Por una cosa u otra, consumidor vulnerable
Cuando hablamos de consumidores vulnerables, hablamos de personas que tienen una carencia, ya sea de salud, dinero, familia, educación o competencias digitales. Esos consumidores necesitan una protección legal reforzada y medidas que no les compliquen la vida. En el año de nuestro 50º aniversario, recordamos mes a mes los compromisos de OCU. Y julio se lo brindamos a los consumidores vulnerables, explicando su figura y recordando un par de medidas diseñadas para ellos, que hasta fin de año disfrutan de condiciones excepcionales: el bono eléctrico y el código de buenas prácticas relativo a las hipotecas.

¿Qué es un consumidor vulnerable?
Un consumidor vulnerable es una persona que al comprar un bien, al contratar un servicio, al recibir una información comercial o leer un contrato, es decir, al actuar como consumidor, está en inferioridad de condiciones frente a los demás por alguna razón:
- Por tener una edad avanzada.
- Por falta de salud o autonomía personal.
- Por falta de recursos económicos.
- Por bajo nivel educativo.
- Por vivir en lugares que se han ido despoblando.
- Por falta de competencias digitales.
OCU pasó años reclamando la creación de una figura legal que reconociera la existencia de consumidores vulnerables, tal y como se hizo por fin en 2021, al reformarse la ley de defensa de los consumidores y usuarios. La idea era proporcionarles una protección legal reforzada. El problema es que esa protección legal no siempre está bien diseñada.
Hay que facilitar las medidas anti vulnerabilidad
La ley dibuja una figura cuya vulnerabilidad depende de las circunstancias y puede producirse solo en un ámbito del consumo o solo durante un periodo de tiempo en la vida. Un anciano, por ejemplo, puede ser más vulnerable que un joven en algunos ámbitos del consumo que requieren competencias digitales y un joven, más que un anciano cuando son precisos otros conocimientos.
Tiene su lógica que el concepto sea elástico, pero a la vez dificulta a los consumidores saber si su caso se encuadra o no en la vulnerabilidad.
Por ejemplo, los requisitos estatales para beneficiarse del bono eléctrico no son iguales que los fijados por los ayuntamientos para beneficiarse de descuentos en el suministro de agua corriente, ni los mismos que se usan para negociar condiciones especiales en el pago de la hipoteca alegando vulnerabilidad económica, etc.
En OCU creemos que si la vulnerabilidad se debe a falta de recursos económicos, sería bueno:
- Definir una escala de distintos grados de vulnerabilidad que sea igual en todo el territorio.
- Publicitarla para que los consumidores sepan enseguida su lugar en la escala y los derechos que comporta.
- Simplificar los papeleos para optar a los beneficios, pues son muy engorrosos.
- Impulsar la concesión automática de las ayudas venidas de las administraciones.
Dos medidas con incentivos hasta el fin de 2025
Como ser vulnerable depende de cosas que cambian, las medidas contra la vulnerabilidad también cambian. Vamos a citar dos que previsiblemente cambiarán sus condiciones a fines de 2025:
1. El bono social eléctrico permite pagar el suministro de electricidad con descuentos muy importantes sobre la tarifa regulada PVPC, que convierten esta opción en la más barata del mercado. Los descuentos se incrementaron pasajeramente tras las subidas del precio de la luz que hubo cuando empezó la guerra de Ucrania, y ahora están volviendo poco a poco a sus niveles normales. Así, el consumidor vulnerable se beneficiará de un descuento en la factura del 35% y el vulnerable severo, del 50% (el 42,5 % y el 57,5% respectivamente del 1 de julio al 31 de diciembre de 2025). Descubre en nuestro contenido especial si puedes pedir el bono eléctrico y el bono térmico que lleva aparejado:
2. Los códigos de buenas prácticas bancarias en relación a la hipoteca permiten negociar a los consumidores vulnerables medidas para aliviar el pago del préstamo y evitar los graves problemas que acarrea el impago. Hay uno de 2012, que tiene el inconveniente de ser muy restrictivo (solo beneficia a familias que ingresen como mucho 25.200 euros anuales) y otro de 2022, que muy probablemente dejará de aplicarse al acabar 2025 y tiene dos cosas buenas.
- Ofrece una de las mejores opciones para menguar la hipoteca: alargar el plazo de devolución hasta 7 años.
- Vale para consumidores en situaciones críticas pero no tan extremas como el otro:
- Sirve para hipotecas variables anteriores al 31 de diciembre de 2022, sobre viviendas habituales de precio no superior a 300.000 euros.
- La unidad familiar no puede ingresar más de 4,5 o 5,5 o 6,5 veces el IPREM (37.800 o 46.200 o 54.600 euros respectivamente en 2025) según las circunstancias de la familia sean normales o de especial necesidad, por tener alguno de sus miembros una discapacidad, una dependencia, etc.
- En los cuatro años previos a la solicitud se tienen que haber alterado significativamente las circunstancias económicas del hogar, de modo que el pago de las cuotas de la hipoteca sobre la renta familiar se haya multiplicado por 1,2. También vale que la unidad familiar haya pasado a ser especialmente vulnerable, por ciertas desgracias sobrevenidas, como una incapacidad, una situación de maltrato...
- La cuota hipotecaria debe superar el 30% de los ingresos netos de la unidad familiar.
Dime qué te falta
Perdiste al familiar que mantenía el hogar
Puede que seas candidato para cobrar la pensión de viudedad, la pensión de orfandad o la más desconocida pensión en favor de familiares, que también beneficia, por ejemplo, a huérfanos de edad madura o a hermanos.
Dejaste el trabajo para cuidar a tus padres
Tus padres podrían beneficiarse del reconocimiento de una discapacidad, una dependencia o ambas cosas, lo que comporta distintas ayudas y ventajas fiscales. Según las circunstancias, tú podrías lograr la prestación para cuidadores no profesionales y suscribir un convenio especial con la Seguridad Social, para que el Estado cotice por ti en cierta medida, pudiendo tú complementar su cotización.
Te quedaste sin trabajo siendo mayor y vas a agotar el desempleo
Si no eres capaz de encontrar un nuevo trabajo, quizás puedas beneficiarte del subsidio para mayores de 52 años, que a diferencia de otros subsidios de desempleo cotiza.
Estás lleno de deudas importantes
Gracias a la ley de segunda oportunidad, hay un procedimiento para saldar en la medida de lo posible las deudas y llegar a acuerdos para condonar lo que no puedas pagar. Quedarse a cero puede ser mucho mejor que arrastrar números rojos sin fin.
En este momento no tienes ingresos ni posibilidad de trabajar
El ingreso mínimo vital o la renta mínima de inserción podrían ser tu tabla de salvación.