Estimados/as señores/as:
El martes 24 de junio quise comprar 4 sillas Sandsberg en la tienda de Ikea en Granada utilizando la compra online de la página web.
Tras entrar en la página del producto y seguir las indicaciones para hacer la compra, cuando quise marcar la recogida en la tienda de Ikea en Granada, el sistema web me daba el siguiente mensaje: “Nuestros servicios de entrega y recogida no están disponibles en este momento
Sentimos las molestias. Estamos haciendo lo posible por arreglar el problema. Inténtalo de nuevo más tarde.”
Comprobando que no era posible la compra online –aún indicado la web la disponibilidad de 10 unidades de la silla en Granada– intenté hacer la compra a través del número telefónico que facilitan, en la misma página web del producto, para tal fin: 900 400 922
De 14:02 a 14:18 –supongo que tendrán grabada la llamada– fui atendido amablemente por la Sra. Carolina. Después de explicarle la imposibilidad de hacer la compra online y tras cumplimentar el pedido me indica que su sistema no le permite hacer la compra. Tras intentar averiguar el problema me explica que debe ser porque los sistemas de gestión de stock de Ikea no permiten conocer, exactamente, qué unidades hay en una tienda pese a que la web del producto informe, de manera inexacta, de la cantidad de unidades disponibles en una tienda.
La información publicitaría –entiendo que con valor contractual– que dan en la web es falsa: no es posible comprar un producto online y tampoco puede hacerse por llamada telefónica.
Entonces la única opción que queda es desplazarse a la tienda y hacer la compra in situ, pero sin saber si será un desplazamiento en vano porque se hayan vendido las sillas y su sistema no es capaz de reflejarlo.
Pareciera que no les importa que un cliente se desplace a la tienda y no pueda comprar un producto que aparece en su web como disponible. Supongo que les resultará más rentable que visite la tienda de todas maneras por si consume cualquier otra cosa que cuidar la confianza que un cliente puede tener en Ikea.
La pérdida de tiempo y las malas sensaciones podrían evitarlas con la sencilla inclusión de un texto en web en el que se indicara “sólo compra en tienda”. Quizás valoran que ese mensaje da mala impresión en su web, pero no duden que es mucho peor sentirse engañado con intenciones meramente publicitarias y comerciales.
Al visitar –con las molestias de desplazamientos y tiempos– la tienda de Ikea en Granada, en Avenida de las Palmeras, 18100, de Armilla, soy atendido por el vigilante de seguridad de la sección de entrega de pedidos que, con una actitud y amabilidad excepcionales, trató –hablando con trabajadores de Ikea– de ayudarme en la compra indicándome con absoluta claridad y eficiencia el modo de comprar las sillas para obtener un número de pedido que me entregarían a la salida de la tienda.
Tras hacer la compra y pagar el importe obtengo el ticket de venta (con la indicación “VENTA ACEPTADA”) y obtengo el número de pedido 5155 para recibir el producto en la mesa de entrega de pedidos. Adjunto los tickets de compra (T1-T2) en los que se indica la hora de compra (19:47:18).
Después de diez minutos en los que el número 5155 aparecía en el monitor en el que indican los pedidos que se están preparando compruebo, con sorpresa, que dicho número ha desaparecido de la pantalla sin haber emitido ningún tipo de aviso o información.
Expongo la situación a su empleado del mostrador y, tras unos titubeos, me indica que el problema es que no hay sillas en stock.
Tras los lógicos momentos de sorpresa desagradable: ¡Ikea no tiene en la tienda el producto que he podido comprar y, aún más, pagar!!! … y tras más balbuceos sobre ese sinsentido, su empleado trata de quitarse de encima a un cliente que sentirá como pesado y me dice que lo único que puede hacer es devolverme el dinero, como si hiciera una devolución. Se acerca otro trabajador de Ikea y nos dice que está prevista, mañana miércoles de 19:00 a 20:00, la llegada de un camión con 56 sillas.
Le indico entonces que su solución no es correcta y que mejor es que me hagan una reserva sobre cuatro de las sillas que llegarán al día siguiente, ya que las tengo compradas y pagadas, y yo pasaré a recogerlas posteriormente. Me dice que no es posible hacer esto, sólo puede devolverme el dinero y que vuelva a intentar comprar las sillas.
Solicito entonces hablar con un superior suyo y me llevan a reunirme con la Sra. Rosa. Tras exponerle –su compañero de trabajo y yo mismo el problema– revisa sobre las situaciones de stock y próximos envíos de la silla. Me muestra, en su monitor, que no hay previstas llegadas de silla en los próximos meses, por lo menos hasta octubre. Incluso comprueba que “el envío de mañana de 56 sillas” no existe.
Se reúne con nosotros la Sra. Virginia, que se presenta como encargada de la tienda. Me sorprendió, y así se lo hice saber a ella, la ligereza apreciada anteriormente en su compañero al indicarme que “volviera al día siguiente” sabiendo que sería un desplazamiento inútil.
Tras explicarle ampliamente, todos, la situación, Virginia confirma que no tienen stock de sillas y que las ventas online y telefónicas publicitadas por Ikea son falsas.
Me indica que la única solución posible es la devolución de importe pagado. Acepto solicitando que, en el ticket de devolución (y abono) aparezca la explicación del motivo de la devolución, al no ser común, y proponen anotar “devolución por exceso de ventas”. Nos desplazamos a la caja de entrega de envíos, donde la Sra. Puri efectúa la devolución y abono del ticket de compra (T1-T2) con la anotación, manuscrita, del motivo de la devolución más el sello de Ikea.
Quiero hacer notar que la atención personal de sus trabajadoras Rosa, Virgina y Puri fue inmejorable, manifestando en todo momento la intención de solucionar el problema del cliente. La dificultad que se manifiesta en ellas es como explicar el problema cuando es evidente que el inconveniente ha sido causado por Ikea sin considerar el perjuicio que se le causa al consumidor.
En resumen, casi hora y media de pérdida de tiempo en tienda (más las anteriores e inútiles compras fallidas en web y telefónica), dinero cobrado indebidamente por Uds., desplazamientos, molestias y muy malas sensaciones tras conocer la capacidad de gestión de Ikea, entre otros, son los resultados del intento de comprar cuatro sillas.
A eso hay que añadir la mala sensación, global, de sentirse engañado al ir comprobando que todos y cada uno de los canales de ventas publicitados por Ikea son falsos y no informan adecuadamente al consumidor sino que se limitan a dirigirlo hacia otras acciones no en su beneficio, sino del beneficio comercial de Ikea.
El motivo de mi reclamación es subrayar el incumplimiento por Ikea del valor contractual de su publicidad, en el espíritu de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias, donde se indica que la oferta, promoción y publicidad de los bienes o servicios se ajustarán a su naturaleza, características, utilidad o finalidad y a las condiciones jurídicas o económicas de la contratación, siendo exigibles por los consumidores y usuarios, aun cuando no figuren expresamente en el contrato celebrado o en el documento o comprobante recibido.
SOLICITO que Ikea me pida disculpas por las molestias y perjuicios que me ocasionó su nefasto sistema de gestión de stock; que no aparezca como opción la venta online y/o telefónica y que modifiquen el sistema de ventas para que en casos de, como ellos lo denominan, “exceso de ventas”, el cliente nunca pueda llegar a pagar por un producto que no va serle entregado porque, literalmente, no lo tienen en stock.
Sin otro particular, atentamente.