El resultado de la prueba de triple screening del primer trimestre, no fue tan alentador como esperábamos, así que la ginecóloga que nos dio los resultados nos explicó sobre las ventajas de hacerse este análisis genético que determina con gran precisión el riesgo de que el feto pueda sufrir las trisonomias 21, 18 y 13. Como puede entender cualquiera, ansiábamos el día de la llegada de los resultados. Por fin llego y, según nos daba el informe, nos daba la enhorabuena porque todo estaba bien y de paso nos dijo que era un niño. Bien, resulta que en la revisión de más de cinco meses de embarazo (me ahorro la brutalidad que nos dijo la doctora que realizaba la ecografia ya que ella misma no entendía cómo el test daba niño y en la eco veia genitales de niña), nos enteramos que el informe que nos habían dado hacia meses era el de otra gestante y no el mío. Ahí fue cuando realmente me enteré de que mi bebe, gracias a Dios estaba sano y de que no era un niño sino una niña. Siento una tristeza enorme al pensar qué hubiera pasado si a esas alturas del embarazo el resultado de mi test, el que no me habían dado a mi, hubiera sido positivo en alguna de estas trisonomias. Cuando les he reclamado, me contestan describiendo sólo el caso de haber recibido el informe positivo al principio, diciéndome que antes de abortar me habrían aplicado una amniocentesis, pero no el caso que les explicó que es que hubiera pasado si me entero con más de cinco meses de embarazo de que mi bebe tiene problemas creyendo que era un niño sano. Les solicito la devolución de los costes de dicho análisis ya que en mi caso, no sirvió para nada, sino todo lo contrario. Que se hagan responsables de sus malos actos y que, además, la persona que cometió el error no continúe en su puesto y que trabajen con mayor rigor ya que estamos hablando de vidas humanas.