El pasado mes de julio contraté la compra de los muebles y la instalación de una cocina en el centro Leroy Merlin de Alcorcón. Se trataba de la instalación de una cocina completa en un inmueble en Madrid destinado a ser alquilado, por lo que cualquier retraso en los plazos suponía una pérdida económica. Cuando hice la simulación de la cocina con el comercial, me dijeron que el plazo de instalación era de un mes. Cuando fui a cerrar la compra después de la medición y después de haber pagado, me dijeron que el plazo era de 1,5 meses.Pasado ese plazo, Leroy Merlín seguía sin ponerse en contacto conmigo asi que llamé para reclamar. Abrieron una incidencia y me dijeron que no sabían qué había pasado, pero que el material estaba ya listo y lo había recogido el instalador, y que daban aviso para que vinieran a instalar la cocina. Más tarde me confesaron que la persona que llevaba mi pedido estaba de baja, y que nadie había hecho el seguimiento del mismo. De ahí el retraso. Al cabo de unos días se presentaron los instaladores. Instalaron la mitad de la cocina, pero no la terminaron porque dijeron que no tenían el material que necesitaban. Me indicaron que el marmolista me llamaría ese mismo día para indicar la instalación de la encimera, y que una vez se instalase ésta vendrían a completar la cocina. Además, dejaron en el piso los materiales que les sobraban.El marmolista no llamó, por lo que volví a contactar con Leroy Merlín para saber qué había pasado. Resulta que nadie había dado la orden al marmolista para que viniera a medir, y es por ello que éste no había llamado. Después de la queja avisaron al marmolista que se presentó a la semana que viene, pero este incidente retrasó una vez más la instalación de la cocina. Vino el marmolista y midió, y pronto vino a instalar la encimera. Ya podían volver los montadores a terminar la cocina como habían prometido. Al no recibir noticias de Leroy Merlin, una vez más volvi a contactar con ellos para que me dieran fecha de terminación de la cocina. Resultó que, de nuevo, habían obviado dar el aviso de que ya se podía terminar y que era por ello que el instalador no había venido. Desde este incidente ocurrido la primera semana de septiembre, los instaladores se presentaron hasta 6 veces más para terminar la cocina, pero o venian sin el material adecuado, sin saber lo que tenían que hacer, o con tiempo limitado por lo que sólo podían hacer pequeños avances. Otras veces se presentaron con un material inadecuado (como un frente de 50 cm para cubrir un hueco de 60 cm, o materiales defectuosos) intentando hacerlo pasar por válido para terminar la cocina de forma chapucera. De hecho, el grifo instalado en primer lugar estaba defectuoso y mal instalado, por lo que también tuvieron que reponerlo. Esto no sólo causaba el perjucio de que la cocina no estuviese terminada, sino que me han obligado a ausentarme en múltiples ocasiones de mi puesto de trabajo para estar en casa para abrirles, con la consecuente pérdida de ingresos por las horas no trabajadas.Mientras tanto, el material no necesario seguía en el inmueble porque ninguno de los instaladores venía en un vehículo adecuado para poder retirarlo. Finalmente, tras varias reclamaciones, la cocina se terminó a fecha de 28 de diciembre de 2018. Es decir, 4 meses y medio más tarde de la fecha acordada durante la compra.El detalle de lo explicado se encuentra reflejado en las cadenas de emails adjuntas a esta reclamación.