Mi reclamación es acerca de la gestión que el concesionario oficial de Toyota en Rivas (Toyota Hispanesa) ha realizado de un problema recurrente que presenta mi vehículo desde el pasado mes de octubre.Mi vehículo es un Toyota Yaris 1.4 D-4D 5 puertas Live, matrícula 0339HCV y combustible diesel, con 8 años de antigüedad. El vehículo ha pasado las revisiones anuales en taller oficial Toyota (la última, de los 7 años, el 27/08/2019) sin haberse detectado nunca ningún problema. Uso este vehículo a diario para ir y volver a mi trabajo, un trayecto de unos 30 km en el que tengo algún tramo de circulación por ciudad y un par de tramos de carretera en los que, salvo atasco, circulo a más de 100 km/h durante 10-15 minutos. Además, es el vehículo que utilizo, también a diario, para pequeños desplazamientos urbanos. Éste es el uso para el que adquirí el vehículo y no deja de resultar curioso que sea el cliente quien deba dar explicaciones sobre el uso que hace de su vehículo (más adelante entenderán por qué lo hago).Paso a continuación a detallar el motivo de mi reclamación, para lo que debo remontarme a una visita al taller que realicé con fecha 22/10/18. El motivo de mi visita fue que se iluminó en mi vehículo el testigo de Fallo motor. Previamente llamé al concesionario para consultar acerca de la gravedad del asunto y me recomendaron que lo llevara ese mismo al taller, pues no debía seguir conduciendo con el testigo encendido. Hice lo que me aconsejaron y entregué mi vehículo el 22/05/2018. Al día siguiente recibí una llamada del asesor comercial para informarme del diagnóstico y presupuesto de la reparación y, al preguntarle por el plazo de entrega, me dijo que era algo relativamente rápido y que podría estar listo esa misma tarde. Tras dar el visto bueno al presupuesto, no volví a recibir ninguna otra llamada con información sobre el estado de la reparación o un posible retraso en la fecha de entrega, permaneciendo mi vehículo en el taller tres días, en lugar de uno, que fue lo que inicialmente estaba previsto. Durante esos días tuve que ser yo la que llamara en varias ocasiones al concesionario insistiendo para que agilizaran la reparación y solicitando, sin éxito, un compromiso de fecha de entrega. Por este motivo, el 25/10/18, a la retirada de mi vehículo, elevé una reclamación al concesionario (en fichero adjunto) que no tuvo respuesta ni por su parte ni por parte de Toyota. En el momento de la retirada me advirtieron de que volvería a encenderse el testigo y para evitarlo, o al menos aplazar ese momento, me recomendaron conducir con el coche un poco más revolucionado y/o sacar el coche una vez al mes a carretera y conducir durante una hora a velocidad constante de unos 100 km/h. También me informaron de que, por ley, me ofrecían una garantía de un año.Desde entonces he intentado seguir esos consejos en la medida de mis posibilidades, pero a los pocos meses se empezó a encender otro testigo (este vez el de Precalentamiento motor) de forma intermitente y con el coche en marcha. Tras consulta telefónica con el taller de Toyota Hispanesa me explicaron que eso se debía a que el coche estaba realizando regeneraciones y que no debía preocuparme si no percibía nada extraño en la conducción. El testigo siguió encendiéndose cada vez con mayor frecuencia, hasta llegar a hacerlo varias veces por semana. El comportamiento habitual era que permanecía encendido durante aproximadamente 20 minutos y a continuación se apagaba. Pese a lo que me habían dicho telefónicamente, mi intuición me decía que esos encendidos tan frecuentes no eran normales y pedí cita en el taller para que revisaran mi vehículo. La cita la solicité con tiempo para el 17/04/2019 a las 8:30, puesto que yo ya estaba de vacaciones de Semana Santa y no me generaba ningún inconveniente dejar el coche en el taller durante unos días. Sin embargo, la persona que me recibió a las puertas del taller ese día ni siquiera llegó a recepcionar el vehículo. Al explicarle el motivo de mi visita me dijo que si el testigo se encendía y se apagaba en conducción podía irme tranquila porque el coche estaba haciendo regeneraciones y no había ningún problema. Puesto que ustedes son los profesionales, yo confié en su respuesta y me fui a casa con mi vehículo.Mucho me temo que aquel día el concesionario de Toyota Hispanesa cometió una negligencia, pues tan solo un mes después volvió a encenderse el testigo de Fallo motor. Esta vez, solicité cita previa para evitar problemas en el plazo de entrega y llevé mi vehículo al taller el 20/05/2019. Al día siguiente, el asesor comercial se puso en contacto conmigo para informarme de que la avería no entraba en la garantía de la reparación anterior puesto que el problema había ido a mayores y se había mezclado el aceite con el combustible, con lo que había que sustituir aceite y filtro además de realizar dos regeneraciones (aproximadamente 220 €). Además, me advirtió que, de seguir con el mismo uso del vehículo, podría acabar dañando el catalizador y me recomendó encender el motor cinco minutos antes de salir cada vez que fuera a usar el coche. Yo le transmití mi percepción de que, por un lado, eran demasiados consejos que seguir para un coche que estaba nuevo, y, por otro, que si en la visita del 17/04/2019 se hubiese revisado el vehículo como es debido quizá se habría evitado esta avería y le pedí que me asegurara una conversación con su supervisor a la recogida del vehículo, que concertamos para ese mismo día a última hora. En esa conversación, el supervisor insistió en que el problema era el tipo de uso y no asumió ninguna responsabilidad sobre lo ocurrido. Ante la reclamación que redacté en su presencia (en fichero adjunto) lo único que hizo fue llevársela al jefe de taller y devolverme en menos de cinco minutos su respuesta: síntoma y causante debido a uso. Reparado con descuento en factura. Adjunto también la factura de esta reparación para que puedan observar el importe irrisorio del descuento, que es el que se hace habitualmente a clientes, y la observación de que de continuar con el mismo uso dañaría el DPNR.Tras todo lo ocurrido se me plantean varias preguntas:¿Debemos la personas estar al servicio de los vehículos o es al revés?¿Cómo me pueden decir que el problema es mío, por el uso que le doy a mi vehículo, en lugar de asumir responsabilidades y darme soluciones eficaces?¿Debo decirles a mis amigos taxistas, que hacen casi todo el tiempo trayectos cortos, que no se compren Toyotas?¿El decir que de seguir con el mismo uso voy a dañar el catalizador es una forma de lavarse las manos para cuando llegue esa avería?¿Es ésa una respuesta digna de una marca como Toyota, que hace gala de su fiabilidad y seriedad?¿Cómo ha llegado el gasoil a mezclarse con el aceite? ¿Cuál es la causa?¿Tiene mi vehículo un problema (quizá relacionado con la inyección o el sistema de gestión de la inyección) que no está identificado ni mucho menos resuelto? ¿Es éste un defecto de este modelo?¿Puedo seguir conduciendo mi vehículo tranquila? ¿Hasta cuándo?Sinceramente, un vehículo con 67000 km y combustible diesel está nuevo y es intolerable que Toyota me advierta/amenace de que de no modificar el uso del mismo habrá que cambiar el catalizador (2000 €). En mi opinión, mi vehículo tiene un problema que desconozco, pero que no estoy generando yo (el tipo de conducción, en todo caso, lo podría agravar), y para el que el concesionario oficial no ha sabido darme solución. Además, este problema es muy probable que esté relacionado con la primera avería (del 22/10/2018), que todavía está en garantía.