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Informe
Deshumidificadores: cómo elegir sin error
18 junio 2019

Pintura que se desconcha, manchas de moho que no se van, muebles que se estropean... Todos estos síntomas indican que en tu casa hay un nivel excesivo de humedad. La tecnología viene en tu ayuda: deshumidificadores para vivir en una atmósfera más equilibrada.
¿Qué hacer si tienes demasiada humedad en casa?
Tener humedades en casa es algo bastante desagradable, ya no solo por las manchas que aparecen en paredes y techo, sino también por el olor y la sensación térmica que acarrean. Además de lo poco saludable que resulta un ambiente con unos elevados índices de humedad.
Actualmente, es posible encontrar en el mercado aparatos que nos pueden ayudar a combatir la humedad en casa. Por ello, 2 de nuestras principales opciones pasan por:
- Comprar un aparato de aire acondicionado: hay modelos con función de deshumidificación.
Los mejores aparatos de aire acondicionado
- Comprar directamente un deshumidificador: estos aparatos eliminan el exceso de humedad. Si te interesa esta opción, sigue leyendo el dossier pinchando en las secciones-candado que encuentras en la columna derecha.
Tipos de deshumidificadores
A la hora de elegir deshumidificador, debemos empezar por decidir si lo queremos fijo o portátil. Los fijos resultan más eficaces, pero resultan evidentemente menos cómodos, ya que no podremos moverlos de una a otra habitación.
Pero más allá de esta característica, fácilmente comprensible, los deshumidificadores se dividen en dos grandes familias:
Deshumidificadores refrigerantes
- Son los más comunes. El aire es aspirado y canalizado por un conducto de enfriamiento. El vapor de agua se condensa y el agua resultante es recogida en un depósito. El aire deshumidificado es expulsado de nuevo a la habitación.
- La eficacia de estos modelos es mayor con temperaturas altas y una humedad elevada (superior al 45 %).
Deshumidificadores desecantes
- Eliminan el exceso de humedad mediante materiales desecantes (fundamentalmente, el gel de sílice). El aire pasa a través del desecante que, con una reacción química, condensa la humedad.
- Cuando el material absorbente llena sus poros de agua, la deshumidificación se detiene y habrá que sustituir el desecante. Algunos materiales no necesitan ser sustituidos: se regeneran al entrar en contacto con una corriente de aire.
- La eficacia de estos modelos es mayor con temperaturas bajas y en ambientes donde no haya mucha humedad.
No afectan a la temperatura
Los deshumidificadores no tienen efecto sobre la temperatura objetiva de tu casa, sino que simplemente regulan el nivel de humedad.
Pero la humedad sí que influye sobre tu percepción de la temperatura: el calor resulta más pesado con humedad elevada y el frío se soporta mejor en ambientes secos.
Mantenimiento sencillo
Los deshumidificadores suelen tener un depósito de recogida de agua con un sensor que controla el nivel de líquido. Cuando el agua alcanza el nivel máximo, el deshumidificador se apaga e indica mediante señales auditivas y/o luminosas que no puede seguir funcionando. Normalmente, uno de estos depósitos tarda en llenarse entre 8 y 12 horas, aunque puede variar dependiendo del tamaño del depósito y el nivel de humedad. Para que el deshumidificador siga funcionando, simplemente tendremos que vaciar el depósito (este agua desechada no es potable).
Una alternativa interesante es instalar un tubo que se ocupe de drenar continuamente el agua recogida.
El mantenimiento de estos aparatos se completa con la sustitución o limpieza periódica de los filtros. Siempre son más recomendables los filtros lavables.
Comprar un deshumidificador: en qué fijarse
No te apresures en la compra. Antes de gastar tu dinero, comprueba estos 10 parámetros:
- El volumen del ambiente a deshumidificar: cuanto más grande sea la habitación o la casa, más potencia necesitará.
- La temperatura a la que el aparato funciona correctamente: importante si va a sufrir ambientes muy calurosos.
- Peso y tamaño: si va a ser fijo, lo que importa es que no estorbe ni sea antiestético. En el caso de que te decantes por uno portátil, es fundamental que no te resulte muy pesado cuando tengas que moverlo.
- Humedad máxima asimilable: este parámetro se mide en número de litros por cada 24 horas.
- La capacidad del depósito: ¿cada cuánto tiempo tendrás que cambiar el agua? ¿Incluye un tubo de descarga para no tener que vaciarlo cada pocas horas?
- Modo automático: una función para no complicarte la vida y que se encarga de regular el nivel idóneo de humedad.
- Los filtros: debes saber si va a ser posible lavarlos. Si vas a tener que sustituirlos cada cierto tiempo, comprueba cuál es su precio para echar cuentas.
- Se adapta bien al clima: si vives en un lugar caluroso y muy húmedo, los modelos refrigerantes resultan mejores que los desecantes.
Trucos caseros para acabar con la humedad
Existen maneras de reducir el nivel de humedad de tu casa. Nunca llegarán a absorber tanto como un deshumidificador, pero pueden ayudarte si tu problema no es muy grave.
- Duchas más cortas.
- Cubrir las ollas al cocinar.
- Ventilar habitualmente: un lugar mal ventilado (habitual en casas de doble ventana) favorece el exceso de humedad.
- Colgar la ropa a secar siempre fuera de casa y no dentro.
- En ambientes muy fríos es necesario aislar mejor la parte donde se condensa el vapor (normalmente en ventanas mal aisladas).
- Si la humedad proviene de una infiltración o una gotera, es necesario cortar el problema de raíz y consultar con un profesional para la reparación.
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¿Qué hacer si tienes demasiada humedad en casa?
Tener humedades en casa es algo bastante desagradable, ya no solo por las manchas que aparecen en paredes y techo, sino también por el olor y la sensación térmica que acarrean. Además de lo poco saludable que resulta un ambiente con unos elevados índices de humedad.
Actualmente, es posible encontrar en el mercado aparatos que nos pueden ayudar a combatir la humedad en casa. Por ello, 2 de nuestras principales opciones pasan por:
- Comprar un aparato de aire acondicionado: hay modelos con función de deshumidificación.
Los mejores aparatos de aire acondicionado
- Comprar directamente un deshumidificador: estos aparatos eliminan el exceso de humedad. Si te interesa esta opción, sigue leyendo el dossier pinchando en las secciones-candado que encuentras en la columna derecha.
Tipos de deshumidificadores
A la hora de elegir deshumidificador, debemos empezar por decidir si lo queremos fijo o portátil. Los fijos resultan más eficaces, pero resultan evidentemente menos cómodos, ya que no podremos moverlos de una a otra habitación.
Pero más allá de esta característica, fácilmente comprensible, los deshumidificadores se dividen en dos grandes familias:
Deshumidificadores refrigerantes
- Son los más comunes. El aire es aspirado y canalizado por un conducto de enfriamiento. El vapor de agua se condensa y el agua resultante es recogida en un depósito. El aire deshumidificado es expulsado de nuevo a la habitación.
- La eficacia de estos modelos es mayor con temperaturas altas y una humedad elevada (superior al 45 %).
Deshumidificadores desecantes
- Eliminan el exceso de humedad mediante materiales desecantes (fundamentalmente, el gel de sílice). El aire pasa a través del desecante que, con una reacción química, condensa la humedad.
- Cuando el material absorbente llena sus poros de agua, la deshumidificación se detiene y habrá que sustituir el desecante. Algunos materiales no necesitan ser sustituidos: se regeneran al entrar en contacto con una corriente de aire.
- La eficacia de estos modelos es mayor con temperaturas bajas y en ambientes donde no haya mucha humedad.
No afectan a la temperatura
Los deshumidificadores no tienen efecto sobre la temperatura objetiva de tu casa, sino que simplemente regulan el nivel de humedad.
Pero la humedad sí que influye sobre tu percepción de la temperatura: el calor resulta más pesado con humedad elevada y el frío se soporta mejor en ambientes secos.
Mantenimiento sencillo
Los deshumidificadores suelen tener un depósito de recogida de agua con un sensor que controla el nivel de líquido. Cuando el agua alcanza el nivel máximo, el deshumidificador se apaga e indica mediante señales auditivas y/o luminosas que no puede seguir funcionando. Normalmente, uno de estos depósitos tarda en llenarse entre 8 y 12 horas, aunque puede variar dependiendo del tamaño del depósito y el nivel de humedad. Para que el deshumidificador siga funcionando, simplemente tendremos que vaciar el depósito (este agua desechada no es potable).
Una alternativa interesante es instalar un tubo que se ocupe de drenar continuamente el agua recogida.
El mantenimiento de estos aparatos se completa con la sustitución o limpieza periódica de los filtros. Siempre son más recomendables los filtros lavables.
Comprar un deshumidificador: en qué fijarse
No te apresures en la compra. Antes de gastar tu dinero, comprueba estos 10 parámetros:
- El volumen del ambiente a deshumidificar: cuanto más grande sea la habitación o la casa, más potencia necesitará.
- La temperatura a la que el aparato funciona correctamente: importante si va a sufrir ambientes muy calurosos.
- Peso y tamaño: si va a ser fijo, lo que importa es que no estorbe ni sea antiestético. En el caso de que te decantes por uno portátil, es fundamental que no te resulte muy pesado cuando tengas que moverlo.
- Humedad máxima asimilable: este parámetro se mide en número de litros por cada 24 horas.
- La capacidad del depósito: ¿cada cuánto tiempo tendrás que cambiar el agua? ¿Incluye un tubo de descarga para no tener que vaciarlo cada pocas horas?
- Modo automático: una función para no complicarte la vida y que se encarga de regular el nivel idóneo de humedad.
- Los filtros: debes saber si va a ser posible lavarlos. Si vas a tener que sustituirlos cada cierto tiempo, comprueba cuál es su precio para echar cuentas.
- Se adapta bien al clima: si vives en un lugar caluroso y muy húmedo, los modelos refrigerantes resultan mejores que los desecantes.
Trucos caseros para acabar con la humedad
Existen maneras de reducir el nivel de humedad de tu casa. Nunca llegarán a absorber tanto como un deshumidificador, pero pueden ayudarte si tu problema no es muy grave.
- Duchas más cortas.
- Cubrir las ollas al cocinar.
- Ventilar habitualmente: un lugar mal ventilado (habitual en casas de doble ventana) favorece el exceso de humedad.
- Colgar la ropa a secar siempre fuera de casa y no dentro.
- En ambientes muy fríos es necesario aislar mejor la parte donde se condensa el vapor (normalmente en ventanas mal aisladas).
- Si la humedad proviene de una infiltración o una gotera, es necesario cortar el problema de raíz y consultar con un profesional para la reparación.