Informe

Hábitos de sostenibilidad: energía, agua y productos. 1975-2025

En 2025, una fecha especial para nosotros y los socios de OCU porque celebramos el 50 aniversario de la organización, es el momento para reconocer los cambios que se han producido en los hábitos de consumo del agua, la energía, los productos y los servicios entre los españoles. ¿En qué hemos mejorado? ¿Qué ha ido a peor? Aprovechamos, además, para insistir en las reivindicaciones de los consumidores.

31 enero 2025
Hábitos de consumo: agua, energía y productos

En los últimos años se han logrado mejoras en la eficiencia energética y el acceso a energías renovables y ha habido un aumento de la concienciación sobre el ahorro de agua, pero también hay una creciente demanda de energía y agua para la industria, actividades agrícolas y centros de datos, ahora aún más con el auge de la inteligencia artificial.

1975-2025 en 5 Hitos

1976. Campaña “Aunque usted pueda pagarlo, España no puede”, para promover el ahorro energético.
1987. Prohibición de aerosoles con CFC, que dañaban la capa de ozono y aumentaban el riesgo de cáncer de piel (Protocolo de Montreal).
1992. Aparecen las primeras etiquetas de eficiencia energética para electrodomésticos.
2018. Prohibición de bolsas de plástico gratuitas en los supermercados.
2025. Desarrollo de la futura Ley de consumo sostenible en España.

Hábitos de consumo. Etiqueta energética

Mejoras en la gestión de agua, energía, productos y servicios

  • Transición de fuentes de calefacción contaminantes a energías renovables.
  • Aumento de la sensibilización sobre el ahorro de agua.
  • Los electrodomésticos modernos consumen menos agua y energía.
  • Más productos seguros para los consumidores y el medio ambiente y también más oferta de productos ecológicos y sostenibles.
  • Iniciativas para limitar el uso de plásticos.
  • Mejoras en la regulación ambiental con más ecodiseño, reparabilidad y durabilidad.

Lo que ha ido a peor en la gestión de agua, energía, productos...

  • El consumo energético se ha multiplicado por cinco.
  • El consumo invisible de agua en los alimentos y productos se ha disparado por el aumento de la producción.
  • Cultura del usar y tirar con aumento de productos desechables.
  • Ya no reparamos y, en consecuencia, se agotan las materias primas.
  • Obsolescencia prematura.

Hogar y energía: de calefacción de carbón a la aerotermia

Hemos pasado del carbón a las renovables: hace 50 años, el mix eléctrico español se basaba principalmente en carbón y energía hidráulica, con una pequeña participación de la nuclear. En la actualidad, más del 60 % de la electricidad en España proviene de fuentes renovables como la eólica, fotovoltaica e hidráulica, mientras que el 40 % restante incluye energía nuclear y de ciclo combinado.

  • Hace cinco décadas, el carbón era la fuente de calefacción más común en las comunidades de vecinos, solo los edificios nuevos tenían calefacción central de gas. Además, el butano era el combustible predominante para cocinar en muchas casas. De cara al futuro, se busca sustituir completamente las calderas de gas y diésel por bombas de calor de aerotermia o geotermia y por calderas de biomasa.
  • La eficiencia energética. En 1976, se lanzó en España una campaña emblemática sobre el ahorro de gas y luz: “Aunque usted pueda pagarlo, España no puede”. A lo largo de los años, las campañas de concienciación y los programas educativos en colegios han sido clave para sensibilizar sobre el ahorro de energía. Las novedades llegaron también para los electrodomésticos. En 1992 aparecen las primeras etiquetas de eficiencia energética con información clara para los consumidores sobre el consumo de energía de cada aparato. Y las bombillas de bajo consumo marcaron un punto de inflexión en el ahorro energético doméstico, pero tardaban en encenderse y daban una luz muy poco acogedora. Después llegaron las lámparas LED, más eficientes y duraderas.
  • La construcción empieza a regularse. En 1977 se publicó el primer Código Técnico de Edificación, que marcó el inicio de una regulación más estricta sobre el aislamiento, las instalaciones y la accesibilidad en las viviendas. 

Agua, un bien preciado

Según el INE, en 1975, un 13,2 % de las viviendas en España no tenían agua corriente, un 17,6 % no contaba con aseo y solo el 57,2 % de las viviendas principales disponían de baño o ducha. Para 2001, prácticamente todas las viviendas ya contaban con estos servicios básicos

  • Ahorrando agua. Antes se tenía menos cuidado con el ahorro de agua. Hoy en día casi todos los mecanismos de baños y cocinas incluyen sistemas de ahorro de agua, lavavajillas y lavadoras son más eficientes y emplean menos agua y energía que las de antes. El consumo de agua en los hogares españoles hoy se sitúa en una media de 133 litros por persona y día, de los cuales solo 2 litros son para beber. 
  • Huella hídrica. El agua que consumimos directamente en nuestros hogares representa apenas un 2% de nuestra huella hídrica total. El 98% restante se dedica a la fabricación de los productos y alimentos que compramos.

Productos: ropa, plásticos y dispositivos electrónicos

  • La ropa ha cambiado mucho en estos 50 últimos años, hemos pasado de coser y cantar a usar y tirar. Con el tiempo y la globalización, la industria textil abarató la ropa, redujo su vida útil y desplazó la costumbre de arreglarla. Los datos dicen que compramos el doble de ropa que hace 15 años y la usamos un 36 % menos de tiempo, lo que supone un problema enorme de residuos textiles
  • Hay demasiado plástico. Con la popularización de los envases plásticos en la década de los 80, surgió una gran dependencia de materiales desechables. En los últimos años ha habido un cambio hacia el uso de envases biodegradables y la reducción del plástico, impulsado por regulaciones europeas y el rechazo de los consumidores al exceso de plásticos. En 2018 se prohibieron las bolsas de plástico gratuitas en España siguiendo el ejemplo de muchos otros países, y parece que esta medida está funcionando lentamente para reducir los residuos plásticos, que todavía siguen siendo un problema.
  • Prohibición de las lacas y desodorantes en espray con CFC: En 1987 se firmó el Protocolo de Montreal que prohibió el uso de los CFC, que estaba agotando la capa de ozono y aumentando el cáncer de piel. Esta medida global destacó la importancia de reformular productos cotidianos para proteger el medio ambiente y la salud pública. Hoy en día la capa de ozono es el área que se encuentra en mejor situación de los 9 límites del planeta
  • Las casas se han llenado de dispositivos electrónicos que representan el 71% del impacto ambiental de la tecnología. Cada compra agota recursos del planeta y solo se recupera un pequeño porcentaje de componentes, por lo que es esencial alargar la vida útil de los dispositivos. 
  • Creación de certificaciones ecológicas: desde los años 90 ha aumentado la demanda de productos ecológicos y sostenibles. La creación de sellos como el de la agricultura ecológica o la EU Ecolabel, se supone que iban a generar más confianza en la identificación de los productos responsables con el medio ambiente. Pero su proliferación, con más de 200 ecoetiquetas disponibles en la UE ha llevado a confusión sobre cuáles son fiables y cuáles no. La futura Directiva de Green Claims, que en España se va a trasponer en la Ley de Consumo Sostenible, dará respuesta a esta preocupación y aumentará las exigencias para las ecoetiquetas. 
  • Detergentes más sostenibles. Aunque hemos pasado a un icónico tambor redondo de detergente a los lineales llenos de plástico de hoy, lo positivo es que las fórmulas han evolucionado para ser más concentradas y menos agresivas con el medioambiente. En el futuro la tendencia apunta a envases reciclados y reciclables, fórmulas concentradas, limpiadores solubles altamente concentrados que se pueden reconstituir en el hogar y formatos innovadores como el detergente en tiras.

7 peticiones de OCU

La cultura del usar y tirar ha causado estragos en el medio ambiente por el aumento en el consumo de productos desechables y la generación de residuos. En el lado positivo están las nuevas regulaciones de ecodiseño, reparación e información al consumidor que podrían mejorar la sostenibilidad de los productos y que vuelvan a estar diseñados para durar. Pero tenemos que seguir reivindicando algunas medidas:

  1. Implementar programas educativos que informen a los consumidores sobre sostenibilidad y eficiencia energética.
  2. Simplificar la instalación de energía renovable, reducir las barreras económicas con incentivos fiscales y subsidios, y promover la energía comunitaria para que todos los consumidores, sin importar su situación económica, puedan acceder a ella. Incentivar la mejora de la eficiencia energética de los edificios ya construidos.
  3. Priorizar el suministro sostenible de agua para el consumo humano frente a otros usos como centros de datos, usos recreativos o cultivos tropicales.
  4. Que las administraciones mejoren las infraestructuras para minimizar las pérdidas de agua.
  5. Establecer etiquetas de eficiencia hídrica para dispositivos ahorradores.
  6. Mejorar la información de sostenibilidad en los productos indicando su esperanza de vida, reparabilidad y durabilidad y fomentar la reparación y durabilidad de productos electrónicos. 
  7. Garantizar que las alegaciones sobre sostenibilidad sean verdaderas y relevantes.

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