Día de la Alimentación 2025: Comer bien, un derecho
El 16 de octubre se celebra el Día Internacional de la Alimentación, este año bajo el lema “Mano de la mano por unos alimentos y un futuro mejores”. Para OCU, esta es una buena ocasión para reflexionar sobre los principales retos de la alimentación en España desde el punto de vista de los consumidores: cuáles son las asignaturas pendientes, qué dificulta que todos podamos comer bien.

Comer bien en España en 2025 no es algo fácil ni está al alcance de todos: el creciente coste de los alimentos, con productos básicos (y muchos frescos) en máximos históricos de precio empuja a los consumidores a elecciones que pueden no ser las mejores. A menudo se encuentran perdidos, entre precios elevados, etiquetado y publicidad con mensajes confusos y el deseo de comprar y consumir productos de más calidad y de producción más sostenible sin sucumbir en el intento. Y el asunto es aún más espinoso en el caso de los menores, con comedores escolares que no cumplen el esperado equilibrio nutricional y un bombardeo publicitario constante en pantallas y redes con reclamos de comida insana. Entre todos, "mano a mano" en este día de la alimentación, sigamos dando pasos para "un futuro y unos alimentos mejores", como proponen desde FAO.
6 desafíos para que comer bien sea una realidad
Desde OCU, en este Día de la Alimentación, recordamos los seis frentes que marcan nuestra agenda y que consideramos prioritarios para que el derecho a comer bien sea una realmente efectivo.
1. Alimentos básicos y saludables más asequibles
Llevamos años de subidas acumuladas del precio de los alimentos, algo que se hace especialmente evidente en productos frescos que deben estar en la base de nuestra dieta, como la fruta y la verdura, los huevos, el aceite, la carne o el pescado. El pescado o la fruta fresca es un lujo en muchos hogares, que al llenar el carro deben primar el precio sobre la calidad nutricional.
Para combatir esta “alimentación insana por necesidad”, desde OCU proponemos:
- Aliviar de forma inmediata el coste de la cesta básica saludable mediante medidas fiscales que hagan más accesibles los productos básicos de nuestra alimentación. ¿Por qué no una rebaja definitiva y general del IVA de estos alimentos?
- Reforzar ayudas directas y vales/bonos dirigidos a hogares vulnerables, focalizados en alimentos nutritivos.
Solo así se podrá garantizar el derecho efectivo a comer sano, también cuando la economía doméstica aprieta.
2. Comedores escolares: asignatura pendiente de la nutrición infantil
Uno de cada tres niños come a diario en el colegio. Lo que ocurra en el comedor escolar es importante: condiciona el aprendizaje de hábitos, el paladar y, en último término, la salud. En el comedor del colegio (y en el de casa, claro está) se debe “enseñar a comer”, es parte de la educación del niño.
Sin embargo, nuestros estudios sobre este tema revelan un patrón preocupante: exceso de hidratos de carbono y de carne, déficit de legumbres, huevos y pescado azul, y fruta fresca por debajo de lo recomendado. ¿Cómo solucionar esto? A juicio de OCU, la hoja de ruta pasa por:
- Establecer estándares nutricionales obligatorios y homogéneos, con controles efectivos, que reequilibren los menús hacia alimentos de mayor valor nutricional y reduzcan precocinados, azúcares y frituras.
- Información clara, transparente y accesible de los menús para las familias.
- Tiempo suficiente para que los niños coman, porque la prisa también desequilibra.
Esperemos que cambien las cosas con la entrada en vigor del Real Decreto 315/2025 que viene a establecer normas para el fomento de una alimentación saludable y sostenible en centros educativos y entrará en vigor en abril de 2026.
3. Acabar con la publicidad insana
Pese al combate de OCU y de buena parte de la sociedad, frente a las anunciadas medidas de control, la realidad es tozuda y se impone: el bombardeo publicitario de alimentos poco saludables dirigidos a los más jóvenes sigue siendo un problema. Alimentos con un pobre perfil nutricional, ricos en grasas, azúcares, aditivos protagonizan los anuncios en pantallas y redes, y está comprobado que la exposición sostenida a este marketing se relaciona con peores elecciones alimentarias.
La propuesta de OCU es clara: límites vinculantes a la publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida a menores, también en franjas familiares, y prohibición de ganchos comerciales (uso de influencers o personales, regalos promocionales…) que solo buscan hacer más atractivos los productos insanos. Control efectivo, sanciones ejemplares y medidas informativas y educativas para proteger la infancia del bombardeo comercial es, ante todo, una medida de salud pública.
4. Apostar por un etiquetado legible, claro y útil
Leer y entender la información de la etiqueta sigue siendo muchas veces complicado: mala legibilidad (letra minúscula, poco contraste), información poco clara, primando reclamos comerciales y términos ambiguos (artesano, natural, tradicional, eco o bio…) sobre la información nutricional. Es preciso que se tomen medidas para mejorar esa legibilidad y acabar con los términos usados indebidamente como señuelo publicitario, al tiempo que avanzamos hacia un sistema de información nutricional frontal sencillo y comparativo que facilite elegir opciones más saludables.
5. Saber qué compramos, de dónde viene y cómo se ha producido
Para OCU, es prioritario que los consumidores conozcan el origen de los alimentos y puedan seguir su trazabilidad: saber qué compramos y de dónde viene. El origen y el método de producción importan: ayudan a elegir proximidad y temporada, a reducir huella y a premiar buenas prácticas. Por eso queremos que:
- La indicación del origen de los alimentos sea obligatoria a todo tipo de alimentos, desde los frescos hasta los procesados
- Se obligue a indicar también el método de producción a más productos para asegurar una trazabilidad clara y verificable
- Se refuercen los controles antifraude
6. Sostenible sí, accesible y asequible también
Sí, queremos productos más sostenibles: primar la producción local, los alimentos de temporada, los que tienen menor impacto ambiental… pero no solo necesitamos conocer esa información, identificar claramente a los productos, sin engaños y exageraciones sino que también debe ser asequible, por ejemplo con incentivos a productores para que el coste del cambio no se traslade íntegramente al consumidor. La sostenibilidad no puede ser un lujo
Garanticemos el derecho a una buena alimentación
Todas estas medidas, económicas, normativas, formativas e informativas buscan un mismo fin: garantizar el derecho efectivo a una alimentación saludable, asequible, transparente y sostenible. Desde OCU queremos que comer bien en España vuelva a ser fácil, accesible y seguro para todos, y para ello trabajamos, en especial en este mes de octubre, en el que la Soberanía alimentaria es nuestra prioridad.