Inyecciones para adelgazar y curar otros males
Las inyecciones que al inicio eran solo para tratar la diabetes tipo 2, con el tiempo se vio que también sirven para adelgazar. Y lo más probable es que actúen en más áreas de nuestro organismo y puedan ayudar a tratar otros problemas de salud: las investigaciones que se están realizando son optimistas. OCU ha pedido al Ministerio de Sanidad que la financiación pública de estos medicamentos en pacientes con diabetes se amplíe a los casos de obesidad y riesgo asociado de alguna enfermedad.

Las famosas inyecciones para adelgazar han supuesto una revolución entre las personas que necesitan perder peso. Los principios activos de semaglutida, liraglutida y tirzepatida, que se comercializan en las inyecciones de Wegovy, Saxenda y Mounjaro, resultan eficaces siempre que su uso se combine con una dieta baja en calorías y un aumento de la actividad física. En estas condiciones, la pérdida de peso puede alcanzar entre un 8% y un 20% anual en función del principio activo y la dosis que se usen.
Aunque también es cierto que no todas las personas adelgazan en la misma medida y que los kilos se recuperan cuando se deja el tratamiento (a pesar de hacer dieta y ejercicio físico). Y también pueden provocar alguna reacción adversa.
En la actualidad, los pacientes que sufren diabetes tipo 2 y obesidad pueden adquirir las inyecciones con financiación pública. OCU ha solicitado al Ministerio de Sanidad que la financiación pública se amplíe a personas sin diabetes pero con obesidad y alguna enfermedad asociada al mismo. Una estrategia ya aprobada en el Reino Unido con las inyecciones de Wegovy y Saxenda para personas con un Índice de Masa Corporal igual o superior a 35.
Funcionan como una hormona
Estos medicamentos se denominan aGLP-1, análogos de la hormona GLP-1 (abreviatura de péptido-1 similar al glucagón). Imitan el funcionamiento de dicha hormona que se secreta en el intestino cuando ingerimos comida y ejerce varias funciones:
- Regula los niveles de otras dos hormonas, la insulina y el glucagón, fundamentales para controlar los niveles de azúcar en sangre. Por ello estos fármacos sirven para el tratamiento de la diabetes tipo 2.
- Retrasa el vaciado del estómago y genera sensación de saciedad, por lo que quitan el apetito. Precisamente, fue el hecho de comprobar que los pacientes diabéticos tipo 2 tratados con estos medicamentos perdían peso lo que ha llevado a los laboratorios farmacéuticos a investigar más las posibilidades de estos fármacos.
Hallazgos sobre cómo actúan en otras enfermedades
Más allá de sus dos usos autorizados para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y del sobrepeso y obesidad, se está investigando cómo actúan estos principios activos en otras áreas terapéuticas. Se sabe que aparte del páncreas, el intestino y el cerebro, hay otros órganos susceptibles a la acción de la GLP-1 y es sobre estos otros órganos y las posibles enfermedades relacionadas con ellos donde se está centrando la investigación.
Las grandes líneas de investigación se centran en los efectos en el sistema nervioso central, en enfermedades hepáticas de origen metabólico, en problemas de fertilidad y, sobre todo, en las enfermedades cardiovasculares.
Síndrome de ovario poliquístico
En esta enfermedad que impide la fertilidad se produce una disminución de la hormona responsable de la ovulación y un exceso de hormonas masculinas, que, a su vez, promueven la acumulación de grasa abdominal, sobrepeso y resistencia a la insulina. Varios estudios han demostrado que los aGLP-1 han logrado que mujeres con el síndrome de ovario poliquístico y sobrepeso adelgacen, mejorando no solo el perfil metabólico, sino la regularidad de la menstruación y un aumento de la tasa de embarazo. Por ello, los aGLP-1 se han posicionado como un potencial tratamiento para mantener bajo control (que no curar) este síndrome.
No obstante, estos medicamentos no pueden usarse durante el embarazo, ya que no se conocen los efectos sobre el feto. Las mujeres con síndrome de ovario poliquístico que busquen quedarse embarazadas y estén en tratamiento con aGLP-1 deben consultar con su médico el momento idóneo para interrumpir el tratamiento.
Y por otra parte, las mujeres que no deseen un embarazo, deberán usar métodos anticonceptivos eficaces para evitar dicha posibilidad.
Efecto antiadictivo
Lo que se sabe por estudios en modelos animales y por estudios observacionales en personas que estaban usando algún medicamento aGLP-1 es que actúan en el sistema nervioso central ejerciendo un fuerte efecto antiadictivo.
Parece que logran disminuir la adicción a sustancias como el alcohol, tabaco, opioides, etc., y que también ayudan a controlar adiciones relacionadas con el comportamiento al juego o a las compras compulsivas. De hecho, clínicos expertos en el manejo de adiciones han comenzado a prescribir estos medicamentos a sus pacientes.
Alzheimer y Parkinson
Cada vez hay más evidencia que relaciona la diabetes tipo 2 con un mayor riesgo de sufrir estas enfermedades neurodegenerativas. De ahí que se esté investigando si los medicamentos para tratar la diabetes, entre ellos los aGLP-1, podrían ayudar en el alzhéimer y el párkinson. Por el momento, lo que se sabe por estudios en modelos animales modificados genéticamente para que manifiesten estas enfermedades es que estos medicamentos mejoran los mecanismos patológicos. Además, en el caso del alzhéimer, previenen la pérdida de memoria y el avance de la enfermedad, y en el caso del párkinson, mejoran la función motora y protegen frente al daño neuronal.
Ahora, falta esperar la finalización de ensayos clínicos en humanos para confirmar estos logros.
Hígado graso
Se estima que un 30% de la población tiene hígado graso no alcohólico, enfermedad que en última instancia conduce a cáncer o fallo hepático. La obesidad, diabetes, colesterol y triglicéridos altos son los principales factores de riesgo y el único tratamiento por el momento eficaz consiste en perder peso. Se ha visto que en personas con diabetes tipo 2 y/o sobrepeso u obesidad que a su vez padecían hígado graso no alcohólico, el tratamiento a base de aGLP-1 reducía el contenido graso del hígado y retrasaba la progresión de la enfermedad.
Lo que no se sabe todavía es si la mejora es consecuencia de la pérdida de peso o si podría deberse a un efecto directo de estos medicamentos en el tejido hepático.
Enfermedades cardiovasculares
Es de sobra conocido que el sobrepeso y la obesidad son un factor de riesgo de sufrir hipertensión, enfermedades de las arterias coronarias (angina de pecho, infarto de corazón), ictus e insuficiencia cardiaca. Además, la obesidad abdominal aumenta el riesgo de resistencia a la insulina. Diferentes ensayos clínicos de gran tamaño han demostrado que los aGLP-1 en pacientes diabéticos y con alto riesgo de sufrir un evento cardiovascular disminuyen entre un 15 y un 20% la probabilidad de sufrir un nuevo ictus o infarto o de morir a consecuencia de ello. De ahí que actualmente los cardiólogos recomienden el uso de estos medicamentos como tratamiento de control de la glucosa en pacientes con diabetes tipo 2 y alto riesgo de sufrir un evento cardiovascular.
Por otra parte, a finales de 2023 se publicaron los resultados del primer gran ensayo clínico que buscaba averiguar si estos medicamentos podrían también disminuir el riesgo de eventos cardiovasculares en personas con sobrepeso y con antecedentes de enfermedad cardiovascular, pero no diabéticas. Se vio que la semaglutida (que era el medicamento ensayado) disminuía en un 20% el riesgo de sufrir un nuevo ictus o infarto. Esto significa que es probable que próximamente las guías de cardiología recomienden también el uso de estos medicamentos en pacientes con obesidad o sobrepeso no diabéticas, pero con muy alto riesgo de enfermedad cardiovascular.