Estimados/as señores/as:
Por la presente, deseo presentar una reclamación formal en relación con la atención recibida el día 28 de julio de 2025 en el área de Radiología de su hospital.
Acudí con mi hijo Isaac Soto Durán, de 24 meses de edad ,para la realización de una ecografía del aparato urinario previamente programada y solicitada por la uróloga infantil del propio Hospital Montepríncipe. A nuestra llegada, introduje el DNI del menor en la máquina de registro, apareciendo correctamente su nombre y la prueba en el ticket, lo que confirmaba que la cita estaba registrada y validada en su sistema.
La indicación de esta prueba no es rutinaria, sino que responde a la necesidad de seguimiento derivada de una condición genética relevante: mi hijo fue concebido mediante donación de esperma, y recientemente se nos ha comunicado que el donante presenta una duplicación en el cromosoma 22, circunstancia que aumenta la importancia de la vigilancia médica y de la realización de las pruebas solicitadas sin demoras.
A pesar de ello, permanecimos tres horas en las instalaciones sin que se realizara la prueba. Durante la espera, nos informaron de que ese día no había personal del equipo de la uróloga infantil, lo cual no se nos comunicó con antelación. Tampoco pudimos recibir asistencia del Departamento de Atención al Paciente, ya que, cuando acudimos allí, ya no había nadie disponible. Además, debo señalar que el trato recibido por parte de las auxiliares administrativas de Radiología fue marcadamente pasivo a la hora de resolver la situación, sin mostrar una implicación real en buscar soluciones inmediatas.
Esta experiencia generó un elevado nivel de estrés y ansiedad, tanto en mí como en el bebé. De hecho, al finalizar la espera, mi hijo presentó un episodio de diarrea líquida, síntoma poco habitual en él, por lo que tuvo que ser atendido en el Servicio de Urgencias del propio hospital.
El desplazamiento supuso un esfuerzo considerable, ya que resido lejos de Boadilla del Monte y tuve que acudir en Uber ida y vuelta, con un coste total que asciende a 110 euros, gasto que resultó completamente inútil al no realizarse la prueba programada.
Por todo lo anterior, solicito:
Una explicación detallada de los motivos por los que no se realizó la ecografía, a pesar de estar programada y registrada.
La adopción de medidas para evitar que situaciones así se repitan, especialmente en pacientes pediátricos con antecedentes médicos graves.
Una compensación económica por los gastos de transporte (ida y vuelta) y por el perjuicio moral y físico ocasionado por el tiempo perdido, el estrés, la ansiedad y la necesidad de atención en urgencias.
Agradezco de antemano su atención y quedo a la espera de una respuesta por escrito en el plazo legal establecido.
Atentamente,