He sido objeto de un cargo de 99 € correspondiente a una suscripción anual de La Vanguardia que no autoricé de forma específica.
La contratación inicial fue una promoción de 19 €. La renovación automática anual por 99 € no fue destacada ni explicada de forma clara en el proceso de pago, quedando oculta en un enlace a las condiciones y aceptada únicamente mediante una casilla genérica (“Acepto las condiciones”), sin un consentimiento expreso y diferenciado para dicha renovación.
Conforme a la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios (Real Decreto Legislativo 1/2007, artículos 60 y 87) y a la Directiva 2011/83/UE, las renovaciones automáticas y las obligaciones de pago futuras deben ser claras, visibles y aceptadas de forma expresa, requisitos que considero que no se cumplen en este caso, existiendo un consentimiento viciado y una práctica comercial desleal (patrón oscuro).
Tras revisar los movimientos, he comprobado que el mismo cargo anual ya se produjo el año anterior que pasó desapercibido (vergonzoso). No reclamo dicho cargo anterior, y limito expresamente esta reclamación al cobro correspondiente a este año.
He contactado ya con La Vanguardia, exponiendo detalladamente esta situación y solicitando el reembolso, pero me han comunicado su negativa a devolver el importe. Resulta especialmente decepcionante tratándose de un cliente desde hace más de 15 años.