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Duelo: preguntas y respuestas

Vivir el fallecimiento de un ser querido, la ruptura de una relación, la pérdida de una mascota, de un trabajo… todas son situaciones que provocan un duelo, algo que todos tendremos que afrontar tarde o temprano. Contestamos a dudas frecuentes y ponemos luz sobre el duelo.

25 octubre 2024
Duelo: preguntas y respuestas

¿Qué es el duelo?

Un duelo es el conjunto de reacciones psicológicas que se desencadenan tras lo que la persona considera como una pérdida importante: desde el fallecimiento o ruptura de la relación con un familiar, amigo o pareja, hasta el fallecimiento de una mascota, o la pérdida del trabajo, de la salud, del estatus socioeconómico, la pérdida de un entorno natural, un objeto preciado o también una migración.

Por lo tanto, un duelo ocurre sobre la pérdida o ruptura de una relación o vínculo significativo para esa persona, lo que hace del duelo un proceso subjetivo, personal e íntimo, además de una vivencia universal que todos tendremos que afrontar.

¿Cuáles son las reacciones más frecuentes?

Las reacciones de duelo se desencadenan de forma automática tras la pérdida y para cada persona serán distintas. Estas pueden ser emocionales, cognitivas, conductuales o fisiológicas. Ten en cuenta que solo recogemos las más habituales y no tienen porqué darse todas y cada una de ellas. 

  • Reacciones emocionales: conmoción, incredulidad, miedo, tristeza, vacío, ansiedad, ira, culpa, remordimiento, alivio, anhedonia, soledad, desamparo, inseguridad, etc.
  • Reacciones cognitivas: incredulidad, preocupación o rumia por la pérdida, negación, confusión, falta de concentración, dificultad para tomar decisiones, problemas de memoria, etc.
  • Reacciones conductuales: inquietud, aislamiento o acercamiento sociales, evitación de aquello que pudiera recordar a la pérdida, lentitud en el movimiento y en el habla, pérdida de interés y motivación, etc.
  • Reacciones fisiológicas: problemas de sueño, cambios en el apetito, fatiga, pérdida de energía, etc.

¿Qué es la rumia?

La rumia es el nombre técnico que dan los profesionales de la salud mental a la tendencia o patrón cognitivo de pensar de forma constante y circular sobre un tema, situación o persona. En principio, no se trata de un problema de salud mental o de un síntoma, sino de la forma de afrontar una dificultad o malestar. 

Estando en duelo es habitual que “se rumie” o se piense insistentemente sobre la pérdida en sí misma, el vacío que ocasiona, cómo encarar el futuro y demás preocupaciones. Pero la rumia también puede surgir en otras circunstancias que generan preocupación, frustración o sensación de incapacidad.

¿Cuál es el proceso del duelo?

Un duelo es también ese proceso que permite a la persona abordar la pérdida independientemente de cuál sea su naturaleza. Es lo que los profesionales llaman elaborar la pérdida: afrontarla y gestionarla de tal forma que la persona en duelo se vaya adaptando a la ausencia y a los cambios que desencadena hasta que puede integrar esa pérdida en su día a día, en su historia de vida e identidad personal

A pesar de ser una experiencia universal, también es muy personal, por eso:

  • No habrá dos procesos de duelo iguales ni en intensidad ni en manifestaciones, aunque sí es esperable determinadas reacciones más o menos comunes, como la tristeza el miedo, la incredulidad o la falta de interés y motivación.
  • El tiempo que dura un duelo es también variable, y dependerá de la situación de cada persona, sus habilidades, la pérdida en sí misma, etc. 

¿Son solo cinco etapas?

Hay muchas teorías que abordan cómo se produce el duelo. La archiconocida teoría de la psiquiatra Elizabeth Kübler-Ross de la década de los sesenta explicaba el duelo como una sucesión de cinco etapas emocionales: la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación.

Hoy en día ese modelo no cuenta con el respaldo de la comunidad profesional. Más bien se entiende el duelo como un conjunto de tareas e hitos psicológicos y emocionales no lineales ni estancos, que el doliente afronta y, en la medida de lo posible, solventa.

¿Cuánto dura el duelo?

No hay un plazo determinado para elaborar un duelo. ¿Cómo decirle a un padre o una madre cuál es el tiempo para sobreponerse a la pérdida de un hijo?, o ¿cuánto tiempo puede llevar resolver la ruptura de una pareja de toda la vida? 

En términos generales, es esperable que lleve entre uno y dos años, o más; o que incluso haya aspectos que puedan doler un poquito más durante un tiempo. Además, en momentos especiales como la Navidad, los cumpleaños o ritos de paso como bodas o graduaciones u otros en los que la ausencia resulte más acuciante es normal que uno se sienta más triste o recuerde especialmente a esa persona ausente.

¿Qué es el duelo complicado?

En principio, un duelo no es un problema de salud mental, sino una experiencia universal, aunque dolorosa para la que la mayoría de las personas no requerirán apoyo especializado. No obstante, puede desencadenarse un duelo complicado cuando la persona es incapaz de afrontar la pérdida, de gestionarla e integrarla o resolverla por sí misma, de tal forma que la persona se queda atrapada en la experiencia de la pérdida, en el vacío y el sufrimiento que genera le sobrecoge.

Qué hacer ante un duelo

Además, un duelo anticipado también puede desencadenar dificultades psicológicas o emocionales. Es aquel que comienza antes de que la pérdida se produzca, como en una suerte de preparación ante el fallecimiento de un ser querido ante el progreso de una enfermedad, por ejemplo. Sin embargo, anticipar el duelo ante situaciones no inminentes, sino posibles, como el eventual fallecimiento de una persona o mayor que no tiene grandes problemas de salud, resultaría conveniente consultar con un profesional de la salud. 

¿Cómo distinguir duelo y depresión?

Duelo y depresión son dos fenómenos psicológicos diferentes, aunque sí están relacionados, ya que un duelo complicado puede desembocar en una depresión. En cualquier caso, ni son sinónimos ni vivir uno llevará inevitablemente a vivir el otro. 

  • En una depresión la tristeza, sensación de vacío, desinterés, etc., es generalizado y constante. Además, el estado de ánimo es bajo permanentemente y la autoestima se resiente. Cuando hay una mejora, esta se percibe más o menos en todas las áreas.
  • En un duelo, por el contrario, el malestar se circunscribe a una situación concreta: la pérdida. Por lo tanto, aunque todo cueste y el sufrimiento acompañe a la persona todo el día, el malestar aparece por oleadas que refieren a esa ausencia.

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