El 16 de diciembre de 2024, Seat me exigió a través del correo electrónico (previamente también me lo habían pedido por teléfono) que les facilitara un certificado de lucro cesante debido a un largo periodo de inmovilización de un taxi de mi propiedad por un defecto de fábrica.
Una vez facilitado dicho certificado, “imprescindible para darle respuesta” según el propio correo, Seat argumenta que “la garantía contractual no contempla la posibilidad de indemnización por lucro cesante”. Seat me hizo perder tiempo y dinero en solicitar un certificado cuya garantía contractual no contempla. Entonces ¿para qué me exigen presentar ese certificado? ¿Para crear falsas expectativas? ¿Para reírse de sus clientes?
Por tanto, al margen de que el lucro cesante nada tiene que ver con la garantía de un producto, solicito en esta reclamación específica el abono de 36,30 euros, que fue el importe pagado por dicho certificado según consta en factura. Es decir, el pago de un documento que Seat me obligó a abonar cuando, según su propio criterio, no contempla esa posibilidad.