Estimados/as señores/as:
Me pongo en contacto con ustedes con motivo de los múltiples errores que han acompañado a mi solicitud de duplicado de tarjeta desde que me robaron el día 5 de diciembre. Tras el robo, procedí a poner una denuncia en la policía, bloquear el dispositivo y llamar a Adamo para solicitar un duplicado de la tarjeta.
La primera sorpresa llegó cuando no existe ningún servicio de urgencia para este tipo de sucesos en los que los clientes debemos estar especialmente atendidos y protegidos.
Como ciudadana y habitante de la ciudad de Madrid, se me informó de que no tengo acceso a ninguna tienda en la que se me haga un duplicado urgente. Esta idea la planteé yo, no tuve ningún tipo de oferta de solución por parte de la compañía Adamo.
Lo siguiente que supe de Adamo tuve que rogarlo yo, llamando de nuevo al teléfono, sin ningún tipo de email ni mensaje de actualización del estado de mi petición. Esto no me había ocurrido nunca. Dejar a un cliente desamparado y desinformado, para que, cuando vuelve a contactar con vosotros como puede, sin ninguna facilidad por parte de la operadora, me informan de que se ha enviado la tarjeta a otro domicilio.
Vuelvo a llamar y se vuelve a solicitar el duplicado de la tarjeta, con toda mi paciencia ante el gravísimo error de Adamo. Me informan de que se me van a cobrar otros 10 euros por enviarme el duplicado y, de nuevo, no vuelvo a saber más.
El 17 de diciembre llamé de nuevo a Adamo para ser informada de que la solicitud de duplicado se quedó sin confirmar. Más de una semana sin tarjeta SIM y sin posibilidad de tener servicio de ninguna manera. La operadora no tiene ninguna solución para un cliente a la que han robado en la calle, la verdad es que parece de otra época.
Errores, desatención, desinformación, en una situación especialmente vulnerable. No tengo por qué compartir mi situación personal, pero me gustaría hacer que la compañía sea consciente de los daños que puede causar su falta de seriedad:
Volví el lunes a trabajar después de mi baja de maternidad, no pude comunicarme con mi marido ni saber urgencias de mi hija. Mi marido tuvo que cambiar todos sus compromisos profesionales para velar por la bebé. No pude atender llamadas de trabajo ni recibir sms para hacer pagos con la tarjeta bancaria. No puedo acceder a ninguna aplicación de teléfono. En mi empresa tuvieron que hacerme un nuevo acceso al correo porque la verificación por SMS era inviable.
Compré una tarjeta prepago por 25 euros en otra operadora, y semanas después Adamo me ofreció una compensación de 11 euros que no se ha visto ejecutada en las facturas.
SOLICITO que no se me cobren las facturas de febrero y marzo con el fin de reparar los daños, la pérdida económica por tener que comprar una tarjeta reembolso; y por el incumplimiento de una supuesta compensación ridícula.
Sin otro particular, atentamente.