Hace tres meses recibí una llamada inesperada de un representante de Naturgy, quien ya contaba con muchos de mis datos personales, incluyendo las últimas cifras de mi número de cuenta bancaria. Durante la llamada, se me ofreció realizar el traspaso de mi contrato con Iberdrola a Naturgy bajo la premisa de que era la mejor opción para mí, sin proporcionarme la información necesaria para que pudiera tomar una decisión informada. El representante me presionó insistentemente a aceptar un SMS donde figuraba el contrato, el cual incluía varias páginas y una letra tan pequeña que era ilegible en ese momento, lo que imposibilitaba su correcta lectura y comprensión.
La persona que me contactó ejerció tal nivel de presión y acoso que, en ese momento, terminé aceptando, aunque con la sensación de que se trataba de algo fraudulento. Preocupada por la legitimidad de la situación, decidí bloquear mis cuentas bancarias. Posteriormente, al recibir la primera factura, confirmé que realmente se trataba de Naturgy, lo que evidenció que habían utilizado esta estrategia para darme de alta como cliente sin mi consentimiento claro.
Luego de solicitar a Iberdrola que gestionara mi regreso como cliente, Naturgy ahora me reclama un pago de 300€ por baja e incumplimiento de contrato. Además, he comenzado a recibir llamadas de una empresa subcontratada por Naturgy para exigir el cobro de esa cantidad con amenazas y una actitud extremadamente agresiva.
Considero que estas prácticas, además de ser ilegales, son altamente antiéticas y buscan forzar a los consumidores a aceptar condiciones sin una información adecuada ni transparencia. Solicito que se investigue y se tomen las medidas legales correspondientes contra Naturgy para poner fin a estas tácticas abusivas.