He adquirido una mampara de ducha a través de la plataforma de Leroy Merlin. A simple vista, la estructura parecía razonable, pero al proceder con la instalación (revisada por dos profesionales del montaje de mamparas), quedó claro que el producto no es apto para su uso. Es extremadamente frágil, se balancea al intentar cuadrar los cristales, no tiene soporte estructural adecuado y supone un riesgo para la seguridad dentro de una ducha, donde es esperable que haya golpes, humedad y movimiento.
Solicité la devolución al vendedor externo, quien se negó alegando que habían pasado más de 14 días desde la compra. Esta negativa ignora por completo la naturaleza del problema: no se trata de una devolución por cambio de opinión, sino por un defecto grave de diseño que hace que el producto no sea seguro para el uso al que se destina.
Contacté con el servicio de atención al cliente de Leroy Merlin vía chat el 9 de julio de 2025. Expuse la situación claramente y la respuesta fue eludir toda responsabilidad, remitiendo a las condiciones del vendedor externo. A pesar de que la compra se hizo a través de su web, con su marca visible en todo momento, Leroy Merlin se desentiende, afirmando que “cada vendedor tiene sus propias condiciones” y que actúan únicamente como mediadores.
Este argumento no es aceptable. Leroy Merlin no puede beneficiarse de su papel de plataforma de venta, generando confianza al consumidor a través de su marca, y al mismo tiempo evitar cualquier responsabilidad cuando un producto es inadecuado o peligroso. La venta se produce bajo el paraguas de su marca y deben responder por ello.
Solicito:
La retirada del producto con reembolso completo del importe pagado.
Una investigación por parte de Consumo sobre la calidad del producto y las condiciones de venta de terceros en la plataforma de Leroy Merlin.
Que se revise si se ha vulnerado el derecho a una compra segura y conforme a lo publicitado, dado que este producto no es apto para el fin previsto.
Atentamente,
Sebastián Rodríguez Pérez