El pasado día 5 de junio de 2024 se emitió desde Japón con destino a mi persona un paquete de una compra online.
Tras acudir a la oficina a intentar recoger el paquete, del cual por añadir más negligencia no se hizo intento de entrega alguno, ni se realizó notificación alguna de puesta a disposición, se me exigió un pago en metálico con la justificación de un pago pendiente para Aduanas (Agencia Tributaria).
Tras consultar con la Agencia Tributaria esta ni había emitido ningún requerimiento ni tenía constancia de ningún pago pendiente.
Al solicitar una proforma o presupuesto para comprender que se supone que tengo que abonar se me niega cualquier tipo de documento.
Se inició un proceso de importación en mi nombre, con mis datos personales sin mi autorización (Usurpación de identidad) sin informarme del mismo ni de la opción del autodespacho sobre un paquete que, para colmo, no llega al valor minimo para tener carga de IVA o Aranceles ni aún sumándole el coste del envío.
Para rematar no se me informó de ningún plazo para trámites, pagos o recoger el paquete y, tras presentar una reclamación en su sistema interno procedieron como represalia a devolver el paquete a remitente.
Esto me ha ocasionado grandes daños, no solo por la pérdida del valor del envío si no porque este se trataba de una tornillería imposible de encontrar en Europa.
Esta tornillería era y es necesaria para reparar mi vehículo personal del cual dependo en mi día a día para poder acudir a mi puesto de trabajo y que se encuentra averiado e inmovilizado desde hace ya casi 1 mes. Provocando así que tenga que depender de un coche de alquiler.
A esto tenemos que sumarle los daños personales morales por los costes económicos, el sentirme vulnerable al ver que una entidad inicia procedimientos en mi nombre sin autorización ni comunicación alguna y el estrés derivado de todo esto.