El pasado viernes 3 de julio de 2020, tras ir a arreglar un neumático que me perdía aire, el mecánico me indica que tiene un pinchazo arreglado anteriormente y pierde aire por ahí. Mi sorpresa es mayúscula puesto que puse los cuatro neumáticos nuevos cuando compré el vehículo en Flexicar Móstoles en enero de 2019. Además, el mecánico me indica que los neumáticos tienen diez años de antiguedad cuando me los pusieron pero que me los han instalado con la cara exterior hacia adentro para no ver la fecha de fabricación. El mecánico me dice que se pueden poner como mucho con 3 años de caducidad pero no 10 años pues la pérdida de calidad es mucha y de hecho se aprecia que las gomas se han empezado a cuartear. Además, hay otro riesgo de seguridad añadido por instalar los neumáticos al revés pues el dibujo del neumático debe instalarse como indica el fabricante para evacuar el agua hacia afuera. Así que me ha tocado pagar el arreglo del pinchazo anterior y la reinstalación de los neumáticos con la cara exterior hacia afuera.Por lo visto es una práctica común pues el consumidor desconoce esta artimaña y no comprueba la fecha de fabricación de las ruedas. Ahí es donde los piratas de la automoción se aprovechan. El consumidor mira la caducidad de los productos alimenticios pero no está instruido para comprobar otros productos como los neumáticos que compra. A día de hoy, FLEXICAR Móstoles no contesta mis correos y ya he puesto una reclamación en consumo de la Comunidad de Madrid. Estoy convencido de que esto es un fraude sistemático que hacen muchos talleres y habría que hacer una campaña nacional para instruir a los consumidores.