidos
En este artículo encontrarás información sobre:
En las últimas décadas, sobre las encimeras de las cocinas han desfilado unos cuantos pequeños electrodomésticos que tuvieron su momento de auge, pero en poco tiempo pasaron al cajón del olvido: ahí están la yogurtera, la licuadora, la máquina de hacer palomitas… No parece que sea este el caso de las freidoras de aire, ya que es uno de los electrodomésticos con más ventas y también de los más usados. ¿El secreto? Es fácil de usar, nada complicado para limpiar y con muy poco aceite, o nada, permite preparar platos con ese punto crujiente que asociamos a lo frito.
Si estás pensando en comprar una, nosotros hemos analizado ya 90 modelos para ayudarte a elegir el que realmente se adapta mejor a ti y a tu cocina.
ENTRA EN EL COMPARADOR DE FREIDORAS DE AIRE
Volver arriba
Freidoras galardonadas
CALIDAD

CALIDAD

1. Trucos para un cocinado óptimo
Antes de usar una freidora de aire por primera vez, es recomendable echar un vistazo al manual de instrucciones. Verás que es muy fácil de usar y bastante intuitivo, y los resultados son aún mejores si tienes en cuenta varias cosas:
- Cuando coloques los alimentos en la cesta o el cajón, repártelos bien y no lo llenes demasiado; de lo contrario, el aire caliente no circula bien y algunos trozos podrían quedar más cocidos que crujientes.
- Coloca los alimentos en una sola capa. Si tienes mucha cantidad, haz dos tandas.
- Ajusta la temperatura y el tiempo según lo que vayas a cocinar. Algunos modelos tienen programas ya configurados para patatas, pollo o pescado. Si no, puedes usar los valores del manual o ir probando.
- Si vas a cocinar algo delicado, como masas o repostería, precalienta. El resultado será más uniforme y esponjoso.
- No hace falta añadir aceite, ya que la mayoría de las cestas son antiadherentes. Para un acabado más dorado, puedes poner unas gotas de aceite.
- A mitad del tiempo, saca el cajón y agita el contenido. Esto es importante para que todo se haga por igual.
- Pero evita estar abriendo el cajón todo el tiempo: se pierde calor y el proceso se alarga. Algunas freidoras de aire tienen cesta de cristal para ver desde fuera cómo se está cocinando
- Limpia la cesta y los accesorios cada vez que los uses. Si no lo haces, el sabor de los alimentos anteriores puede colarse en tu próxima receta.
2. Usa accesorios aptos para ella
¿Se pueden usar bandejas de aluminio, papel de horno o recipientes de cerámica en una freidora de aire? Sí, se puede. Las freidoras de aire alcanzan temperaturas muy parecidas a las de un horno eléctrico convencional, con la diferencia de que suelen calentar más rápido y cocinar en menos tiempo. Por eso, los moldes y fuentes aptos para horno que tengas también te servirán para la freidora.
Puedes utilizar bandejas de aluminio, moldes de vidrio tipo Pyrex, fuentes de cerámica resistente al calor o incluso papel de horno, siempre que el material esté diseñado para soportar temperaturas elevadas (alrededor de 200 a 230 °C).
- Los materiales deben ser seguros para el contacto con alimentos para evitar posibles migraciones. En un análisis realizado por OCU de moldes de silicona vimos que no todos eran idóneos. Busca accesorios hechos de materiales que sean aptos para soportar las temperaturas en una freidora de aire sin deformaciones ni transferencia de sustancias. Los accesorios oficiales que puede ofrecer el propio fabricante suelen cumplir esos requisitos.
- Si usas aluminio, un pequeño truco: engrásalo un poco antes de poner los alimentos y así evitarás que se queden pegados. No se debe usar papel de aluminio con alimentos salados o ácidos, pues puede haber una transferencia de pequeñas cantidades de metal a la comida.
- Con el papel vegetal pasa algo similar. Lo importante es que resista el calor del aparato y colocarlo con mucho cuidado. Si lo dejas suelto y sin comida encima, el ventilador podría levantarlo y llegar a tocar la resistencia. Lo mejor es cortarlo a medida y asegurarte de que queda bien sujeto debajo de los alimentos (lo mismo para el papel de aluminio).
- Materiales como el plástico, la madera o cualquier otro que no esté pensado para altas temperaturas deben quedar fuera de la freidora.
3. Cocina los alimentos adecuados
Hay alimentos que no se adaptan bien al funcionamiento de una freidora de aire, porque no solo no se cocinan de forma uniforme o no quedan crujientes, sino que pueden ensuciar el compartimento de cocción y dañar la resistencia. Evita poner en la airfrayer:
- Preparaciones líquidas o masas muy blandas. Las sopas, cremas, salsas, natillas, mezclas de bizcocho muy fluidas, etc. pueden desplazarse por efecto del ventilador, derramarse y ensuciar el cajón. Además, no se doran adecuadamente ni adquieren la textura apropiada.
- Quesos solos o rebozados. Si pones palitos de mozzarella o porciones de queso directamente en la cesta, el queso se derrite rápidamente y gotea, obstruyendo la circulación del aire y ensuciando el aparato. Se soluciona congelando previamente los palitos o el queso rebozado o colocándolos en una fuente apta.
- Arroces y pastas cocidas con salsa. Los arroces y pastas necesitan líquido y calor húmedo para cocinarse de forma adecuada, y eso no lo proporciona la freidora de aire. El resultado es un plato seco, sin textura adecuada y con riesgo de que se reseque o queme.
- Verduras de hoja muy ligera. Las hojas de espinacas, rúcula, col rizada, etc. pueden salir volando, secarse demasiado rápido o quemarse. Se puede evitar mezclándolas con aceite y usando un accesorio tipo rejilla para mantenerlas en su sitio.
- Pescado con piel muy fina o carnes con mucha grasa. Pueden deshacerse o soltar mucha grasa, lo que genera humo o deja restos difíciles de limpiar. En esos casos se aconseja usar papel especial para freidora de aire o una rejilla.
- Bacon o chorizo graso. Liberan gran cantidad de grasa que puede acumularse en el fondo, producir humo o incluso prender fuego si no se controla. Se pueden cocinar pequeñas porciones, siempre que se coloquen en un recipiente adecuado.
- Palomitas de maíz. No todas las freidoras alcanzan la temperatura constante requerida para que los granos exploten correctamente y se corre el riesgo que el aparato se obstruya con los granos no explotados.
4. No son lo mejor para descongelar
En una freidora de aire se pueden descongelar alimentos congelados, pero no es su punto fuerte. Pero si lo que buscas es un buen resultado, no es la opción más eficiente, ni la más recomendada a pesar de que algunos modelos cuentan con un programa específico para descongelar. Los resultados suelen ser irregulares.
Para descongelar con la freidora, lo mejor es hacerlo despacio y a baja temperatura. Si la pones al máximo de temperatura para que vaya más rápido, solo conseguirás que el exterior empiece a cocinarse mientras el interior sigue congelado. Por ejemplo, para descongelar una barrita pequeña de pan se pondrían unos 10 minutos a 80 o 100 °C.
La forma de descongelar ideal es la de siempre: planificar un poco y sacar los alimentos del congelador con tiempo. Déjalos en la nevera para que se descongelen a su ritmo. Además de ser más económico, es más seguro desde el punto de vista de la salud, porque se reduce el riesgo de que se desarrollen bacterias por un mal descongelado.
Volver arriba