Nos ponemos en contacto con Osa Polar el día 19 de noviembre para encargar unos regalos personalizados para el bautizo de nuestra hija, que sería el 30 de noviembre. Dado que son unos abridores personalizados, y había poco tiempo, antes de hacer el pedido, le preguntamos si llegarán en plazo en varias ocasiones y nos indican que sí.
Tenemos hasta la confirmación por correo electrónico, en la que dicen que tienen hueco para que lleguen durante la semana siguiente.
El día 26 de noviembre, desde Osa Polar nos comunican que el pedido ya está completado. Transcurren un par de días, y al ver que no llegaban, le preguntamos cuanto tardarán en llegar, y nos dicen que entre el jueves y el viernes se hará la entrega. Dado que la dirección de entrega era en Valencia y el bautizo se celebraba en un pueblo de Cuenca (a 200 km de Valencia), al ver que no llegaban los abridores y tras contactar con Seur y no informarnos nada, se tuvo que quedar un familiar hasta el sábado por la mañana para ver si llegaban los regalos, tuviendo que utilizar otro vehículo para su desplazamiento posterior.
Ante esta situación, mi pareja (Teresa Girón Saiz), que es quien efectúa el pedido en Osa Polar, se ve obligada a comprar otros obsequios para entregar en el bautizo, por lo que el viernes por la tarde compra dos cajas de botellas de vino por importe de 54 €.
El lunes siguiente, tras haber pasado el acontecimiento, nos ponemos en contacto con Osa Polar y le indicamos que dado que no han cumplido con los plazos de entrega que nos indicaron por teléfono y correo electrónico, se hagan cargo de los 54 € que nos han costado los otros obsequios.
Adjuntamos correos electrónicos con la conversación de Osa Polar, en la que se niegan a reembolsar los 54 €.
Al no llegar a un acuerdo amistoso entre las partes,
SOLICITAMOS:
1. Reembolso íntegro del pedido de los abridores valorado en 93,45 €.
2. Repercusión a OSA POLAR de los 54 € de las botellas de vino que tuvimos que comprar, dado que no podíamos entregar su pedido.
3. Daños y perjuicios del combustible (50 € aprox) que se tuvo que gastar un familiar nuestro que se iba a venir en nuestro vehículo por quedarse a propósito hasta el sábado por la mañana para ver si llegaban los obsequios. y no quedar mal ante los invitados.
4. Daños morales por 200 €, por todo el tiempo perdido y el estrés ocasionado al llegar la fecha acontecimiento y no poder entregar los obsequios que habíamos previsto, y dar una simple botella de vino que no estaba ni personalizada. La falta de profesionalidad y la atención postventa ha sido nefasta.