Pulpo: nutrientes, beneficios y curiosidades
El pulpo es un molusco rico de los pies a la cabeza, que algunos hasta consideran casi un "superalimento" del mar. Te contamos cuál es su valor nutricional, qué beneficios para la salud entraña su consumo, cómo acertar al elegirlo y cómo cocinarlo para que salga en su punto.

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Cefalópodo, de ocho brazos y habitante del océano. Es el pulpo, un animal fascinante y enigmático, que no es de compañía pero que podría serlo por lo inteligente y curioso que es. Más antiguo que los dinosaurios, su físico es singular. No tiene ni huesos ni concha, pero sí nueve cerebros (uno central muy grande, conectado con una compleja red neuronal en cada tentáculo) y tres corazones que bombean sangre azul.
También es un alimento muy nutritivo y un plato exquisito y versátil en la cocina y al que vamos a rendir un merecido homenaje contando todas sus bondades y beneficios y todo ello, a fuego lento.
10 beneficios del pulpo para la salud
El pulpo combina un perfil nutricional bajo en calorías y rico en nutrientes esenciales. Incorporar pulpo en la dieta es beneficioso, porque ofrece un elevado contenido en proteínas de alta calidad, pero muy pocas grasas, lo que lo convierte en una opción ideal para dietas equilibradas. Apunta los 10 principales beneficios de este molusco con los pies en la cabeza, carne fibrosa y firme y fuente inagotable de placer para nuestro cuerpo y nuestra mesa.
1. Alto contenido en proteínas de calidad
El pulpo aporta proteínas de alto valor biológico, como muchos otros productos del mar. Resulta recomendable para deportistas y personas en crecimiento.
2. Aporta yodo
El yodo interviene en muchas funciones en el organismo, como en la producción y buen funcionamiento de la hormona tiroidea. El pulpo tiene 64 mg por cada 100 g.
3. Rico en Omega-3
Este cefalópodo contiene ácidos grasos Omega-3, que ayudan a proteger la salud cardiovascular, disminuir los niveles de triglicéridos y reducir el riesgo de deterioro cognitivo
4. Beneficioso durante el embarazo
Por su moderado contenido en ácido fólico y aporte de yodo contribuye al desarrollo del sistema nervioso del feto y previene malformaciones como la espina bífida. También ayuda en la producción de glóbulos rojos y fortalece el sistema inmune.
5. Ideal para quien tiene colesterol elevado
A diferencia de otros mariscos, el pulpo es bajo en colesterol, lo que lo convierte en una opción para quienes tienen hipercolesterolemia.
6. Es rico en minerales esenciales
- Potasio: Regula la presión arterial y favorece la función muscular.
- Zinc: Refuerza el sistema inmunológico y favorece la cicatrización.
- Hierro: Previene la anemia y la fatiga.
7. Aporta vitaminas esenciales
En concreto del grupo B y vitamina E:
- Vitamina B12: Mejora la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento del sistema nervioso.
- Vitamina B2: Interviene en el metablismo energético del organismo, disminuyendo el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Vitamina B3: Contribuye en el control de los niveles de azúcar en sangre.
- Vitamina E: Actúa como antioxidante, protegiendo las células del daño de los radicales libres.
8. Estimula el sistema inmunológico
Los bajos niveles de zinc aumentan el riesgo de infecciones. El pulpo es una fuente natural de zinc, con lo que actúa fortaleciendo las defensas del organismo.
9. Favorece la pérdida de peso
Con solo 70 calorías por cada 100 gramos y un bajo contenido en grasas y azúcares, es perfecto para dietas de control de peso, ya que es saciante y nutritivo sin aportar muchas calorías.
10. ¿Posibles efectos contra dolor de cabeza?
Gracias a su importante aporte de vitaminas del grupo B, el pulpo puede ofrecer diversos beneficios. Se ha sugerido, por ejemplo, que las vitaminas de este grupo están relacionadas con una menor frecuencia e intensidad de las migrañas, aunque aún es pronto para asegurarlo.
Para quién no es recomendable
Las principales contraindicaciones y precauciones son:
- Alergias. Las personas con alergia conocida a mariscos o específicamente a cefalópodos deben evitar el pulpo para prevenir reacciones alérgicas que pueden variar desde leves hasta graves.
- Gota. El pulpo contiene purinas (uno de los dos compuestos químicos que las células usan para elaborar los elementos fundamentales del ADN y el ARN), lo que puede desencadenar o empeorar episodios de gota en personas con hiperuricemia. Quienes sufren de esta condición deben moderar su consumo.
- Debido a su alto contenido proteico, en casos de enfermedad renal avanzada es recomendable limitar su ingesta, ya que una dieta elevada en proteínas puede exigir una mayor carga para los riñones.
- Sensibilidad al yodo. Como producto del mar, el pulpo aporta yodo. Esto es beneficioso para la función tiroidea en muchas personas, pero puede representar un problema para aquellos con condiciones tiroideas sensibles, como el hipertiroidismo o reacciones al yodo.
Cómo elegir pulpo
El pulpo, al contrario de otros mariscos, tiene una carne mucho más firme y fibrosa, por lo que se aconseja escoger pulpos de 1,5-2 Kg ya que son más tiernos.
En qué fijarse para elegir pulpo fresco y de calidad
Para que puedas disfrutar de su sabor y beneficios en la cocina es fundamental fijarse en varios aspectos clave:
- Color y brillo: La piel debe tener un color natural, uniforme y ligeramente perlado, sin manchas oscuras o áreas descoloridas. Un pulpo fresco presenta un brillo que denota su humedad.
- Textura y firmeza: Debe sentirse firme y elástico. Si está demasiado blando o se deshace al presionarlo, es señal de que no está en óptimas condiciones.
- Olor: El pulpo debe desprender un aroma fresco a mar, sin olores a amoníaco ni a fermentado. Un olor desagradable indica deterioro.
- Aspecto general: Si se conservan partes como los ojos, éstos deben ser brillantes y no hundidos. Asimismo, se debe evitar un pulpo con exceso de sequedad en la piel.
- Peso y tamaño: Un pulpo de buena calidad se siente pesado en relación con su tamaño, lo que indica que conserva una buena cantidad de agua y frescura..
Apuesta por sostenibilidad
Para consumir pulpo de manera responsable y sostenible, conviene tener en cuenta varios aspectos que garanticen la preservación de las poblaciones marinas y el respeto al ecosistema. A día de hoy no existe pulpo de acuicultura (aunque se está avanzando en la opción del pulpo de criadero). Por eso, si quieres garantizar la disponibilidad futura de este recurso, permitiendo que el pulpo siga siendo un alimento sabroso y saludable sin comprometer la biodiversidad de los océanos, estas son nuestras recomendaciones:
- Algunos cuentan con sellos MSC o "Friends of the sea": si los encuentras, opta por ello, pues son etiquetas que certifican su procedencia sostenible. Infórmate sobre la zona de captura y la especie concreta, ya que no todas las poblaciones de pulpo se encuentran en las mismas condiciones de conservación.
- Prioriza proveedores que utilicen métodos de pesca responsables, como la potera o el naso (trampas), que reducen la captura incidental de otras especies. Evita pulpos capturados mediante técnicas agresivas o ilegales que pongan en riesgo el equilibrio del fondo marino.
- Consúmelo en los periodos del año en que la pesca de pulpo está permitida o recomendada por las autoridades pesqueras. Hay que respetar las vedas y periodos de reproducción para contribuir a la recuperación de las poblaciones.
- Apoyo a productores locales: Al comprar pulpo de pescadores y cooperativas locales, fomentas el desarrollo sostenible de la comunidad costera y la economía local. Esto permite una mejor trazabilidad del producto y un control más directo de las prácticas de pesca.
Cómo preparar el pulpo
Antes de consumirlo, lo primero es limpiarlo bien.
- Coloca el pulpo bajo el grifo y limpia cada recoveco prestando especial atención a los tentáculos, donde suele esconder más suciedad.
- Limpia los tentáculos uno a uno. Aunque es una tarea laboriosa, es esencial para disfrutar de un pulpo de buena calidad.
- Dale la vuelta a la cabeza del pulpo y retira la bolsa de tinta del centro con cuidado (mejor si te la quita el pescadero, igual que las vísceras).
- Retira el pico y los ojos con un cuchillo afilado o unas tijeras de pescadero.
- Por último, pasa el pulpo bajo el chorro de agua para limpiarlo por completo.
Tres consejos para cocinar el pulpo
Una vez limpio, es recomendable congelar el pulpo durante al menos 24 horas y descongelarlo en la nevera al menos 12 horas antes de su cocción para que al cocinarlo tenga una textura perfecta. El proceso de congelación hace que las fibras de colágeno de la carne se rompan, obteniendo así un pulpo jugoso y muy tierno. También puedes comprar pulpo ultracongelado, que viene limpio y listo para descongelar y cocinar.
Al cocinar el pulpo, ten en cuenta que cuanto más grande sea, más tiempo de cocción necesitará. Por ejemplo, el tiempo de cocción debería ser de 15 minutos por cada 900 g de peso.
- Para cocinarlo, debe ponerse agua a hervir y, cuando llegue a ebullición, cogiéndolo por la cabeza, meter y sacar el pulpo tres veces consecutivas, de ese modo se consigue que no se le desprenda la piel. A esta técnica se la conoce popularmente como “asustar el pulpo”. Esto es perfecto para que el pulpo mantenga una buena forma después de la cocción.
- A continuación, cocemos el pulpo durante 25-30 minutos (el tiempo dependerá del tamaño de la pieza), pinchando de vez en cuando para ver cómo está de duro.
- Una vez ha acabado de cocer debe dejarse reposar unos minutos en el agua caliente, y posteriormente se pasa a una fuente y se prepara con la receta que se haya elegido: a la gallega, en ensalada…
Pulpo: Mitos y curiosidades
El pulpo es un alimento lleno de historia. Y en torno a él hay varias tradiciones culinarias. También han surgido diversos mitos y curiosidades sobre su preparación, algunos ciertos y otros no tanto.
En algunas islas griegas dicen sus vecinos que "hay que golpear el pulpo exactamente 40 veces contra las rocas"para ablandarlo. La realidad es que, aunque el golpeo rompe las fibras musculares y lo hace más tierno, no hay nada que avale esos 40 golpes.
Otros dicen que "capturar pulpo durante la luna llena potencia su sabor y textura", pero no hay estudios que confirmen que la fase lunar influya directamente en la calidad del pulpo.
Junto a estas, hay otras afirmaciones, ¿qué hay de cierto en ellas? ¿Es verdadero o falso que...?
- "Es necesario golpear el pulpo para ablandarlo". Verdadero, pero hay alternativas. Golpear el pulpo contra una superficie dura rompe sus fibras y lo vuelve más tierno. Sin embargo, hoy en día existen métodos igual de eficaces, como la congelación previa, que rompe las fibras sin necesidad de golpearlo.
- "Un corcho en la cocción ayuda a ablandarlo". Falso. Se dice que cocinar el pulpo con un corcho en la olla lo deja más tierno, pero no hay base científica para ello. Lo que realmente importa es controlar el tiempo de cocción y usar técnicas como la congelación o el "asustado" (introducirlo y sacarlo varias veces del agua hirviendo antes de cocerlo).
- "El pulpo reduce su tamaño al cocinarlo". Verdadero. Al cocinarse, el pulpo pierde gran cantidad de agua y puede reducir su volumen hasta la mitad. Por eso, es importante calcular bien las porciones antes de prepararlo.
- "El pulpo se cocina mejor en su propio jugo". Verdadero. En muchas recetasel pulpo se cocina sin agua añadida, utilizando solo el líquido que suelta. Este método potencia su sabor y evita que quede demasiado aguado.
- "Los tentáculos se enroscan al cocinarlo". Verdadero. La estructura muscular del pulpo hace que sus tentáculos se curven al contacto con el calor. Para una presentación más estética, se recomienda "asustarlo" en agua hirviendo antes de cocinarlo completamente.
- "El pulpo fresco es siempre mejor que el congelado." Falso. A diferencia de otros mariscos, el pulpo congelado puede ser incluso mejor, ya que la congelación rompe sus fibras y lo ablanda, haciendo que su textura sea más tierna al cocinarlo.