El 2 de noviembre adquirí un piano eléctrico Thomann DP95 WH Arranger Set en la web www.thomann.de/es. El piano era un regalo de cumpleaños para mi hijo, que lleva un año dando clases de piano. Al recibir el paquete y desembalarlo, nos llevamos la sorpresa de que la pata derecha del piano venía partida por la mitad, y por tanto era difícil que pudiéramos montar el piano. Ese mismo día llame al número del servicio de atención al cliente de Thomann España, y me atendió una trabajadora que se limitó a contestarme que me enviaría un email con las instrucciones para solicitar la reposición de la pieza. Dicho email contenía una guía PDF que yo debía leerme para saber de qué modo y de qué forma tenía que tomar fotos a la caja, los embalajes, las demás piezas y la pata derecha rota. Me pareció un trabajo excesivo para una persona que lo único que ha hecho es recibir un producto caro que ha pagado y viene defectuoso. Sin embargo, me leí la guía, procedí a realizar las fotos tal y como me las pedían y enviarlas. La contestación llego 24 horas más tarde, solicitándome de nuevo fotos de la pata derecha. Volví a realizar las fotos y las volví a enviar, llamando de nuevo al servicio de atención al cliente para asegurarme de que esta vez las fotos habían llegado y estuvieran bien hechas. Esta vez me atendió una trabajadora que, lo primero que hizo, fue decirme que ellos no tenían por qué contestar antes de 24 horas y que me había adelantado la respuesta. Traté de explicarle que sólo llamaba para asegurarme de que esta vez, las fotos habían llegado bien, y comenzó a repetirme en un tono bastante impertinente que yo debía entenderles a ellos como empresa, ya que los daños de la pieza rota no venían de su almacén sino del transportista. Le contesté educadamente que yo la entendía, pero que ella también debería respetar mi insistencia, ya que al final mi familia es la que ha recibido un producto defectuoso y mi hijo el que se ha llevado una decepción. A continuación, esta agente de atención al cliente empezó a regañarme como si yo fuera una alumna de educación Primaria, y comenzó a decirme que ella también es madre y que lo que tenía que hacer era explicarle a mi hijo que muchas veces las cosas no salen como uno quiere y que hay que tener paciencia. A continuación me dijo, literalmente que a ella le daba igual si yo había pagado 600 o 1000 € por un piano, que estaba muriendo gente a causa de la covid-19 y qué un piano ahora mismo no era importante. Pasando por alto el hecho de la impertinencia, desubicación e inadecuación de esta trabajadora al atenderme, le rogué que agilizarán el proceso de ver mis fotos y darme una respuesta. Nuevamente no fue hasta 24 horas más tarde que recibí respuesta por parte del departamento de atención al cliente. Esta vez me pedían que indicará el número de serie del piano. Contesté inmediatamente que no sabía dónde se miraba y nuevamente tardaron otras 24 horas en responderme el sitio donde debía mirarlo.Volví a contestar al instante indicando el número de serie del piano y tuve que esperar otras 24 horas para recibir respuesta. Finalmente, el 16 de noviembre, 14 días después de haber realizado el pedido, me mandaron un email diciendo te recibiría un email de confirmación tan pronto como la pieza saliera de sus instalaciones. Nunca recibí dicho email. Ayer, día 28 de noviembre, casi un mes después de haber comprado el piano, recibí por fin la pieza de repuesto... equivocada. Me habían mandado la pata izquierda, a pesar de mis muchos emails, así como fotos enviadas.Ya lo he notificado mediante email al servicio de atención al cliente, espero que al menos no tarde un mes en recibir mi pata derecha. Nunca en toda mi vida me había cruzado con un servicio de atención al cliente que dejara tanto que desear, formado por trabajadores que tienen tantas pocas ganas de trabajar, habiendo como desgraciadamente hay tantas personas en paro que desearían tener la oportunidad desde mostrar las ganas que tienen de dar lo mejor de sí mismos.