Mi compañera de viaje, Adriana Castillón, contrató un apto. en la isla de Djerba. Cuando íbamos a acceder, martes 9 de mayo, 20.30 h. un control de la Guardia Nacional y el Ejército impedía el acceso a la isla a todos los transeúntes. Nadie sabía lo que pasaba con exactitud. Durante la espera empezaron a circular rumores de que había habido un tiroteo entre policías en la isla. Como se supo días después a través de la prensa internacional un policía atacó a los judíos participantes en una peregrinación festiva anual resultando muertos dos judíos de nacionalidad francesa y tunecina, tres agentes de la Guardia Nacional y cuerpos de seguridad y el propio atacante. Esa era la causa que impedía nuestro acceso. Airbnb contempla en su política de causas de fuerza mayor: 1) las restricciones gubernamentales a los desplazamientos y 2) Acciones militares y otros conflictos.A las 22.45 h. la Guardia Nacional despejó definitivamente la entrada diciendo que ya no se podría pasar ese día y que todas las personas con sus vehículos nos debíamos retirar sin aclarar qué día se abriría la carretera o el paso en ferry que también estaba cerrado. Durante este tiempo hablamos con nuestra anfitriona que tampoco sabía lo que pasaba como se muestra en el chat que mantuvo con Adriana y que adjunto también.Buscamos un alojamiento a esas horas y para dos noches pues necesitaríamos el miércoles 10 para averiguar cómo estaba la situación. Les adjunté factura hotel.Desgraciadamente en el chat que Airbnb mantuvo los días posteriores con Adriana se resumieron en que debíamos presentar un documento oficial de lo que había pasado. Y perdonen, pero en esas circunstancias buscar una prefectura ocupada en asuntos de máxima importancia en un idioma muy distinto y con un tiempo limitadísimo para hacer ese certificado es irrealizable y presupone una insensibilidad por su parte que apenas es creíble cuando se cuenta.La familia anfitriona se portó estupendamente, el hotel que nos acogió a esa horas y en esas circunstancias se desvivió para confortarnos.Solamente Airbnb ha sido capaz de incumplir su política de causas de fuerza mayor con un pretexto tan irrealizable.Tuvimos el coraje de acercarnos al día siguiente a la entrada, hablar con la Guardia Nacional que nos dijo que pese a la tensión podríamos pasar después. Lo hicimos al día siguiente pese a la incertidumbre. Hablamos con los anfitriones que intentaban acomodarnos pese al ambiente. Al final, la toma policial de la isla hacía imposible otro atentado pero la tensión estaba todo el tiempo. Vivimos una situación excepcional, llegamos a un acuerdo con los anfitriones aunque perdimos días (teníamos que regresar).Bien. Mi compañera de viaje, Adriana Castillón quien realizó la reserva, se puso en contacto con ustedes tal como ustedes pedían. Les relató todo exactamente igual que yo, también tienen todos los archivos adjuntos que les hemos enviado, nosotros tenemos aún más, incluidos una serie de chats con Airbnb del día del atentado y de los siguientes. ¿Para qué fue todo? Para repetirle a ella la misma excusa absurda que ya había quedado requeteclara, que deberíamos haber anulado la reserva. La retrasamos porque en aquellos momentos NO SE PODÍA SABER NADA. Encima que tuvimos el coraje de volver en una situación tan incierta para no perjudicar a nadie, Y ahora le contestan con la misma cantinela. Y otra cosa, nosotros no queremos que los anfitriones nos reembolsen nada, ellos fueron amables, se hicieron cargo del problema y nos atendieron perfectamente.Nosotros lo que queremos es una disculpa de la impertinencia por parte de Airbnb que supone esta situación. Que teniendo un seguro y cumpliéndose exactamente dos de las cláusulas en su política de causas de fuerza mayor no estén dispuestos a reembolsar esas dos noches de hotel que para esa empresa supone una cantidad irrisoria.¿No les parece que esa mezquindad roza con lo ridículo?