El día 21/08/2025 compré a través de la plataforma eDreams (de la que soy cliente habitual) 6 billetes de ida y vuelta, con salida de Madrid a Londres el día 22/10/2025 (AIR EUROPA) y vuelta de Londres a Madrid el día 27/10/2025 (RYANAIR).
El vuelo de ida transcurrió sin inconvenientes; sin embargo, la gestión del vuelo de regreso con la compañía Ryanair resultó ser una auténtica pesadilla.
Días antes de la fecha de retorno, tanto la plataforma como la propia aerolínea me solicitaron realizar el check-in con el fin de agilizar los trámites, procedimiento que, por otra parte, es completamente habitual y totalmente gratuito.
Realicé el check-in conforme a las indicaciones recibidas; sin embargo, posteriormente comencé a recibir numerosos correos electrónicos de la propia aerolínea informando de que se había producido un error.
Como consecuencia, el mismo día del vuelo no disponía de las tarjetas de embarque ni de ningún documento ni referencia que acreditara mis billetes, y tampoco se me ofreció una solución al respecto ya que la propia web de la aerolínea me bloqueaba la posibilidad de efectuar de nuevo el check-in.
Al llegar al aeropuerto, únicamente contábamos con la referencia de la aerolínea proporcionada por eDreams y con un correo electrónico asociado al vuelo que no coincidía con mi mail de referencia, sino que parecía ser una cuenta ficticia (correo fake) generada por la propia plataforma.
En el aeropuerto y tras hacer una cola kilométrica en el mostrador de la compañía, la agente de Ryanair me informó que no podía ofrecerme la ayuda solicitada, ya que la reserva no se había efectuado directamente a través de la página oficial de la aerolínea y que el responsable en este caso era eDreams.
Asimismo, me indicó que, supuestamente, las tarjetas de embarque se habían enviado a ese correo de referencia que se había generado para el vuelo (fake), del que yo no era conocedora ni tenía las claves de acceso.
Resulta especialmente sorprendente, ya que el resto de las comunicaciones de la aerolínea me llegaban correctamente a mi dirección de correo electrónico. Además, en la plataforma de eDreams continuaban apareciendo todas las actualizaciones del vuelo: como la puerta de embarque, posibles retrasos y demás notificaciones... Sin embargo, lo único que no se encontraba disponible eran precisamente las tarjetas de embarque, el documento esencial que necesitabamos para poder volar.
A pesar de reiterarle al agente de la aerolínea que no tenía acceso a dicho correo ficticio y de manifestarle mi creciente estado de ansiedad ante la falta de solución, pasaban los minutos y seguía sin tener mis tarjetas de embarque (agravado por el hecho de tener que gestionar todo este embrollo “in extremis” y en un idioma que no es el propio).
La persona del mostrador de la compañía me informó que la única forma de resolver la situación y poder embarcar era abonar una tasa de 55 libras por pasajero. Dado que éramos seis pasajeros, nos vimos obligados a pagar la friolera de 330 libras para poder volar.
Considero que he sido objeto de un perjuicio, ya que cumplí con todas las indicaciones establecidas y, aun así, me encontré en una situación de total desamparo y con el riesgo de perder mi vuelo. Además del desorbitado importe que me vi obligada a abonar.