En fecha 7 de abril de 2025, adquirí un juego de 4 sillas a través de Amazon, vendidas por un vendedor externo. Tras menos de 6 meses de uso esporádico (algunos fines de semana y el mes de agosto), el producto presenta graves defectos:
Una de las sillas se ha roto por completo.
Dos presentan la tela rasgada.
Es evidente que el producto no cumple con su finalidad esencial (permitir sentarse con seguridad) y resulta peligroso para el consumidor.
El vendedor únicamente ofrece el reemplazo, pero dicha solución no resulta adecuada, puesto que es previsible que el mismo problema se repita (calidad deficiente). Por tanto, conforme a lo dispuesto en los artículos 118 y siguientes del TRLGDCU, y especialmente a la presunción legal de falta de conformidad dentro de los 6 primeros meses (art. 120 TRLGDCU), corresponde exigir el reembolso íntegro del importe pagado.
La gestión con el fabricante corresponde al vendedor, no al consumidor, tal como establece la normativa.
Por lo expuesto, solicito formalmente la devolución íntegra del precio abonado.