Mármoles Gades, por mediación de Leroy Merlín Los Barrios, me instaló una encimera el 29 de junio 2022 en una vivienda en obras. Al hacer la limpieza general de la obra, descubrí una pequeña raja y un desconchón en un canto de la encimera porcelánica, algo bastante raro ya que la cocina aún no se ha usado. No sé si la encimera ha podido sufrir algún tipo de desperfecto durante la colocación (en las fotos de la instalación se aprecia una falta de material en las juntas y también una zona sombreada que no se corresponde con ninguna tintura del dibujo de la encimera pero sí con el desconchón) o bien la encimera no cumple con los estándares de calidad correspondientes a una encimera porcelánica, puesto que ya se ha rojo sin haberla usado. Al notar dichos desperfectos, hice una reclamación a través de la web de Leroy Merlín a las 13:35h el día 1 de diciembre 2022. Adjunté fotos. Anteriormente, había llamado a Mármoles Gades y ellos me habían informado de que tenía que reclamar a través de Leroy Merlín. Me dieron como número de incidencia el 22124350750. No recibí respuesta, por lo que repetí la reclamación nuevamente el día 7 de diciembre a las 18: 26h. El día 12 de diciembre recibo un correo electrónico de un tal José Antonio Galindo, pidiendo que enviara las fotos de la encimera otra vez y tras 11 días de haber yo puesto la primera reclamación. Le respondí ese mismo día y le envié las fotos. El día 14 de diciembre, recibo un correo electrónico de María Teresa Lorenzo, de Leroy Merlín, pasándome el dictamen del marmolista: Según él, se trata “claramente de un golpe en el canto”, y proceden a enviarme un presupuesto de reparación de 121€. Repito: la encimera aún no está usada, se supone que está en garantía, nadie ha entrado en esa cocina más que el instalador de la propia cocina, de la encimera y el del gas. Le comenté, el mismo día 14, a María Teresa, que justo en las fotos que adjuntaba el marmolista para argumentar que era yo la que había roto la encimera, se apreciaban una serie de desperfectos compatibles con los defectos de los que estaba dando parte. Ese mismo día, María Teresa me manda de copia un correo dirigido al marmolista donde que reza, literalmente: “Buenas tardes, Raquel Danae nos comenta que en las fotos que nos habéis enviado se aprecia el golpe. Por favor, aclarar este tema con ella. La pongo en copia. Saludos, Mayte Lorenzo. No recibo más noticias ni por parte de Leroy Merlín ni de Mármoles Gades, los instaladores. El 30 de diciembre, recibo una llamada procedente de “cocinas Leroy Merlín”, de una tal Anabel volviéndome a preguntar por el caso y pidiéndome, una vez más fotos de la encimera. Le dije que ya las había enviado 3 veces, y que no tenía problema en volverlas a enviar, pero si cada vez que me contactaran tenía que empezar de cero, esto se iba a hacer eterno. Finalmente, me dijo que como ya se las había enviado a su jefa, una tal María Teresa, no hacía falta. Me preguntó “si había ido alguien de Mármoles Gades a ver la encimera”, y le respondí que NO. Al mirar más detenidamente la encimera, aprecio una falta de masilla en la parte inferior, y un pequeño desnivel de menos de 1mm entre las dos piezas de la encimera, que puede provocar un cizallamiento que esté haciendo que la masilla esté saltando y la encimera agrietándose. La encimera se está descascarillando a partir de la falta de masilla y la solución de continuidad entre las dos piezas, por lo que la encimera se está deteriorando cada vez más y aún ni siquiera la he estrenado. La falta de masilla en las juntas de unión no puede ser justificadas con la excusa de un golpe, como tampoco el desnivel que hay entre las dos piezas que la componen.