El 3 de marzo de 2020 deposité, vía la página web de Booking, 449,60€ para reservar 5 noches de estancia para 2 personas en la Residencia Universitaria Blas de Otero con el fin de acudir al festival que se celebra en Bilbao cada verano, el BBK.Solo 12 días más tarde se anunció el confinamiento del país, aún sin saber cuándo volveríamos a la normalidad. Tampoco se sabía si dicho festival se iba a celebrar según lo previsto en julio de 2020, por lo que me puse en contacto con la Residencia para informarles de la situación el 15 de abril. Al día siguiente me respondieron que aceptaban cancelaciones hasta el 30 de abril. Sin noticias del festival y con la esperanza de que todo se solucionase para julio, no cancelé la reserva. No fue hasta el 13 de mayo que anunciaron la cancelación de dicho festival, prometiendo (y cumpliendo) su promesa de devolver el importe abonado por las entradas. Me volví a poner en contacto con la Residencia para informarles, una vez más, de lo que ocurría, y que, evidentemente, no podría hacer el viaje ni mucho menos hospedarme con ellos, y les pedí que por favor me reembolsasen el importe de la reserva, que no era poco. Alegando que su política de empresa no admitía devoluciones, me garantizaron guardarme la reserva hasta el 31 de agosto de 2021 y, contenta, acepté las nuevas condiciones con la esperanza, una vez más, de que todo este caos se solucionase para entonces. Al fin y al cabo, era más de un año. Muy mal se tendría que dar el asunto para no poder ir entonces.A 24 de abril de 2021, la previsión no es positiva. Asturias, la comunidad autónoma en la que resido, se encuentra cerrada perimetralmente, y solo puedo salir de mi ciudad con una causa justificada. Volví a ponerme en contacto con la Residencia en enero de 2021 explicándoles que la situación no mejoraba y que agosto, la fecha límite que me dieron para poder hospedarme con ellos, no sería el momento idóneo para viajar. Esta vez, ya con condescendencia, me replicaron que creían que 8 meses eran más que suficientes para que la situación mejorase y que, de no hacerlo, ya gestionarían una nueva reserva. Tal y como les expliqué en ese correo, si la cuantía abonada hubiese sido menor, hubiese dejado el asunto correr hace tiempo, pero creo que casi 500€ de reserva perdidos por una situación completamente ajena a mí, como es una pandemia mundial, y que absolutamente nadie podría haber previsto, son motivos más que suficientes para hacer una excepción a su política de empresa, ser humanos y reembolsar la cuantía abonada. Ni aunque Asturias abriese su perímetro para agosto, sería éste un buen momento para viajar, obligándome a poner en riesgo tanto mi salud como la de mi acompañante a fin de no perder una reserva que mi sueldo mileurista agradecería enormemente recibir de vuelta. Creo, honestamente, que la empresa debería hacer un ejercicio de empatía e intentar comprender que la reserva de esas vacaciones se realizó en un momento completamente diferente al que me encuentro ahora, y que hoy por hoy no puedo asegurar poder viajar en verano a ninguna parte, ni por el coronavirus ni por mi situación laboral, pues es muy probable que en esas fechas tenga que trabajar. Nadie debería verse obligado a irse de vacaciones, y menos cuando la alternativa es perder el 50% del sueldo que percibe mensualmente.Espero que lean mi reclamación.Un saludo cordial,Eva