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Las 5 enfermedades más comunes de los gatos

El dicho popular afirma que los gatos tienen siete vidas, pero eso es una fantasía. Nuestros gatos están expuestos a peligros y enfermedades como cualquier animal: es importante saber reconocer los síntomas y tratarlos de la manera adecuada. Nos centramos en cinco enfermedades muy comunes en los felinos, para saber cómo prevenirlas y cuándo es conveniente acudir al veterinario.

22 agosto 2024
gatos enfermedades

Un gato sano y bien cuidado

Antes de acoger a un gato o cualquier otro animal en casa, conviene estar informado de lo que supone y ser conscientes de que tener una mascota no es un simple capricho.  Los gatos para su bienestar necesitan una dieta sana, dormir en un espacio tranquilo y sin ruidos estridentes, disfrutar de momentos y elementos de juego para mantenerse activos (les gusta arañar, cazar, trepar), que pasemos tiempo con ellos, un arenero limpio donde hacer sus necesidades... Además, hay que tener en cuenta que son territoriales y muy apegados a sus rutinas: si respetas todo esto, tu gato será más feliz.

Cuidarlo bien también implica acudir al veterinario para hacerle sus revisiones de salud, vacunarlo, desparasitarlo y, por supuesto, para atenderlo cuando esté enfermo

¿Qué enfermedades suelen aquejar a nuestros gastos domésticos? Cada individuo tiene sus "puntos débiles", pero hay 5 enfermedades que son relativamente comunes: te damos las claves para identificarlas y saber cómo actuar.

Dermatitis por pulgas

Las pulgas, una vez eligen un huésped, se quedan a vivir en él y se alimentan de su sangre. Los huevos, las larvas o pupas se diseminan por el entorno del animal en cuanto se rasca. Si hace mucho calor y humedad, la infestación es más rápida. Generalmente, los gatos las cogen cuando salen de casa.

  • Síntomas: Se producen por la saliva de las pulgas al morder al huésped para alimentarse. Provocan picazón, que lleva a los animales a rascarse mucho, lamerse e incluso morderse. Los más sensibles pueden desarrollar dermatitis: piel irritada e inflamada, pequeños bultos, sobre todo, en cara cuello y dorso. El gato puede llegar a perder el pelo.
  • Cuándo ir al veterinario: Cuando aprecies ese rascado intenso. Si examinas con atención el pelo del gato, separándolo mechón a mechón, puede que vea alguna.
  • Tratamiento: Con productos antipulgas especiales para gatos.
  • Prevención: Limpia toda la zona por donde se mueva el gato, para eliminar las larvas, huevos y pupas. Puede hacer falta recurrir a insecticidas, aunque no son lo más eficaz contra las larvas.

Problemas urinarios

Pueden ocurrir por diferentes causas: por infecciones por hongos, virus, bacterias o parásitos; por estrés debido a alteraciones en su territorio y rutinas; por la formación de piedras o cristales en el conducto urinario; por una obstrucción en la uretra (más típica en machos); por un cáncer; fallos en el control neurológico de la vejiga o por malformaciones de nacimiento...

A menudo, los felinos más afectados son los de mediana edad, con sobrepeso, vida sedentaria, alimentados solo a base de alimento seco de baja calidad y con caja de arena en el interior de la casa.

  • Síntomas: Se lamen a menudo la zona genital; orinan con más frecuencia, fuera de su caja o con dificultades o dolor (lanzan maullidos agudos); en la orina a veces hay sangre. En casos graves, no pueden orinar en absoluto.
  • Cuándo ir al veterinario: En cuanto observe esos síntomas. Pero de forma urgente si hay síntomas de obstrucción: no consigue orinar aunque lo intenta a menudo, está aletargado y sin apetito.
  • Tratamiento: Ofrecerle más ocasiones para beber agua y más a menudo, junto con una dieta específica para estos problemas y fármacos para calmar el dolor. El resto, depende: si hay infección, antibióticos; si hay cálculos, desde un cambio de dieta hasta cirugía; si hay obstrucción, se introduce una sonda por la uretra y se inyecta un fluido estéril para desbloquearla.
  • Prevención: Cuidar su entorno y la higiene de su arenero, ofrecerle más ocasiones para beber agua, seguir los consejos dietéticos del veterinario.

Inmunodeficiencia felina

Tiene muchos puntos en común con el sida en los humanos, aunque la causa un virus específico de los gatos y por eso no se transmite a las personas. Otra diferencia es que la principal vía de transmisión no es por vía sexual, sino a través de las mordeduras de gatos ya infectados. Por eso, los felinos callejeros tienen mayor probabilidad de tener este virus. La transmisión de la madre al cachorro durante el parto o la lactancia es muy rara.

  • Síntomas: Pueden pasar años hasta que da la cara. Pero desde que empieza a manifestarse, la esperanza de vida para el gato suele ser de 5 años. Al principio como mucho causa inflamación de los ganglios y algo de fiebre. Según avanza, debilita tanto las defensas del animal que este encadena una infección detrás de otra en distintas partes del organismo: piel, ojos, en aparato urinario y respiratorio... Un síntoma típico es la pérdida progresiva de peso. Otros que también se pueden presentar son convulsiones, cambios en el comportamiento y problemas neurológicos. Puede llegar a provocar cáncer y enfermedades de la sangre.
  • Cuándo ir al veterinario: Si el gato parece enfermo, si ha sido mordido o ha tenido un alto riesgo de contagio. Un test de sangre 60días después del posible contagio nos dirá si nuestro gato ha sido o no infectado.
  • Tratamiento: Actualmente no hay cura. Un gato infectado con este virus, con un manejo adecuado, puede vivir una vida normal durante años. Los antivirales pueden ser de ayuda en gatos que sufren convulsiones o infecciones bucales, pero hasta ahora no han demostrado aumentar la supervivencia.
  • Prevención: Si se tiene en casa un gato que está infectado, lo mejor es aislarlo y no dejar que otros gatos usen sus enseres. Para los gatos sanos, no conviene dejarlos merodear por el vecindario si hay otros congéneres sin control veterinario, que pueden ser foco de infección. Actualmente, no hay ninguna vacuna eficaz que proteja a los gatos de la infección por este virus.

Gripe felina

Son infecciones respiratorias causadas por virus o bacterias. Aunque en un 80-90% de los casos los responsables son dos virus: el calcivirus felino (FCV) y el herpesvirus (FVR). Los gatos infectados lo contagian a otros congéneres por sus estornudos o secreciones nasales u oculares.

  • Síntomas: Los estornudos, el moquillo y el lagrimeo aparecen entre 2 y 10 días tras la infección que, en algún caso, afecta a los ojos (conjuntivitis) y la boca (úlceras). Suele durar de 7 a 10 días si no se complica, pero a veces se prolonga más de 20 días, según la causa. Cuando es por virus, tiende a hacerse crónica o repetirse en momentos de estrés o debilidad. Si no se trata, puede derivar en neumonía, problemas respiratorios crónicos o incluso ceguera.
  • Cuándo ir al veterinario: Si observas que aparecen alguno de esos síntomas. Pueden ser necesarias pruebas adicionales para ver si están afectados los pulmones o senos nasales o hacer un cultivo para analizar la causa de la infección.
  • Tratamiento: Ayudar a retirar las secreciones nasales y oculares, con lavados nasales a base de agua con sal. Asegurarse de que el gato come y bebe lo suficiente. Si hay alguna infección bacteriana, administrarle antibióticos.
  • Prevención: Evita el contacto con gatos enfermos. Hay vacunas, por ejemplo para el FCV, pero no evitan la enfermedad, solo atenúan los síntomas o acortan su duración.

Peritonitis infecciosa

El coronavirus felino (CoVF) es el responsable de esta enfermedad. Este virus se transmite por las heces de gatos infectados y sobrevive 7 semanas en un entorno seco. Afecta más a los gatos de menos de 1 año, a los que sufren estrés y a los que portan el virus de leucemia felina.

  • Síntomas: No siempre aparecen. Muchos gatos infectados se mantienen sanos o sufren una leve inflamación intestinal. Pero también puede agravarse y derivar en peritonitis infecciosa: en unos casos se manifiesta en forma húmeda, con una gran cantidad de líquido que se acumula en el interior de la cavidad torácica o del peritoneo; en otros aparece la forma seca, que causa lesiones en diferentes órganos y partes del cuerpo (riñones, colon, ganglios linfáticos, ojos, sistema nervioso). A veces, se da todo junto y se acompaña de fiebre resistente al tratamiento con antibióticos, somnolencia, pérdida de peso y apetito.
  • Cuándo ir al veterinario: Si sospechas que tu gato sufre esta enfermedad, acude al veterinario urgentemente.
  • Tratamiento: Cuando deriva a peritonitis infecciosa, no hay mucho que hacer, aunque a veces se opta por corticoides para reducir los procesos inflamatorios que causa el virus. El tiempo medio de supervivencia suele ser de 9 días tras el diagnóstico.
  • Prevención: Hay una vacuna de administración intranasal, pero solo es útil en cachorros que no han estado nunca expuestos al virus. En gatos previamente infectados, no es eficaz. Como la transmisión se produce por las heces, hay que ser muy estrictos con la higiene, limpiar con frecuencia el arenero y no tenerlo cerca de la comida. En los hogares donde haya fallecido un gato por esta infección, espere al menos 2 meses antes de meter otro gato.

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