Estimados/as señores/as:
Me pongo en contacto con ustedes porque del 24 al 31 de Octubre, estuve en un viaje organizado por ustedes en Egipto, localizador nº 103825. La experiencia ha sido nefasta, plagada de negligencias, engaños, e insultos a la inteligencia.
1. Inseguridad en el viaje:
El trayecto en autobús hacia Abu Simbel fue el más terrorífico de mi vida. El conductor circulaba por la noche sin luces, a velocidades superiores a 140 km/h, invadiendo el carril contrario y obligando a otros vehículos a maniobras bruscas y derrapes. La vuelta resultó incluso más peligrosa, pues al ser de día el conductor se mostró más confiado, aumentando la temeridad.
En otra ocasión, durante la excursión a Memphis y Saqqara, el guía olvidó a dos personas en pleno desierto, a 30 km del lugar donde el grupo paró a comer, bajo el sol del mediodía y sin sombra. Esto es una falta gravísima de atención y seguridad.
En el barco, que debía ser un espacio seguro y de descanso, los camareros acosaban constantemente a los turistas para cambiar dinero. Esto es una estaf* muy común en Egipto: intentar colar monedas egipcias de 1 libra como si fueran monedas de 2 euros, aprovechando su parecido. Lo que no es de recibo es tener que estar alerta hasta en el barco donde nos alojábamos.
Además, durante las excursiones en barca por el Nilo y en el propio autobús, se permitió la entrada de vendedores ambulantes dentro del transporte, algo totalmente impropio de un viaje organizado.
El guía ejercía presión psicológica para que los turistas compraran en los puestos de su interés, llegando incluso a reprender a un compañero por adquirir un gorro en un lugar distinto al que él había indicado.
De hecho era muy común el uso del micrófono del autobús por parte del guía para lanzar indirectas y reproches a los viajeros que se habían quejado, creando un ambiente hostil y poco seguro, aumentando la tensión durante los desplazamientos.
2. Incumplimiento de itinerario (excursiones no pactadas)
El guía, Mohammed Reda, insistía en desviar al grupo hacia tiendas y talleres no incluidos en el itinerario oficial. Se realizaron tres visitas no pactadas: Una tienda de estatuillas de 2alabastro”, una tienda de papiros mal impresos, y una perfumería que finalmente no se visitó por la resistencia del grupo.
Tras la corta visita al Valle de los Reyes, el guía llevó al grupo a un supuesto “gran taller artesano de alabastro de un amigo”, que resultó ser una nave llena de figuritas baratas, sin rastro de auténtico alabastro. Era tan artesano que las figuritas eran las mismas que en todos los puestos que vimos en todas las ciudades.
En Karnak, uno de los puntos fuertes del viaje, el tiempo se redujo a una hora porque el guía quería llevarlos al “Taller de Esencias y Perfumes”. Ante la protesta, algunos decidimos quedarnos por nuestra cuenta para aprovechar la visita. Tras esto, decidió cancelar el taller de perfumes y llevar al resto del viaje al barco a descansar, demostrando que se podía haber alargado la visita y que no quiso por no haberse salido con la suya.
En El Cairo, después de ver las pirámides y la Esfinge, el guía volvió a insistir en llevarlos a un “museo” que resultó ser otra tienda de papiros de baja calidad, con diseños generados por IA que resultaban grotescos. Allí intentamos exponer nuestro malestar y negó nuestras quejas, gritándonos y acusándonos de llamarle estafad*r y dando lugar a una situación muy tensa e incómoda para nosotros porque aún no habíamos acabado nuestro viaje con este guía.
En la última jornada, entre el barrio Copto y el Zoco, intentó nuevamente colar la visita a un taller de perfumes. Aunque ofreció la opción de ir directamente al Zoco, el desvío se realizó igualmente para todos, porque había que hacer su voluntad.
3. Insuficiencia en los tiempos de ver los monumentos
Debido a todos los desvíos para llevarnos a tiendas de souvenires mal camufladas, el tiempo para las excursiones por las que habíamos contratado este viaje fue claramente insuficiente.
La visita al Valle de los Reyes, uno de los principales atractivos arqueológicos del mundo, duró apenas 45 minutos. Este tiempo fue insuficiente incluso para recorrer las tumbas incluidas en la entrada, mucho menos para explorar el recinto completo.
Tras esa breve visita, se dedicaron 50 minutos al taller de alabastro no pactado, lo que generó indignación entre los viajeros. El guía, al ser confrontado, mintió asegurando que habían estado dos horas en el Valle de los Reyes, probablemente incluyendo los desplazamientos en autobús.
En el complejo de Karnak, Patrimonio de la Humanidad, el grupo dispuso únicamente de una hora. Los viajeros que decidieron quedarse por su cuenta pudieron disfrutar cerca de tres horas, demostrando que el tiempo asignado por el guía era totalmente insuficiente para apreciar el monumento.
Por último, fuimos al museo nacional casi a la hora del cierre, por lo que contamos con menos de 1h para ver el enorme complejo, tiempo que en realidad fue menor porque empezaron a cerrar y no todas las salas eran accesibles.
Ante este continuo incumplimiento del servicio pactado:
SOLICITO el reembolso total del viaje.
Sin otro particular, atentamente.