Cómo elegir un termómetro de cocina

Hay platos que necesitan alcanzar una temperatura ideal para que salgan perfectos. ¿Y cómo lo consigues? Con un termómetro de cocina, una herramienta indispensable para garantizar que carnes, pescados y otros alimentos tienen el punto de cocción, sabor y textura óptimos.
Índice de contenidos
En este artículo encontrarás información sobre:
¿Por qué es útil un termómetro para cocinar?
Cuando se trata de cocinar algunos alimentos, sobre todo carnes y pescados, es necesario que alcancen una temperatura interna específica (al menos 65 °C) para que su consumo sea seguro. A veces, cocinar los alimentos a temperatura insuficiente puede llevar a la proliferación de bacterias dañinas como la salmonela o el E. coli, que pueden causar graves intoxicaciones alimentarias. Pero, cuidado, si los cocinas de más, se puede arruinar la textura y el sabor.
Un termómetro de cocina puede ser muy útil para hacer una barbacoa perfecta, un filete jugoso o unos caramelos caseros.
Volver arribaTipos de termómetros de cocina
Hay varios tipos de termómetros de cocina, cada uno diseñado para distintas necesidades y tipos de alimentos. Aquí tienes los tipos más comunes.
Termómetros de sonda
Los termómetros de sonda tienen una aguja larga y fina que se inserta directamente en el centro del alimento para medir la temperatura interna. Son ideales para carnes, aves, y alimentos más grandes, como panes y guisos. La sonda suele estar conectada a una pantalla digital o analógica que muestra la temperatura. Los precios de este tipo de termómetros van de los 10 € a los 65 €. Los modelos profesionales suelen superar los 100 €.
Ventajas
|
Inconvenientes
|
Termómetros digitales instantáneos
Estos termómetros dan una lectura rápida y precisa en unos pocos segundos. Son pequeños, portátiles y tienen una pantalla digital que muestra la temperatura. Son perfectos para revisar rápidamente la cocción de carnes, pescados o líquidos. Por 7 € puedes conseguir un modelo sencillo y por 20 €, uno de calidad media. Si buscas un termómetro digital de mejores prestaciones, te costará a partir de 50 €.
Ventajas
|
Inconvenientes
|
Termómetros para horno
Estos termómetros están diseñados específicamente para medir la temperatura interna del horno, lo que permite saber si el horno está funcionando a la temperatura indicada. Algunos modelos llevan una sonda que se inserta en el alimento mientras el termómetro permanece fuera del horno, lo que permite monitorear la cocción sin abrir la puerta. Valen entre 14 € y 70 €.
Ventajas
|
Inconvenientes
|
Termómetros infrarrojos (sin contacto)
Con estos termómetros se puede medir la temperatura de alimentos y superficies sin necesidad de contacto directo. Funcionan por rayos infrarrojos y son ideales para medir la temperatura de líquidos, sartenes, parrillas y aceites para fritura. Normalmente van acompañados de un puntero láser que ayuda a identificar el lugar donde se mide la temperatura. Su precio: entre 12 € y 50 €.
Ventajas
|
Inconvenientes
|
Termómetros para caramelo y aceite
Estos termómetros están diseñados para muy altas temperaturas, como las necesarias para hacer caramelo, almíbares o para freír en aceite. Suelen ser largos y resistentes al calor, con una escala que permite medir temperaturas de hasta 200 °C o más.
A partir de 12 € puedes conseguir un termómetro de este tipo.
Ventajas
|
Inconvenientes
|
En qué fijarse antes de elegir
¿Te convence contar con uno de estos dispositivos? Si ya tienes claro qué tipo de termómetro de cocina quieres, llega el momento de afinar: ¿sabes en qué debes fijarte antes de comprar un termómetro de cocina?
Toma nota de estos detalles que marcan la diferencia:
- Precisión y rango de temperatura. En un termómetro para carne un rango hasta 100°C es suficiente, pero para frituras o caramelos el rango debe alcanzar temperaturas más altas. También es importante conocer el margen de error del aparato.
- Tiempo de respuesta. Indica la rapidez, algunos solo necesitan segundos para medir la temperatura.
- Analógico o con pantalla digital. Los analógicos no necesitan baterías y son más duraderos. Los de pantalla digital ofrecen una lectura precisa y cómoda.
- Funciones adicionales. Algunos termómetros ofrecen características adicionales como alarmas de temperatura, apagado automático, función de memoria, calibración, etc.
- Materiales y calidad de acabado. Si el termómetro es resistente al agua durará más. También suele haber diferencias en los plásticos utilizados.
Cómo cuidar el termómetro de cocina
Un termómetro de cocina es una herramienta que puede durar años si se le da el cuidado adecuado. Mantenerlo en buen estado garantiza lecturas precisas y también previene la contaminación cruzada entre alimentos. A continuación, puedes ver una serie de recomendaciones para prolongar la vida útil de tu termómetro y asegurar que siga funcionando de manera óptima.
Limpieza y cuidados
La limpieza adecuada del termómetro es crucial, sobre todo cuando se utiliza para medir la temperatura de alimentos crudos, como carne, pescado o pollo, y luego de alimentos cocidos. Sin unas normas de higiene adecuadas, un termómetro puede transferir bacterias entre alimentos, lo que podría provocar enfermedades.
- Limpieza básica: Lava la sonda del termómetro con agua caliente y jabón suave antes de introducirla en el alimento. Usa una esponja o paño limpio para eliminar cualquier residuo de alimentos. Asegúrate de enjuagar bien con agua tibia para quitar los restos de jabón.
- Modelos impermeables: Si tu termómetro es resistente al agua, puedes sumergirlo completamente en agua para una limpieza más profunda. Revisa siempre las instrucciones del fabricante para asegurarte de no dañar el dispositivo.
- Evitar inmersiones completas (no impermeables): En los modelos que no son resistentes al agua, evita sumergir la pantalla o los componentes electrónicos en el agua. En su lugar, limpia solo la sonda con un paño húmedo.
Calibración de termómetros
Con el tiempo, el termómetro de cocina puede desajustarse debido al uso frecuente o a cambios en el ambiente. Por esta razón, es importante calibrarlo regularmente. La calibración es un proceso sencillo que puedes hacer en casa mediante dos métodos básicos:
- Prueba del punto de congelación: Llena un vaso con hielo y agua fría, luego sumerge la sonda del termómetro en la mezcla. Asegúrate de que el hielo esté presente y que la sonda no toque los lados del vaso. La lectura debe ser de 0 °C. Si el termómetro marca una temperatura diferente, ajusta según las instrucciones del fabricante (en los modelos que lo permiten) o ten en cuenta el desajuste para futuras lecturas.
- Prueba del punto de ebullición: Hierve agua en una olla y sumerge la sonda del termómetro en el agua hirviendo sin que toque el fondo de la olla. La lectura debe ser cercana a 100 °C, aunque puede variar ligeramente según la altitud. Si el termómetro muestra una lectura significativamente diferente, es probable que necesite ser recalibrado o reemplazado.