Reservamos par irnos dos parejas a Budapest en agosto, desde principios de julio. Un viaje planificado con mucha ilusión y muy necesario para descansar y desconectar después de meses de mucho trabajo. Contratamos el hotel, el avión y el servicio de check-in, queriamos ir con todo reservado y sin problemas. En principio todo iba bien hasta el día antes de la salida del vuelo. Nos debían llegar las tarjetas de embarque pero no habíamos recibido nada. Por la mañana les preguntamos y les consultamos a través del chat - única vía de comunicación - y nos dijeron con toda la calma del mundo que estaban gestionándolo, que no nos preocupásemos que a lo largo del día las recibiríamos. Volvimos a reclamar a mitad tarde sin noticias y un poco nerviosos. Después de muchísimo insistir llegó la sorpresa: los vuelos que constaban en nuestra reserva no estaban a nuestro nombre, ni siquiera tenían relación con nuestro destino: 4 vuelos Belfast-Londres a nombre de 4 miembros de una misma familia. ¿Dónde estaban nuestros vuelos? ¿Qué solución habían encontrado? Respuesta: NINGUNA. Ni una sola llamada para hablar con un responsable, ni media propuesta de solución, absolutamente nada. Por no decir mentira, solo nos recomendaron no ir al aeropuerto, dado que obviamente no disponíamos de tarjetas de embarque. Además de quedarnos sin vacaciones, ahora mismo no tenemos ni siquiera el importe de todo lo que hemos pagado y llevamos esperando una llamada, una respuesta un algo que no llega. Todo esto ya esta en manos de nuestros abogados para presentar una demanda.
Han jugado además con nuestros datos y con los de los 4 viajeros que nos aparecían en la aplicación de la aerolínea.
Añadir que han sido incapaces de llamar al hotel para avisarles de todo lo sucedido.