El 1 de agosto de 2019 compramos un Mercedes Clase A220 compacto nuevo en el concesionario oficial AutoOja de Logroño. Ha pasado todas las revisiones pertinentes y en talleres oficiales Mercedes Benz.
En abril de 2023, con unos 65.000 kilómetros, tuvo un fallo en la válvula de admisión del tercer cilindro. Hubo que cambiar la culata con un importe total de la reparación de 2.674,54€ (se adjunta). En aquella ocasión, se puso una reclamación a Mercedes por lo que entendíamos era un defecto de fabricación en el coche. Como respuesta a esa reclamación, se nos informó de que Mercedes Benz España había solicitado un informe al taller de la reparación (concesionario oficial Madurga de Soria) y en él se explicaba que el 100% de la avería correspondía al particular. Se rechazó la reclamación.
En el concesionario Madurga niegan haber enviado ese informe, y en el taller en ningún momento nos dijeron que esa avería pudiera ser por participación del particular.
Cuando se hizo esta reparación, se le comentó al jefe de taller que el vehículo se calienta mucho y tardaba muchas horas en enfriarse tras recorridos cortos de 40km. Esta observación ya se les había hecho al pasar alguna revisión, tanto en Madurga como en AutoOja. Era algo que notamos desde el principio. Su respuesta era siempre que eso era normal en ese motor y que no tenía ninguna incidencia. Tras esta primera reparación de 2023, también advertimos al Jefe de Taller de Madurga que el coche no tenía la misma potencia que antes del cambio de culata pero tampoco le dio importancia.
En mayo de 2025 el coche pasó su revisión correspondiente en el Taller oficial de Madurga Soria. Solo unas semanas después, en junio de 2025, durante un trayecto de 150 kilómetros cuando se llevaban 100 kilómetros saltó un aviso de fallo en el sistema de refrigeración. El aviso desapareció a los pocos segundos y no volvió a aparecer. Al día siguiente, acudimos al Taller Madurga para explicarles esta situación. Conectaron la tablet de diagnóstico al coche, vieron el aviso que había salido y tras comprobar el nivel del líquido refrigeración, nos dijeron que no había nada anormal. Que se podía seguir circulando con el coche con normalidad.
El 8 de agosto de 2025, durante un trayecto de 120km vuelve a salir el aviso de fallo en el sistema de refrigeración e instando a detener el motor. El aviso queda fijo y paramos el vehículo a menos 10km (cuando se encontró lugar apropiado), dando alerta a MercedesMe y solicitando asistencia en carretera para que se lo llevara la grúa.
El vehículo, que ahora lleva unos 101.000km., está desde el día 11 de agosto en el Taller oficial AutoOja de Logroño. El día 25 de agosto comenzaron el diagnóstico y nos dijeron que había que sustituir el termostato del líquido de refrigeración. Se nos adjuntan dos videos verificando la avería y un presupuesto de 1.200,68€, que aceptamos.
El día 2 de septiembre, al llamar para preguntar por nuestro vehículo, nos dicen que han encontrado restos metálicos en el colador del termostato que no son habituales y han de investigar de dónde provienen y nos adjuntan un video con los restos metálicos.
El día 3 de septiembre nos dicen desde AutoOja Logroño que hay un problema en el circuito de refrigerante y que tenemos algún defecto en la culata. Nos dicen que hay que sustituir la junta de la culata y rectificar la culata (Presupuesto adjunto) y en caso de además de tener daños más severos en la culata tendríamos que sustituirla.
Sería el segundo cambio de culata en seis años y 100.000 km , sin que nadie nos de una explicación de por qué se rompen o de dónde han salido las virutas metálicas encontradas. Y sin darnos ninguna garantía de que esto no vuelva a suceder.
Todo nos hace indicar que el vehículo tiene desde el principio un problema o defecto en el motor, del que en ningún momento se han querido hacer responsables ningún concesionario-taller oficial o la casa Mercedes Benz.
Por todo ello, reclamamos a Mercedes Benz
1º que se haga cargo de sufragar todas las reparaciones (la que hay que hacer ahora, la de 2023 y la del termostato)
2º que nos de alguna garantía real de que este problema no va a volver a suceder o, de no poder asegurarlo, nos sustituya el vehículo por otro que sí que esté en buenas condiciones.
3º que nos indemnice, en su caso, por todas las molestias ocasionadas.