Un decálogo para afrontar la ansiedad

¿Cómo saber si lo que tengo es ansiedad?
La ansiedad es una reacción psicoemocional ante la percepción de una amenaza real o irreal, presente o anticipada, caracterizada por el miedo. Desencadena un conjunto de reacciones a distintos niveles: cognitivo, afectivo o emocional, fisiológico y conductual.
Ansiedad es un término muy popular, que a menudo usamos a la ligera: casi cualquier reacción de tensión, nerviosismo o angustia se considera ansiedad. Además se percibe como algo negativo o perjudicial, o se habla de ansiedad como sinónimo de estrés, miedo o angustia, pero ni son lo mismo, ni generan las mismas reacciones en las personas, ni se afrontan de la misma manera.
Sentir ansiedad, ¿es normal o es un problema?
Sentir ansiedad no es necesariamente malo, ni hay que eliminarlo o evitarlo a toda costa. La ansiedad cumple una función fundamental: nos informa de amenazas, peligros o riesgos en nuestro entorno o contexto, lo que nos permite adaptarnos a la situación. Por eso, sentir ansiedad es normal, esperable e, incluso, saludable en algunos momentos, pero no así en otros.
La ansiedad es normal, aunque desagradable, cuando:
- Es proporcional a la amenaza real que supone la situación ansiógena.
- Es transitoria: desaparece a la par que la situación que provoca la ansiedad.
-
Permite poner en marcha los recursos necesarios para afrontar la situación de la que se trate y adaptarse a ella.
La ansiedad pasa a ser problemática cuando:
- Es desproporcionada respecto a la situación u objeto que la genera. Por ejemplo, ante arañas, pájaros o ascensores.
- Se mantiene en el tiempo, de forma constante o intermitente, aunque la situación u objeto ansiógeno haya desaparecido. Por ejemplo, genera ansiedad siempre que se entra en contacto con arañas, pájaros o ascensores, e incluso solo con pensar en ello.
- Es incapacitante para quien la sufre: bloquea a la persona y no le permite poner en marcha los recursos necesarios para afrontar la situación, e incluso interfiere en su día a día. La angustia por ver una araña o pájaro, por ejemplo, impide salir al campo.
Decálogo para afrontar la ansiedad
¿Es posible manejar estas reacciones de ansiedad? Hay algunas medidas que pueden servir para prevenir la ansiedad y para gestionarla cuando surja:
- Mantén un estilo de vida sano y equilibrado con un sueño de calidad, alimentación sana y equilibrada, realizando ejercicio de forma regular, etc.
- Fomenta tu buena red social: busca personas con las que compartir hobbies y actividades, pero también a las que recurrir en caso de necesidad. Te ayudará a prevenir y mitigar la ansiedad.
- Realiza actividades que te resulten placenteras y generenbienestar como bailar, teatro, fotografía, senderismo…
- Aprende alguna técnica de relajación (puede ser respiración profunda diafragmática, técnicas de meditación, mindfulness, yoga o pilates) y ponla en práctica cuando te sientas agitado o ansioso.
- Identifica tus reacciones y síntomas de ansiedad, así como las situaciones que lo desencadenan.
- Aprende a gestionar tus emociones: una vez identificadas, ponlas en contexto y compréndelas.
- Apóyate en tus allegados, amigos, familia o pareja.
- En la medida de lo posible, exponte a tus miedos de forma gradual y progresiva. Empezando por pequeñas situaciones temidas y durante poco tiempo. Puede ser de gran ayuda pedir a algún amigo o familiar que te acompañe.
- Cuando te encuentres en una situación que te provoca ansiedad, pregúntate qué es lo peor que te podría pasar. Comprobarás que a menudo el miedo nos pone en escenarios extremos y terribles, pero poco probables, y que las consecuencias de esa situación ansiógena no son tan malas.
- Recuerda que a menudo las cosas no están bajo nuestro control. A la hora de anticipar situaciones ansiógenas o sus consecuencias, diferencia entre lo que es posible y lo que es probable.
Si la ansiedad se mantiene, se incrementa, invade otras áreas de tu vida o te incapacita de algún modo, acude a un profesional de la salud.
En OCU velamos por los intereses de los consumidores y usuarios informándoles y ayudándoles a cuidar de su salud y la de su familia: análisis comparativos, estudios, consejos sobre hábitos saludables, alertas de seguridad o acceso a ventajas como la Línea OCU Salud, un servicio médico telefónico las 24 horas al día. Cuidamos de ti y de los tuyos: confía en los expertos de salud y alimentación de OCU Salud y vive más tranquilo.
La ansiedad es una reacción psicoemocional ante la percepción de una amenaza real o irreal, presente o anticipada, caracterizada por el miedo. Desencadena un conjunto de reacciones a distintos niveles: cognitivo, afectivo o emocional, fisiológico y conductual.
Ansiedad es un término muy popular, que a menudo usamos a la ligera: casi cualquier reacción de tensión, nerviosismo o angustia se considera ansiedad. Además se percibe como algo negativo o perjudicial, o se habla de ansiedad como sinónimo de estrés, miedo o angustia, pero ni son lo mismo, ni generan las mismas reacciones en las personas, ni se afrontan de la misma manera.
Sentir ansiedad, ¿es normal o es un problema?
Sentir ansiedad no es necesariamente malo, ni hay que eliminarlo o evitarlo a toda costa. La ansiedad cumple una función fundamental: nos informa de amenazas, peligros o riesgos en nuestro entorno o contexto, lo que nos permite adaptarnos a la situación. Por eso, sentir ansiedad es normal, esperable e, incluso, saludable en algunos momentos, pero no así en otros.
La ansiedad es normal, aunque desagradable, cuando:
- Es proporcional a la amenaza real que supone la situación ansiógena.
- Es transitoria: desaparece a la par que la situación que provoca la ansiedad.
-
Permite poner en marcha los recursos necesarios para afrontar la situación de la que se trate y adaptarse a ella.
La ansiedad pasa a ser problemática cuando:
- Es desproporcionada respecto a la situación u objeto que la genera. Por ejemplo, ante arañas, pájaros o ascensores.
- Se mantiene en el tiempo, de forma constante o intermitente, aunque la situación u objeto ansiógeno haya desaparecido. Por ejemplo, genera ansiedad siempre que se entra en contacto con arañas, pájaros o ascensores, e incluso solo con pensar en ello.
- Es incapacitante para quien la sufre: bloquea a la persona y no le permite poner en marcha los recursos necesarios para afrontar la situación, e incluso interfiere en su día a día. La angustia por ver una araña o pájaro, por ejemplo, impide salir al campo.
Decálogo para afrontar la ansiedad
¿Es posible manejar estas reacciones de ansiedad? Hay algunas medidas que pueden servir para prevenir la ansiedad y para gestionarla cuando surja:
- Mantén un estilo de vida sano y equilibrado con un sueño de calidad, alimentación sana y equilibrada, realizando ejercicio de forma regular, etc.
- Fomenta tu buena red social: busca personas con las que compartir hobbies y actividades, pero también a las que recurrir en caso de necesidad. Te ayudará a prevenir y mitigar la ansiedad.
- Realiza actividades que te resulten placenteras y generenbienestar como bailar, teatro, fotografía, senderismo…
- Aprende alguna técnica de relajación (puede ser respiración profunda diafragmática, técnicas de meditación, mindfulness, yoga o pilates) y ponla en práctica cuando te sientas agitado o ansioso.
- Identifica tus reacciones y síntomas de ansiedad, así como las situaciones que lo desencadenan.
- Aprende a gestionar tus emociones: una vez identificadas, ponlas en contexto y compréndelas.
- Apóyate en tus allegados, amigos, familia o pareja.
- En la medida de lo posible, exponte a tus miedos de forma gradual y progresiva. Empezando por pequeñas situaciones temidas y durante poco tiempo. Puede ser de gran ayuda pedir a algún amigo o familiar que te acompañe.
- Cuando te encuentres en una situación que te provoca ansiedad, pregúntate qué es lo peor que te podría pasar. Comprobarás que a menudo el miedo nos pone en escenarios extremos y terribles, pero poco probables, y que las consecuencias de esa situación ansiógena no son tan malas.
- Recuerda que a menudo las cosas no están bajo nuestro control. A la hora de anticipar situaciones ansiógenas o sus consecuencias, diferencia entre lo que es posible y lo que es probable.
Si la ansiedad se mantiene, se incrementa, invade otras áreas de tu vida o te incapacita de algún modo, acude a un profesional de la salud.
En OCU velamos por los intereses de los consumidores y usuarios informándoles y ayudándoles a cuidar de su salud y la de su familia: análisis comparativos, estudios, consejos sobre hábitos saludables, alertas de seguridad o acceso a ventajas como la Línea OCU Salud, un servicio médico telefónico las 24 horas al día. Cuidamos de ti y de los tuyos: confía en los expertos de salud y alimentación de OCU Salud y vive más tranquilo.