A la atención de:
Organización de Consumidores y Usuarios (OCU)
Asunto: Reclamación contra la clínica veterinaria Canitas por incumplimiento de contrato, mala praxis, publicidad engañosa, falta de información y daños físicos y psicológicos
Estimados/as señores/as,
Mediante la presente, interpongo formalmente una reclamación contra la clínica veterinaria Canitas, con sede en Jerez de la Frontera, por el incumplimiento de contrato, mala praxis, publicidad engañosa, falta de información en mostrador, así como por los daños físicos permanentes ocasionados a mi perro, Jayko, y los perjuicios psicológicos que me han causado.
Hechos:
Incumplimiento de contrato:
En octubre de 2023, firmé un contrato de asociación con la clínica veterinaria Canitas, en el cual se incluían servicios de urgencias, atención telefónica, peluquería con descuento, vacunas gratuitas, así como descuentos en medicamentos y tratamientos.
No se informó de manera clara que el servicio de urgencias solo se prestaría en la clínica de guardia del día, sin importar la distancia. En mi caso, de haber necesitado una urgencia, podría haber tenido que desplazarme hasta otra provincia, lo cual no está especificado en el contrato accesible.
La atención telefónica, incluida en el contrato, me fue negada en reiteradas ocasiones por la veterinaria Sofía López (n.º de colegiada 11346), quien expresó que "no está para atender urgencias por teléfono", incluso cuando no estaba de vacaciones.
Se me hizo creer en el mostrador, al momento de firmar el contrato, que todas las clínicas contaban con servicio de dermatología, cuando en realidad solo había un especialista en Sevilla.
Publicidad engañosa:
La empresa se anuncia como la "Seguridad Social de las mascotas" pero, en la práctica, he tenido que pagar por múltiples servicios y medicamentos a precios superiores a los de otras clínicas y farmacias por ejemplo apoquel a 32€, mientras que en mi veterinario de siempre e internet estaba a 30€ con receta.
En el contrato se mencionaban descuentos en medicamentos, pero en varias ocasiones comprobé que los mismos fármacos tenían precios más bajos en otras clínicas y en internet.
Se anunciaba la peluquería como un beneficio para socios, pero luego se me informó que no era gratuita, sino que simplemente aplicaban un pequeño descuento.
Mala praxis y daños físicos a mi mascota:
Mi perro, Jayko, presentaba bultos en la piel que inicialmente pensé que eran picaduras. La veterinaria Sofía López diagnostic alergia y, en lugar de tratarlo correctamente, comenzó a explotarle los bultos sin limpiarlos ni curarlos.
Se le recetó el corticoide Prednicortone como tratamiento prolongado sin realizar pruebas previas ni ofrecer alternativas como antihistamínicos.
Como consecuencia de un año de tratamiento inadecuado, Jayko ha desarrollado problemas renales, lo que ha reducido su esperanza y calidad de vida.
Las heridas nunca fueron curadas ni limpiadas correctamente en la clínica, a pesar de mis insistencias.
Una infección en su oído fue ignorada por la veterinaria Sofía López, y posteriormente otro veterinario tuvo que intervenir, encontrando un bulto interno que ella había pasado por alto.
Durante un baño con ozono en la clínica, dejaron a mi perro completamente empapado, incluido su bozal, lo que evidenció la falta de cuidado en la manipulación de los animales.
En otra ocasión, observé cómo una empleada en prácticas ahorcaba a mi perro durante el baño, mientras la peluquera expresaba temor por su raza, lo cual generó una experiencia traumática tanto para Jayko como para mí, haciendo asi que tuviese que intervenir bañando yo misma a mi perro.
Además me desplace con todo el esfuerzo a Sevilla ya que no tengo coche y mi perro es una raza PPP y no puede montar en trasporte publico, y la dermatóloga no acceda a venir a jerez a tratar a Jayko sino que me quería obligar a desplazarme a Sevilla, aunque repetí en esa consulta reiteradamente que eso no podía ser. 
Ninguno de estos profesionales contemplaron la posibilidad de administrar antihistamínicos a mi mascota.
Perjuicio psicológico y económico:
Debido a la negligencia y el maltrato sufrido a Jayko, he experimentado un impacto emocional severo, manifestado en crisis de ansiedad y depresión. Cada nueva herida o recaída de mi perro me genera un profundo malestar.
He tenido que buscar asistencia psicológica para sobrellevar esta situación, incurriendo en un gasto adicional de 60€ por sesión.
He debido acudir a otro veterinario para recibir un tratamiento adecuado, lo que supone un gasto de:
35€ por consulta semanal.
10€ por inyecciones.
25€ cada tres semanas por medicamentos.
La imposibilidad de vacunar a mi perro en el tiempo estipulado ha causado que no pueda viajar con él, generando más inconvenientes y restricciones, ya que las fechas de vacunación no coinciden en su pasaporte haciendo asi imposible su entrada en cualquier otro país.
Negación de derechos del consumidor:
En reiteradas ocasiones intenté presentar una reclamación física en la clínica, pero el personal me lo impidió bajo la amenaza de llamar a la policía.
Cuando solicité el número de colegiada de la veterinaria Sofía López, solo se me facilitó tras insistir y tras haber sido ignorada repetidamente, lo solicité en septiembre de 2024 y se me dio respuesta el 05 de febrero de 2025.
El señor Felipe, representante de la empresa, me ha tratado con condescendencia y sin ofrecer soluciones reales, limitándose a sugerir que acuda a otra clínica para las vacunas, en lugar de responsabilizarse por los perjuicios causados.
Solicito:
La devolución de las mensualidades abonadas por un servicio que no se ha prestado conforme a lo estipulado en el contrato.
Una compensación económica por los daños físicos causados a mi mascota y los gastos veterinarios adicionales en los que he incurrido.
Una compensación económica por los daños psicológicos sufridos como consecuencia del estrés generado por la mala praxis de la clínica.
Que la OCU investigue las prácticas comerciales de la clínica Canitas y, en caso de detectar infracciones, emprenda las acciones legales correspondientes.
Si es necesario puedo adjuntar:
Copia del contrato de asociación.
Facturas y recibos de pagos efectuados.
Informes veterinarios que evidencian el daño causado a mi mascota.
Capturas de la publicidad engañosa de la empresa.
Cualquier otra prueba que considere relevante.
Agradezco su atención y quedo a la espera de una pronta respuesta. De no recibir solución, procederé con las acciones legales correspondientes.
Atentamente,
María.