Estimados señores y estimadas señoras de OCU,
Me dirijo a ustedes para informar sobre una práctica que considero engañosa, injusta, no transparente y que podría dejar desprotegidos a otros consumidores. El pasado 25 de noviembre de 2024, recibí un cargo de 69,90 euros en mi tarjeta de crédito correspondiente a la renovación automática de una suscripción anual a El Mundo (periódico español).
En primer lugar, no recibí ninguna notificación previa sobre esta renovación, lo cual considero una falta de transparencia y buena fe en las prácticas comerciales. Los consumidores deben ser informados de manera clara, comprensible y previa sobre cualquier renovación automática de un servicio, incluyendo la fecha de renovación y el importe correspondiente. Y, además, el precio es más alto que el del año pasado, e incluso más caro que cancelar y volver a suscribirse. Un consumidor se suscribe a un servicio con un precio promocional inicial. Sin embargo, al finalizar el período promocional, la renovación del contrato se hace automáticamente a un precio más alto, sin notificar previamente al consumidor sobre este cambio de forma claros, comprensibles, veraces y suficientes, vulnerando las disposiciones del derecho a la información. La falta de aviso adecuado y la modificación unilateral de las condiciones (en este caso, el aumento del precio) son prácticas que considero injustas y que vulneran los principios de competencia leal y protección al consumidor
En segundo lugar, En el sitio web, los términos y condiciones en pequeños caracteres no requieren ser leídos ni marcados como lo que hacen en otros sitios web, ni se muestran de manera clara al consumidor; basta con realizar el pago para que se considere como aceptación, lo cual es inaceptable. Esta operación irracional ha provocado que los consumidores no puedan revisar los términos de manera oportuna y efectiva. Se presentaban productos con una oferta, Estas ofertas manipulan a los consumidores a los que se pide que introduzcan los datos de su tarjeta de crédito, pero la información que aparece se refiere únicamente al precio del primer año no a los importes que se cobrarán periódicamente a partir de entonces.
En tercer lugar, al intentar cancelar mi suscripción antes de su renovación, recibí el siguiente mensaje: "Ha ocurrido un problema, inténtalo de nuevo más tarde." Intenté varias veces, pero todo fue un fracaso. Después de no haber podido cancelar la suscripción, intenté eliminar la tarjeta bancaria para evitar la renovación de la suscripción, pero no lo logré. Eso me parece irrazonable. Estas restricciones adicionales hacen imposible gestionar la cancelación de manera inmediata y conveniente, agravando la situación de desinformación. Estas razones fueron las que me llevaron a no poder cancelar la suscripción finalmente. El proveedor del servicio ha complicado el proceso a través de una interfaz poco clara. Esto contraviene los derechos del consumidor asegurados por la LGDCU.
A continuación, después de leer las condiciones de venta, se indica que “el suministro de contenido digital que no se preste en un soporte material cuando la ejecución haya comenzado con el previo consentimiento expreso del consumidor y usuario con el conocimiento por su parte de que en consecuencia pierde su derecho de desistimiento. Me siento desamparado ante esta situación, ya que no he sido consciente en ningún momento de este cargo ni de sus condiciones.
Hay que añadir, he cuestionado la legalidad de este término. Lo peor de todo es que, para justificar este atropello a los derechos del consumidor, se remiten (mal) a la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios. Estamos, claramente, ante una interpretación ‘torticera’ de la norma, porque no se trata de un contrato de suministro de un contenido digital (que no se presta en un soporte material), como pueda ser una película, cuya descarga haya comenzado, sino de un contrato de prestación de servicios (las palabras servicio y servicios aparecen 92 veces, mientras que las palabras contenido y contenidos solo 7 veces en términos y condiciones. Su título es Términos y condiciones del servicio premium). Entonces, los consumidores tienen derecho de desistimiento. El ‘derecho de desistimiento’ no se pierde porque el producto sea ‘digital’.
Además, he intentado enviar esta reclamación a su director o jefe, pero no encontré el correo. Cuando llamé al servicio de atención al cliente, me informaron que no tengo derecho a reembolso, lo cual considero inaceptable.
Por último, he consultado los casos similares de otro periódico o de servicios como Amazon prime, los consumidores lograron el reembolso. No sé por qué El Mundo me rechazaron mi derecho legítimo y legal. Como lector fiel, confío en la calidad, credibilidad y profesionalismo de este periódico, pero esta vez me siento muy decepcionado, desamparado y triste. Me han dejado atrás. Ellos claramente se han puesto en contra de los consumidores.
A modo de conclusión, existen tantos aspectos poco claros, no transparentes, irracionales e incomprensibles. En ningún caso, la existencia de una práctica comercial desleal puede ser utilizada en contra de los intereses de los consumidores y usuarios
Con esta comunicación, quiero advertir a otros consumidores sobre esta práctica, que puede resultar engañosa y dejar desprotegidos a los consumidores después de un año de servicio. Para evitar más víctimas, solicito su intervención para evaluar esta práctica y tomar las medidas necesarias para proteger los derechos de los consumidores.
Quedo a su disposición para cualquier aclaración adicional y espero que se tomen las medidas oportunas para evitar que otros consumidores se encuentren en una situación similar.