El pasado día 12 de junio, miércoles, compré un abono gratuito para ir desde Salamanca hasta Madrid en el mismo día. Por problemas personales, tuve que hacer una parada en Ávila (en la ruta) donde notifiqué al personal de Renfe mi situación y si podía volver en el tren de regreso. Me dijeron que era un uso indebido, pero entendieron mi situación y dijeron que no pasaba nada y que lo notificara cuando subiera al tren (para que me leyeran mi billete legítimo) cuando este regresara en el horario que yo había adquirido.
Una vez subido al tren, vi que la funcionaria estaba pasando los billetes y le avisé de lo que me habían dicho en las oficinas de Renfe en Ávila. Lo que vino a continuación fue un surrealista y bochornoso espectáculo donde la señora empezó a gritarme y a decir que estaba estafando a España (¿?) y a darme un discurso sobre la patria (¿?). Ignoró lo que le contaba, después me dijo que me iba a hacer una multa de 12€ y continuó su discurso en el que terminó por ponerme una multa de Acceso no Autorizado (38€), amenazándome en el proceso con bajarme del tren por la noche en Peñaranda cuando yo vivo en Salamanca. Esto, como digo, fue una situación surrealista en clave de monólogo, de la que no supe cómo reaccionar y pagué la multa.
La verdad es que no entiendo el comportamiento tan exagerado de la funcionaria, cuando fui yo quien le avisó (porque ella pasó de largo de mi asiento), y no sé qué tipo de procesos se hacen para adquirir un empleo en Renfe; ni tampoco entiendo el discurso sobre la patria que me dio, para después multarme por acceso no autorizado cuando yo estaba en el asiento, el vagón y el tren correspondientes a mi billete. No niego que hiciera un uso indebido, que lo hice aunque fuera por motivos extraordinarios, pero tanto el discursito como las amenazas y la multa de la funcionaria fueron del todo fuera de sentido. Además, para más Inri, al dia siguiente (hoy) me llegó un mensaje de Renfe por incumplimiento del viaje (que sí hice, pero que la funcionaria ni se dignó a checkear).
Entonces pido la devolución de la multa, una disculpa y, aunque no fuera posible dado el carácter de blindado de los trabajadores públicos, una sanción hacia esa funcionaria que ni supo (o no quiso) mantener la compostura y la profesionalidad en su puesto de trabajo.