El pasado 31 de marzo de 2025 realicé la compra de un Toyota nuevo, en el concesionario Alborán Motor (Huércal de Almería).
Desde el primer momento el vehículo ha presentado graves defectos impropios de un coche nuevo, pagado como tal. Entre otros: filtraciones de agua, capó con burbujas y tornillos manipulados, pasta y embellecedores de faros diferentes, tapicería manchada, antena rajada, alfombrillas deterioradas, desperfectos en una puerta y signos evidentes de repintado y manipulación en chapa y motor. Estos desperfectos, documentados fotográficamente, no son compatibles con la venta de un vehículo nuevo.
Además, llevo meses reclamando una solución, viéndome obligado a desplazarme reiteradamente a Almería, recibiendo largas, falta de respuestas claras y supuestas reparaciones que no resuelven los problemas. El concesionario no ha dado una solución definitiva, lo que supone un grave incumplimiento contractual y un perjuicio continuado.
Por todo ello, exijo la sustitución inmediata del vehículo por otro nuevo en condiciones reales de fábrica, que es lo que pagué y lo que legalmente me corresponde. En caso de no recibir una respuesta satisfactoria en breve, me veré obligado a elevar esta reclamación a instancias superiores y a ejercer las acciones legales oportunas para defender mis derechos como consumidor.