Hola,El día 6 de Septiembre hice un pedido [1201293821] de un colchon Emma Original de 160x200 cm.Finalmente, tras problemas con el envío, ya que el repartidor no había recibido la dirección completa (tal y como la puse en la web de Emma) recibí el pedido el día 12 de Septiembre.Si bien la caja indicaba las medidas correctas (de nuevo, 160x200 cm) - al abrir el colchón y comprobar la etiqueta, pude observar que he recibido un colchón de 150x190cm que, por supuesto, no corresponde con lo esperado y no satisface mis necesidades.Al darme cuenta de esto, de manera inmediata, me puse en contacto con el servicio al cliente de Emma, primero a través del télefono y después, al recibir las indicaciónes a seguir, vía email.Me contestaron el mismo día 12 de Septiembre diciendo que en los próximos 5 días laborales alguien se pondría en contacto conmigo para recoger el colchón.Hoy, a día 4 de Octubre de 2023, aún no he recibido ninguna llamada para recoger el colchón. El Servicio al cliente de Emma, al que he llamado y escrito varias veces, o bien no contesta o bien se lava las manos insistiendo que están haciendo seguimiento del caso pero que no pueden hacer nada. En varias ocasiones me han prometido que ese servicio de recogida me llamaría en los próximos 5 días, pero todos los plazos que me han dado han pasado hace tiempo.En este punto, tengo un colchón en mi casa, desde hace 22 días que ocupa un espacio - como se pueden imaginar - bastante grande. Lamentablemente, mi piso es muy pequeño y esto me genera un incordio absoluto ya que me hace más incomoda y díficil la vida en casa.El pasotismo y la nula ayuda recibida por Emma me ha llevado a escribir esta reclamación formal con más pesimismo que optimismo. La situación nos tiene absolutamente desquiciados en casa y hemos perdido la esperanza en su servicio al completo.Exigimos no sólo que se lleven de una vez el colchón que mandaron por error, si no que además de traernos el colchón correspondiente, por el que hemos desembolsado una importante suma, se nos compense economicamente por el incordio, cansacio y desesperación a la que la empresa nos ha llevado.