El 28 de diciembre de 2024, adquirí un anillo de oro con esmeraldas en un punto de venta de El Corte Inglés, gestionado por la firma Mumit. En el momento de la compra, se acordó una modificación mínima en la pieza (cambio de orientación de una gema), y en tienda se me aseguró explícitamente que esto no supondría ningún problema ni retraso significativo.
Sin embargo, la empresa ha incumplido reiteradamente los plazos de entrega, proporcionándome hasta cinco fechas falsas:
- 17 de enero de 2025: Me informaron que el pedido llegaría a finales de enero, con una fecha límite del 31 de enero.
- 24 de enero de 2025: Se me comunica que el pedido aún no ha llegado, incumpliendo el plazo inicial.
- 31 de enero de 2025: Me notifican que, debido a un problema en fábrica, mi pieza debe ser refabricada, generando un retraso adicional sin compensación.
- 7 de febrero de 2025: No recibo una respuesta definitiva sobre la nueva fecha de entrega.
- 12 de febrero de 2025: Se me comunica un nuevo retraso hasta el 28 de febrero, superando ampliamente el tiempo máximo de entrega establecido por ley.
- Finalmente, tras reclamar en El Corte Inglés, me dieron el 28 de febrero de 2025 como fecha definitiva. A pesar de haber insistido en que requería del certificado de la gema (que, conforme a su web debe ser natural) a fecha de hoy ni se me ha enviado ni se me ha proporcionado fecha de envío.
A lo largo de este proceso, la gestión de la empresa ha sido deficiente y opaca. Tuve que insistir en numerosas ocasiones para obtener explicaciones sobre el retraso y, en muchas de ellas, mis consultas quedaron sin respuesta durante días en sus canales de atención al cliente. Esta falta de información solo aumentó la incertidumbre y la frustración, ya que la marca no ofrecía ninguna solución ni se hacía responsable del incumplimiento de los plazos comprometidos.
Además, cuando intenté expresar mi descontento en redes sociales, Mumit eliminó mis comentarios legítimos y acabó bloqueando mi cuenta, impidiéndome comunicarme con ellos públicamente. Esto supone una falta grave de transparencia, ya que la marca censura las experiencias reales de los clientes en lugar de gestionar sus errores.
Finalmente, solo después de interponer una reclamación formal en El Corte Inglés, la firma accedió a entregarme el anillo, lo que demuestra que, de no haber ejercido presión, habrían optado por no cumplir con la venta.
Según la normativa de defensa del consumidor, la empresa ha incurrido en diversas irregularidades, como el incumplimiento de plazos de entrega sin justificación, limitar mi derecho a expresar mis reclamaciones en diversos canales y la falta de transparencia en su servicio de atención al cliente.
Por todo lo anterior, solicito a la OCU que valore las infracciones cometidas y determine la compensación correspondiente por los perjuicios sufridos, incluyendo la falta de transparencia, la mala gestión de la atención al cliente, la censura injustificada y carente de ética en redes sociales, el daño moral causado y el tiempo invertido en la resolución de un problema que no debería haber existido.
Solicito:
1. El desbloqueo inmediato de mis cuentas en redes sociales y el cese de la eliminación injustificada de mis comentarios, respetando mi derecho a la libertad de expresión y a compartir mi experiencia como clienta.
2. Una indemnización de 140 € en compensación por los 28 días de retraso en la entrega de mi joya, la falta de alternativas ofrecidas y la deficiente atención al cliente. Esta cantidad se basa en una compensación del 1,5% diario sobre el precio abonado (319 €), reflejando el perjuicio causado.
3. El compromiso de la empresa a mejorar sus procesos de atención al cliente, garantizando tiempos de respuesta adecuados y transparencia en la gestión de pedidos para evitar situaciones similares en el futuro.