Es una verguenza el servicio de Correos express. No es la primera vez que me ocurre.
Estoy en casa. Contesto a su llamada pero no responde (escucho sus pasos). Salgo al balcón y veo su furgoneta. No toca el timbre. Yo abro igualmente el portal. Vuelve a su furgoneta, saluda a su compañero de correos que lleva las cartas y se va. Automáticamente llega el aviso de "no ha podido ser entregado".
Esto es una práctica habitual de Correos express.
Igualmente es imposible hacerles una reclamación , ni por su página, ni por teléfono.
Me sorprende mucho la inmunidad con la que pueden llevar a cabo esta práctica (que, por otro lado no le encuentro sentido)